lunes, 30 de enero de 2023

Se acentúan las diferencias entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández en la recta final del mandato

sábado, 28 de enero de 2023

viernes, 27 de enero de 2023

Alberto inicia el fin de su mandato cada vez más aislado

Alberto Fernández inició su último año de administración culminando su presidencia pro tempore en la CELAC. Evento que con impronta internacional brindó la cobertura mediática y política que deseaba un mandatario que inicia este período devaluado, con total resistencia de parte de sus viejos aliados kirchneristas, y con una imagen pública que cada vez desciende más en las encuestas, aunque su entorno lo niegue sistemáticamente.

La visita de Luiz Inácio Lula da Silva ha quedado en un pasado cercano que aceleradamente se convierte en recuerdo, al igual que la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños desarrollada en Buenos Aires.

De la primera, quedó la impronta -a muy largo plazo- de una moneda común con Brasil. Una iniciativa que se promueve con entusiasmo desde las usinas albertistas, cuando en rigor de verdad, existen tantas asimetrías entre ambas naciones que el proyecto se manifiesta más como una expresión de deseos que como un hecho objetivo.

Por poner ejemplos, podemos citar las diferencias abismales que se dan en materia de déficitsde reservas en las arcas de los bancos centrales de cada país; de esquemas y situación cambiaria, y ni que hablar de las inflaciones interanuales. En el socio del MerCoSur llegó nada más que a un 5,7 por ciento en 2022, mientras que en la Argentina -con cifras oficiales que muchos ponen en duda- trepó al 94,8%.

Las fotos de los dos mandatarios juntos -que tanto se buscaban en Gobierno- se consiguieron, pero no tuvieron la relevancia que buscó la mesa chica de Alberto F. La mano extendida del hombre de Pernambuco en el Salón Blanco, fue forzadamente convertida en abrazo fraternal por Fernández. Pese a ello, el mandatario local no obtuvo por respuesta el apoyo explícito que Casa Rosada aguardaba para abrir la puerta a una posible reelección. 

Es que Lula conoce el paño a través de la persona con la que más dialoga en nuestro país: Cristina Kirchner. Es cierto que no hubo reunión con la Vicepresidenta, pero fue simplemente para evitar desgastar aún más la figura de un presidente, que al fin y al cabo, es el que ella eligió -pese a su posterior y enojoso arrepentimiento.

De todos modos, la titular del Senado se tomó varias licencias y mantuvo encuentros, entre otros, con la mandataria hondureña, Xiomara Castro; el boliviano, Luis Arce, y el colombiano Gustavo Petro.

Mientras tanto, en Balcarce 50 se firmaron acuerdos energéticos, tal el caso de la financiación de importaciones y dinero que contribuya a la segunda etapa en la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, que llevará el vital elemento desde Vaca Muerta al sur del país limítrofe.

El resto, giró en torno a sellar memorándums de entendimiento que siempre tienen como finalidad potenciar la integración en diversos temas. Una actividad protocolar que se ejecuta con todos los altos funcionarios extranjeros que desembarcan en la sede gubernamental.

El errático mandatario argentino dejó memes audiovisuales que todavía circulan en las redes y con los que sus -cada vez más abultados adversarios- se hicieron un festín.

Uno fue el de haber confundido a Nicolás Maduro con Hugo Chávez (ante la duda que todavía existía sobre su llegada a Buenos Aires), o el de haber inaugurado la sesión de la CELAC en el Hotel Sheraton diciendo que dejaba abierta "la Cumbre de las Américas". Antes, en una entrevista televisiva, había expuesto que la inflación en Argentina "es autoconstruida, está en la cabeza de la gente".

"¿Nadie cuida al Presidente?", se preguntan en los patios y oficinas de Casa de Gobierno, cada vez que suceden estas cosas. Sin embargo, el reiterativo planteo tiene una única respuesta: "Él no se deja cuidar". Esto lo aseguró un dirigente que lo solía frecuentar cuando todavía las cosas no estaban tan complicadas, y había momentos de distensión en el primer piso de la Rosada, donde las reuniones con amigos y amigas, eran parte de la gestión.

Fernández intentó conservar otros seis meses la titularidad de la CELAC, pero se interpuso en su camino Daniel Ortega -desde Nicaragua- quien al igual que Maduro decidió no acercarse al Río de la Plata y respaldar al primer ministro granadino, Ralph Gonsalves. Un aliado incondicional del binomio, para que suceda a la brevedad a Fernández.

El mencionado exabrupto del mandatario.

Los pedidos de detención que cursaron contra ellos referentes de la oposición -por violar los derechos humanos en sus países- no fueron el motivo exclusivo de las ausencias. De hecho, el otro que integraba la lista de posibles aprehendidos era el mandatario cubano, Miguel Díaz Canel, quien se movió sin problemas por nuestro territorio. Inclusive tuvo una bilateral con Fernández en el Palacio San Martín. Eso sí, no hubo foto ni cónclave con CFK.

No fueron pocos los que circularon la versión de que se hicieron pedidos especiales a los cuestionados líderes caribeños para que no aterricen en estos pagos"Es que no están dadas las condiciones políticas", señaló en estricto off, un referente del Instituto Patria, que apuntala a Sergio Massa en su intento -hasta ahora fallido- por frenar el proceso inflacionario que sigue fagocitando los bolsillos de los argentinos.

Pese a esos faltazos, la reunión del organismo en Buenos Aires dejó un tendal de críticas a varias de las naciones que integran el bloque regional. El chileno Gabriel Boric pidió elecciones libres en Venezuela, reclamó la liberación de los presos políticos nicaragüenses, y se refirió a las muertes que se están suscitando en Perú. Por su parte, Mario Abdo Benítez (Paraguay) se sumó al pedido y puso sobre la mesa el exilio de 7 millones de venezolanos que escapan del gobierno bolivariano.

El uruguayo, Luis Lacalle Pou, no dudó en afirmar que del encuentro participaron países que violan la democracia y sus instituciones. Desde México, Andrés Manuel López Obrador, exigió que se restituya en la presidencia a Pedro Castillo, detenido mientras Dina Boluarte lo sustituye prometiendo un llamado a nuevas elecciones que no se concreta, a medida que la crisis peruana se agiganta.

La vocera del presidente Fernández, Gabriela Cerruti, enfrentó las diatribas contra las naciones que varios países sudamericanos -y un importante sector de la población argentina- considera autocracias, al asegurar que Díaz Canel, Ortega y Maduro fueron elegidos democráticamente.

Cuando menos se lo esperaban, los popes albertistas recibieron un batacazo desde el lugar adonde conducen todos los caminos: El Papa Francisco lanzó mensajes desde Roma que impactaron de lleno en Fernández, al hacer mención a la situación económica que atraviesa la Argentina. Se refirió al 52 por ciento de pobreza. Cifras que -sin empacho- el núcleo presidencial salió a desmentir, aunque haciendo un extraño reconocimiento a los dichos del líder argentino de la Iglesia Católica.

La portavoz Cerruti y su jefe desligaron a la administración a la que pertenecen de la crisis que el país tiene desde 1955, como señaló Bergoglio, quien recordó que terminando sus estudios secundarios, el número de pobres era del 5%. La funcionaria (con rango de ministra) manifestó que el problema fue generado por los cuatro años de macrismo.

El jueves volvieron a agitarse los cimientos de la Rosada. El ministro del Interior, Eduardo de Pedro -titular de la única cartera que funciona en la sede del Ejecutivo- habló en off apuntando su dedo acusador hacia el presidente, aseverando que Alberto F. no tiene códigos. Esto, en razón de que según sus dichos, no fue invitado por el jefe de Estado al encuentro que Lula sostuvo con organismos de Derechos Humanos, que se realizó durante su estadía en Bs As en Casa de Gobierno.

Como ordena hacer a su pequeña tropa -cada vez que Cristina se pronuncia- el Mandatario le bajó el precio a las declaraciones de "Wadito", como le decía antes de que la alianza de gobierno volara por los aires después de la derrota en las PASO del 2021, cuando de Pedro encabezó aquel recordado amague de renuncias que ordenó su jefa política.

No obstante, dos dirigentes albertistas respondieron a de Pedro. Cerruti dijo que el ministro negó su enojo, que se trató de un inventó periodístico, y por su lado, Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social) conminó a Wado a aclarar la situación, sin dejar de expresar que "si hay falta de códigos, en todo caso es en referencia a quienes son parte de un gobierno y critican al Gobierno", agregando que "si no nos sentimos contenidos deberíamos dar un paso al costado".

De esta manera, la feroz pelea endógena en el Frente de Todos volvió a salir a la luz, en medio de posicionamientos internos que empiezan a apuntar a Massa. Secuencia que se da luego de la publicitada recompra de bonos de la deuda externa argentina, con la que el tigrense esperaba calmar los mercados, aunque hasta ahora haya ocurrido todo lo contrario.

El dólar blue cierra cinco días en alza permanente y llegó a los 386 pesos, superando al Qatar y poniendo al rojo vivo a los financieros, que por ejemplo, en el Contado Con Liquidación trepó a los $369,49, con un oficial que ya casi está en los $200.

El jefe de Hacienda empieza a tener problemas en el frente interno y eso podría derivar en reclamos de quien hasta ahora lo sostiene, la senadora Kirchner. "No se dan cuenta que el ministro de Economía es Roberto Lavagna", apuntó un enojado dirigente que todavía tiene simpatías por Alberto Fernández, pero que en privado le cuestiona su falta de liderazgo e indeterminación.        

Terminada la espuma de la CELAC y las bilaterales, el presidente retornó a esas agendas de actos y presentaciones que suelen pasar desapercibidas. Junto al ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, lanzó un yogur con probióticos desarrollados por el CONICET, en la planta de Danone en la localidad bonaerense de Longchamps.

Entretanto, en la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja, dio inicio el tratamiento de lo que ya todos saben que no sucederá: poner contra las cuerdas a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.  

El último día de la semana no hubo actividades oficiales del jefe de Estado. La vocería oficial adelantó que la visita que se esperaba para los días 30 y 31 de enero se adelantó, y el canciller alemán Olaf Scholz, aterrizará en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el sábado 28/01.

Más tarde procederá a encontrarse con Fernández y el canciller, Santiago Cafiero, en el Palacio San Martín, donde estará acompañado por una comitiva integrada por algunos empresarios. El teutón promete inversiones para la Argentina. Lo mismo hizo en Brasil y Chile.

Desde diferentes sectores, inclusive el propio, se preguntan si las aspiraciones reeleccionistas que demuestra el presidente son reales o forman parte de una simple especulación con el fin de entregar la banda a quien lo suceda, esperando la piedad que solo otorga el olvido.

En las paredes, galerías, despachos y pasillos de Casa Rosada hay un atisbo de respuesta al interrogante. El ex jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner hizo un solo un renunciamiento en su carrera política, y fue a quien luego lo promovió en el cargo que hoy ocupa. Cuenta uno de sus íntimos que Alberto siempre se arrepintió de ese paso al costado.

"Esperaba que Néstor lo volviera a convocar para ocupar algún otro cargo estratégico", señala la garganta profunda que lo conoce muy bien. Lo concreto, es que eso nunca sucedió, y retornar a la alta política le costó mucho. Su estrategia implicó tener que convertirse en un férreo opositor a la ex mandataria, quien recién lo llamó cuando la urgencia electoral lo requirió en 2019.

Esta vez Fernández no cometió el error de irse, y todos tienen claro que no lo hará. Quizás entienda que existen posibilidades de supervivencia post 2023, retomando el camino de personificar, nuevamente, la contracara de su propio gobierno.


Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política&Medios (PyM). Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

miércoles, 25 de enero de 2023

La visita de Lula y la Cumbre de la CELAC dejaron un sabor amargo en las filas de Alberto Fernández

El denominado «albertismo»  hizo un esfuerzo importante para resaltar los acuerdos sellados con Luiz Inácio Lula da Silva, al que publicitaron como las bases de una nueva alianza bilateral entre la Argentina y Brasil en Sudamérica.

«Es la agenda más amplia de la que se tenga conocimiento -aseguró el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli- una apuesta a que toda esta sintonía de Fernández con su par de Pernambuco, «se transformará en un programa de acción de gobiernos que los ministros deberán poner luego en práctica.»

Lula llegó, como estaba estipulado, en la mañana del lunes a Casa Rosada para realizar la reunión bilateral con su par argentino, y luego, junto al ministro de Economía, Sergio Massa, el canciller Santiago Cafiero y los principales ministros de la administración, brindar una declaración conjunta en el histórico Salón Blanco de Balcarce 50.

La idea que impartieron frente a funcionarios y la prensa fue la de profundizar y ampliar la integración en todos los campos: energía, finanzas, agronegocios, industria, minería, conectividad, turismo, economía del conocimiento, defensa, derechos humanos, ambiente, educación, ciencia y tecnología y salud.

En referencia a la integración financiera, se buscará incrementar el alicaído comercio bilateral, que decayó 40 por ciento en los últimos diez años. De esa manera, Brasil financiará importaciones que realice nuestro país y la idea de dar inicio a la creación de una moneda de circulación sudamericana en el muy largo plazo. Las asimetrías en materia de déficit, reservas, inflación y cambiarias, son todavía muy grandes.

Esta nueva asociación estratégica entre Argentina y Brasil, pretende avanzar en un horizonte no menor a diez años. Potenciar el Mercado Común del Sur (MerCoSur), es otra de las prioridades. El otro dato relevante es el financiamiento, a través del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, que financiará con 280 millones de dólares el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner para conectar Vaca Muerta con el sur de la nación vecina.

Estos datos, como el Memorándum de Entendimiento para la integración que fortalezca el intercambio comercial,  fueron ampliados luego en conferencia de prensa en Casa de Gobierno por los titulares de Hacienda de los dos países: Sergio Massa y Fernando Haddad.

Los mandatarios dejaron en claro que también apuestan a fortalecer la cooperación en el campo antártico, con una perspectiva geopolítica y la defensa de la democracia, condenando el intento de golpe de Estado ejecutado por grupos bolsonaristas.

Por su parte, la vicepresidenta Cristina Kirchner llevó una agenda paralela en el Senado con diversas figuras que llegan para participar de la cumbre de la CELAC. Estuvo con la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, el ex mandatario de Bolivia,  Evo Morales, Gustavo Petro de Colombia, el boliviano Luis Arce, quedó pendiente su encuentro con Lula, con quien de todos modos mantiene contacto permanente vía telefónica.

Finalmente, Daniel Ortega (Honduras) y Nicolás Maduro no vinieron al país. El venezolano amagó hasta último momento, pero su gobierno emitió un comunicado donde señaló que ante el «show deplorable» que quería montar la derecha neo fascista de la Argentina, bancada por EEUU, enviaba a su Canciller. Esto fue celebrado por la oposición, que pedía su detención por violar los Derechos Humanos. «Tuvo miedo», apuntó el ex presidente Mauricio Macri en un tuit.

Desde el massismo, la ausencia del líder bolivariano también fue celebrada entre las paredes del Ministerio de Economía. Las relaciones que intenta fomentar el mandamás de Hacienda se contraponen a las del eje que encabezan: Ortega, Maduro y Díaz Canel, quienes promueven que tome el lugar de Fernández en la CELAC, un aliado suyo: Ralph Gonsalvez, primer ministro de San Vicente y Granadinas.

Por su parte, Lula prefiere dejar el Consejo de Estados latinoamericanos y Caribeños en manos de ese bloque y relanzar la UNaSur (Unión de Naciones del Sur, junto a Paraguay, Ecuador, Colombia y Perú, y otros países de la región.

En la Cumbre que se desarrolló en el Hotel Sheraton de Buenos Aires se mostraron las diferencias con respecto a la situación institucional que atraviesan Cuba, Venezuela y Nicaragua. El uruguayo Luis Lacalle Pou criticó la ideologización del espacio y criticó a Massa, quien horas antes había calificado a su país de «hermano menor». Uruguay es una de las economías más estables de la región, a diferencia de la desmadrada argentina, que en el 2022, según datos oficiales poco creíbles, fue de 94,8 por ciento, a diferencia a la de su vecino que alcanzó apenas los 9%.

También fueron críticos con la situación en las tierras de Maduro y Ortega, el presidente chileno, Gabriel Boric -que pidió libertad para los presos políticos en Nicaragua- y su par paraguayo, Mario Abdo Benítez, quien denunció la situación de 7 millones de venezolanos que están exiliados por la crisis en su nación. 

Alberto Fernández no consiguió retener la presidencia pro tempore de la CELAC, que pasó a manos de un aliado de los tres líderes caribeños cuestionados, nos referimos al primer ministro de San Vicente y Granadina, Ralph Gonsalves. Al mandatario argentino no le salieron bien las cosas desde el principio, ya que después del yerro en Rosada, donde en vez de Maduro dijo Chávez (Hugo), abrió la sesión diciendo que daba apertura a «La Cumbre de las Américas», un fallido que sus detractores vincularon con muchos otros, y con sus pareceres con respecto a la incesante suba del costo de vida, al afirmar que la inflación en una sensación autopercibida, algo que está en la cabeza de los argentinos.

Lo que para el ala albertista era un espaldarazo para el potencial lanzamiento a la reelección de Fernández quedó trunco y a la espera de lo que ocurra en lo que resta de un año electoral en el que tanto el oficialismo como la posición, están definiendo sus armados y precandidaturas.

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

lunes, 23 de enero de 2023

Tensión en Argentina por la llegada de Maduro, Díaz Canel y Ortega a la Cumbre de la CELAC

La debilidad de Alberto Fernández, en materia de política interna, lo arrastra a priorizar una virtual agenda internacional. Es por eso que Casa Rosada está absolutamente enfocada en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que se desarrollará en Buenos Aires el próximo 24 de enero.

Ya está confirmada la presencia que más interesa al pequeño núcleo duro que rodea al jefe de Estado, nos referimos a su par brasileño -recientemente asumido- Luiz Inácio Lula da Silva. Las invitaciones más polémicas fueron cursadas a Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua). Es que representantes de la oposición reclaman que cuando alguno de estos tres mandatarios regionales pise suelo argentino sea detenido por violar los derechos humanos en sus países.

La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, salió a enfrentar las diatribas contra esas administraciones a las que un sector de la población argentina considera autocráticas. Como representante del Primer Mandatario, la vocera con rango de ministra, aseguró que los referidos fueron elegidos democráticamente.

Propios y extraños no logran entender por qué, si la estrategia era aferrarse a la idea de encolumnarse en la figura de Lula y un nuevo Mercado Común del Sur, se embarra la cancha defendiendo a gobiernos que son cuestionados por las principales naciones del mundo. «Ni Cristina (Kirchner), ni Sergio (Massa) se ven beneficiados con esto,todo lo contrario», planteó un dirigente del Instituto Patria, lugar desde donde se definen la políticas del ala kirchnerista de la colaición gobernante.

La feroz pelea endógena en el Frente de Todos ha dejado un gobierno tripartito, en el que el poder real lo tiene la vicepresidenta Cristina Kirchner, a cargo del Senado nacional, y ahora su coyuntural mano derecha (otrora enemigo), Sergio Tomas Massa, ministro de Economía. Quien junto a ella, llevan ahora las riendas del Palacio de Hacienda y el futuro del peronismo en las elecciones de este año.

Al titular del Poder Ejecutivo, al que se considera traidor en las filas del Cristinismo, le ha quedado un mero rol institucional, al que se le pasa factura por sus intentos emancipatorios y ahora, reeleccionistas, vaciándole actos, eventos, reuniones y toda actividad que requiera de funcionarios ajenos a su entorno. No sólo eso, la mala imagen presidencial está alejando de Balcarce 50 a gobernadores e intendentes, que son, al fin y al cabo, el corazón del Partido Justicialista.

Ante esa diyuntiva, Fernández opta por ver si puede explotar su presidencia pro tempore en la CELAC y demostrar que puede marcar una hoja de ruta en el denominado «patio trasero» de los Estados Unidos. Recordemos que Joe Biden evitó tener un encuentro personal con él en la Casa Blanca, a la que en poco tiempo tendrá acceso Lula da Silva. Es que hasta ahora el líder del Partido de los Trabajadores viene sacando provecho de la asonada bolsonarista que quiso marcarle el rumbo (y/o destronarlo), una semana después de tomar el bastón de mando, de una nación que fue aliada histórica de la principal potencia de América.

El hombre de Pernambuco sabe jugar con la ambigüedad como pocos. Mientras florea a Fernández, que todavía tiene 11 meses de mandato por delante, no tiene empachos en mantener su alianza con la senadora Kirchner. No son pocos los que recuerdan cuando se puso una gorra que decía «CFK 2023», apenas ganó la primera vuelta electoral.

Sabe que debe calmar las aguas en su país, donde persiste la resistencia a su administración. Hasta tuvo que echar al jefe del ejército de sus fuerzas armadas, algo que no cayó nada bien entre quienes repudian su retorno al Poder. De todos modos, el madamas del PT llega a Buenos Aires para reunirse con Fernández y Cristina Kirchner por separado, y luego estar en la CELAC, porque si hay algo que en estos momento no le conviene, es un clima de desestabilizante en la República Argentina.

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

domingo, 22 de enero de 2023

Vacío de poder, Alberto apuesta a la política exterior y a la reelección

Desde hace tiempo que el presidente de la Nación busca tener una agenda que justifique estar sentado en el mítico sillón de Rivadavia. Es un hecho irregular y de carácter anómalo. Explicarlo tiene una sola respuesta: La desintegración de la original alianza de gobierno que llegó al Poder el 10 de diciembre de 2019.

La derrota en las PASO fue el punto de inflexión que inició un proceso que se agrava a medida que se acerca la fecha de vencimiento de un experimento que sólo sirvió para derrotar al macrismo.

La militancia kirchnerista de los barrios de la primera y tercera sección del Conurbano bonaerense, donde el nombre de Cristina Kirchner continúa pisando fuerte, se sigue preguntando ¿cómo fue que terminamos dependiendo de Massa?.

Un dirigente territorial de la zona -que ya no visita más Casa Rosada- fue consultado por Política&Medios sobre este fenómeno que muchos no terminan de comprender. El líder territorial de La Matanza afirma (a meses del inicio del cronograma electoral) que "el problema fue que Alberto jugó mal en todos los flancos, pero en particular en el interno".

Para el veterano caudillo que llegó a jugar en las lides de Federico Pedro Russo (ex edil matancero), "cuando todavía era muy joven", aclara por las dudas, "la llegada de Sergio se da en un contexto donde nos traicionaron desde adentro, y eso en el peronismo no se perdona, por eso se justifica el enojo de Cristina y de los votantes que bancaron y ahora se sienten defraudados".

Al tomar contacto con este panorama, se comprende porqué Fernández se reúne solamente con los pocos jefes distritales de la Provincia de Buenos Aires que le responden, al menos hasta el 10 de diciembre.

El martes 17/01, después de haber iniciado la semana con un acto en Balcarce 50, donde junto a Daniel Filmus (Ciencia, Tecnología e Innovación) entregó adjudicaciones para un programa de ese ministerio, volvió a José C. Paz, los pagos de su amigo Mario Ishii. La excusa fue anunciar la ampliación de un hospital y la finalización de otras obras. El hombre del poncho rojo le hizo un flaco favor al mandatario, al avalar la idea de eliminar la totalidad de los planes sociales.

En su discurso descalificó a los beneficiarios, que temen perder los Potenciar Trabajo -que de a poco Victoria Tolosa Paz va acotando- al decir: “Es mentira que no hay laburo (...) la gente consigue trabajo, sólo hay que dejar de ser parásito, hay que ponerse a laburar es la única forma de salir”.

Los ex albertistas, que permanecen con sus organizaciones en el Ministerio de Desarrollo Social, saben que el jefe de Estado tiene un sólo poder: La Lapicera. Con ella firmó las auditorías que inició Juan Zabaleta -que volvió a Hurlingham a intentar desalojar a La Cámpora de su terruño- y que su reemplazante materializó en estos días con 154.441 bajas (por ahora suspensiones) en los padrones de la asistencia estatal.

Ya había cortado 20 mil, y en medio de la forzada pelea de su jefe con la Corte Suprema, dejó que un juez definiera si el 1,4 millones de personas -que dependen de esos ingresos- cobrara la mensualidad con un retraso de varios días.

Emilio Pérsico Fernando "Chino" Navarro (Movimiento Evita), así como Gustavo Menéndez (Barrios de Pie en el Evita), hacen equilibrio entre CFK y AF. "No es tiempo de errores compañero, sacar los pies del plato antes de tiempo puede generar males mayores", le explicó a este periodista uno de los referentes del piqueterismo oficial.

El mandatario junto Ishii y Katopodis inaugurando la ampliación del Hospital Caporaletti.

El miércoles a la mañana empezó con sorpresa. Se trataba de un mensaje grabado del ministro de Economía Sergio Massa. El mismo tenía la clara finalidad de calmar a los mercados. El dólar blue había alcanzado los 379 pesos, y en provincias como Córdoba se negociaba a $381 y $382.

El tigrense informó que decidió recomprar bonos de la deuda externa argentina -con el fin de sostener la baja del Riesgo País- por valor de 1000 millones de dólares. La polémica se desató apenas concluyó el discurso de cinco minutos. Los billetes verdes que saldrán de las flacas arcas del Banco Central, están siendo requeridos (entre otras cosas) para permitir la compra de insumos a sectores industriales y de la producción, reclamaron economistas de la oposición.

Los que representan la contracara oficialista, aseguraron que era una gran jugada, y como aseveró el propio jefe de Hacienda, el dinero vendrá del crecimiento de las exportaciones, minimizando así el tema de la sequía, por la que tuvo que tener una reunión con la Mesa de Enlace en el INTA Castelar, a la que le prometió ayuda a partir del 1 de febrero.

Los inconvenientes para Massa surgieron cuando desde el Parlamento, legisladores de la oposición pidieron averiguar quiénes compraron esos títulos que subieron su cotización después del anuncio, y en consecuencia fueron beneficiados. Estas sospechas se potenciaron en razón de que, salvo el blue, los dólares financieros volvieron a subir, al igual que el Riesgo País.    

En esa misma jornada, el titular del Poder Ejecutivo fue víctima de un desplante que pocas veces le ocurrió a un mandatario nacional que visita una provincia. Provino del radical mendocino, Rodolfo Suárez.

Al descender del avión que lo trasladó a ese atractivo paraje electoral lo esperaban al borde de la escalerilla, el diputado provincial José Ramón y el secretario de Malvinas, Guillermo Carmona. Lo peor fue que la senadora del propio Frente de TodosAnabel Fenández Sagasti -espada en el Senado de Cristina- se excusó igual que otros dirigentes del kirchnerismo para no participar del convite.

La espina que había quedado clavada en la garganta de Fernández salió cuando le tocó hablar en el acto que siguió a una recorrida por una planta depuradora de residuos cloacales, en la localidad de El Paramillo.

"Creo que hubiera sido muy bueno que el gobernador esté participando aquí con nosotros en este encuentro", remarcó irritado el presidente, y apuntó: "Tal vez alguien lo confundió, la verdad es que yo no vengo acá a hacer campaña electoral". Y cerró al declarar: "Lamento que Rodi no esté acá con nosotros, yo creo que se equivoca. Le mando igual un abrazo".

La respuesta de Suárez no se hizo esperar. "No puedo ser tan hipócrita de acompañarlo", aseveró el mandamás del Ejecutivo provincial, puntualizando que Fernández avaló un laudo arbitral que impidió una importante obra hidroeléctrica en su tierra.

Ese conflicto interprovincial es con La Pampa, distrito gobernado por el peronista Sergio Ziliotto, que Alberto visitó con Massa el jueves, para recorrer, otra vez, obras futuras del Gasoducto Presidente Néstor Carlos Kirchner en la localidad de Doblas. Obviamente, el recibimiento a los altos funcionarios nacionales fue totalmente contrario al que se dio en Mendoza.

Como ocurre casi todas las semanas, el jueves se esperaba la habitual conferencia de la portavoz Gabriela Cerruti. Hubo confirmaciones sobre su realización hasta última hora del día anterior, sin embargo -y sorpresivamente- la misma fue dada de baja. La justificación fue que la funcionaria volaría con su jefe hacia los pagos pampeanos.

Había mucha expectativa sobre la rueda de prensa, porque las preguntas iban a girar en torno a la última decisión del titular de Economía. Lo que ocurre, es que el líder del Frente Renovador prefirió que el tema quede en manos de él y de su equipo de comunicación, que hasta ahora no es más que la empresa de Elon Musk: Twitter.

Mientras tanto, el otro frente de conflicto que tiene el "albertismo" es el tratamiento de los 27 proyectos de ley que envió al Congreso para que sean tratados en las convocadas Sesiones Extraordinarias (entre el 23 de enero y el 28 de febrero). La traba es el juicio político a los integrantes del máximo tribunal de la Nación, una idea que se va desgastando con el correr de las semanas, aunque todavía Rosada muestre una apremiante inflexibilidad.

Es que hasta los sectores empresarios, más allá de la oposición, salieron a pedir que se desactive la iniciativa. Vale decir que por su cuenta, CFK emitió -a través de un tuit- sus diatribas a la decisión del fiscal Carlos Stornelli de archivar las denuncias contra el colaborador del presidente de la CSJN, Horacio Rossatti -nos referimos a Silvio Robles-.

En la fundamentación se utilizó como jurisprudencia el voto de la jueza de Casación, Ana María Figueroa, en el caso del Memorándum de Entendimiento con Irán, donde cuestionó la utilización de una escucha ilegal, en este caso, haciendo una analogía con los chats entre el ministro de Justicia y Seguridad porteño (en uso de licencia), Marcelo D'Alessandro y Robles.

En este contexto, que procura que el presidente tenga actividades permanentes -más allá de si son relevantes o no- se aguarda con ansiedad el inicio de la Cumbre de la CELAC, con la presencia del político más esperado en Casa de Gobierno: Luiz Inácio Lula da Silva. El núcleo que rodea a Fernández, y él mismo, infieren que eso será un espaldarazo a la reelección, que según hizo circular el propio entorno presidencial, le pidió el brasileño cuando fue visitado, apenas asumido, por el presidente argentino en el Palacio Itamaraty.

Como viene pasando, todo se complica para el pequeño espacio albertista. La potencial presencia de Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua), levantó polvareda ante el pedido de diversos sectores antikirchneristas que reclaman que al aterrizar en Argentina, estos mandatarios sean detenidos por violar los derechos humanos en sus países.

El otro eje de conflicto del cónclave -que tiene la presidencia pro tempore de Fernández- es la situación en Perú, donde hay cerca de 60 fallecidos, además de varios heridos, y un cuadro que tiende a agravarse.

En ese contexto, Lula decidió avalar a Dina Baluarte, la vicepresidenta que tomó el lugar del detenido ex mandatario Pedro Castillo, quien es apoyado por el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que no será de la partida en el encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Por lo pronto, Cerrutti adelantó que habrá una bilateral con Díaz-Canel en Casa Rosada el miércoles 25 de enero, y sobre los tres mandatarios criticados, subrayó que fueron elegidos democráticamente.

Todo esto podría eclipsar la imagen que Rosada quiere proyectar con respecto al cónclave, que imagina la figura de un Alberto Fernández abrazado nuevamente a su par nacido en Pernambuco, comulgando la impronta de un renovado eje MerCoSur, que tendría como prioridad avanzar en una moneda en común, un esquema que promueven las usinas de Balcarce 50, pero que es desmentida desde el Planalto.

Cuando pase la espuma de esta cumbre latinoamericana, al presidente le quedará esperar al canciller alemán, Olaf Scholz, que vendrá a Buenos Aires el 30 y 31 de enero luego de pasar por Chile y Brasil. Ya está claro que el espectro kirchnerista del Frente de Todos va a proseguir boicoteando las actividades presidenciales de tinte reeleccionista.

Desde la celebración de los tres años de la administración Fernández, los funcionarios que responden a la senadora Kirchner, intendentes y gobernadores empezaron a brillar por su ausencia. El albertismo se apaga pero insiste en dejar un legado, un legado que el mismo jefe de Estado busca en el desierto y que hasta ahora no pudo encontrar.


Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política&Medios (PyM). Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

sábado, 21 de enero de 2023