miércoles, 2 de mayo de 2018

Ejercer el periodismo y ser delegado de una radio que se quiere vaciar ahora es causal de despido..

Algunos insisten, como yo decía y creía, que nada de lo que me pasaba y pasó tenía que ver con una preguntita insignificante que hice al Presidente Macri en una conferencia de prensa en Casa de Rosada, y que pueden ver completa acá. Sin embargo noté que poco después de aquella jornada en que fuimos diez trabajadores de prensa los que interpelamos al Jefe de Estado, éste no volvió a exponerse como ese día en el Salón Blanco. En otras ocasiones en las que hubo otras ruedas de consulta con otros ministros, cuando llegaba al salón de conferencias o de Los Pueblos Originarios, donde en más de una ocasión hablan desde el titular de la jefatura de Ministros, Marcos Peña o cualquier otro funcionario, los sorteos legítimos desaparecieron y por eso me animé a hacerles notar el tema a los responsables de repartir la palabra. Ellos me dijeron varias veces: "la próxima tenés que anotarte antes", o con más educación: "quedáte tranquilo, en la otra te anoto directamente.. si estás". Así pasaron los meses mientras el conflicto en nuestra Radio El Mundo se iba agravando y de repente, como delegado de prensa me enteré que en enero pasado todo estaba organizado para un vaciamiento. Dicho esto vía telefónica por uno de sus cabecillas. A partir de ahí no cobramos los haberes de diciembre y ese mes, eso si, cuando nadie lo esperaba, y gracias a las "tratativas" del "saliente" Julián Mansilla con el abogado Alberto Mac Mullen (o McMullen), y junto a Marcelo Morano (representante de Difusora Baires/Disney Argentina), empezó el plan que tenía como puntal ingresar por la ventana al estafador, Eduardo Martín Rodríguez "Flores" (este último apellido perteneciente a su madre y que no figura en su DNI debido a la innumerable cantidad de cheques sin fondo que el hombre ha emitido, más otros delitos). Este personaje, que dice haber pagado esos sueldos pendientes, en realidad recibió la partida de los hermanos Vignati, quienes se fugaban con los Levy, Freddy Lijo, Stochetti, los Olazagasti y el abogado Leandro Martínez, mientras el actual titular del fútbol pago de Clarín, Turner y FOX, Mansilla, les cubría la retaguardia. De ahí en más, nunca más vimos un peso y se lanzó el inicio de las hostilidades por parte de quien ya había vaciado Radio Chaco y participado del desastre que terminó igual en la famosa LV2 de Córdoba. No voy a hablar por otro colega extrañamente dejado en la calle en una emisora de La Plata que compartió esa conferencia conmigo, pero si por mí. Tengo muchas cosas para contar sobre lo que ocurrió en esas interminables semanas, pero lo peor fue cuando los laburantes de la legendaria LR1, dimos cuentas de que en un acto digno de los Guinness, el vaciador serial, Rodríguez (Flores), recibió la titularidad de FIOFIO PRODUCCIONES S.A. (la firma que tiene como única potestad la explotación comercial de la AM 1070 pero no es dueña de la misma), además de la firma en el Boletín Oficial de semejante y turbia operación por parte del mismísimo responsable del Ejecutivo, quien con ese gesto avalaba la intromisión de un prontuariado en un negociado que beneficia a Disney/Morano (verdaderos licenciarios de El mundo y la FM 94.3), al ENACOM, que puede dejar caer la licencia para entregarla a algún amigo cercano (como ocurrió en el caso Fontevecchia y Radio América), y al Ministerio de Trabajo, que en complicidad con la burocracia sindical de la vetusta dirigencia de La Intersindical, que entregó TODO y a TODOS, se sacan de encima el conflicto laboral de los 80 empleados que van a quedar en la calle tarde o temprano. De todos modos, que olviden estos señores que después de semejante opereta tan bien diseñada y que mata varios pájaros de un tiro, que van a quedar impunes. Está todo demostrado y documentado, inclusive los aprietes que me hicieron por teléfono, con personal de civil, policial, y por otras vías vinculadas a la web, que demuestran que al fin y al cabo, para afanar y joder la vida a la gente no se pueden dejar cadáveres por todos lados, por más intocables que se sientan. 

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