
Fueron creados, por esta senda, formidables instrumentos de control e imposición como lo son el FMI y el Banco Mundial. Se usaron los instrumentos de la circulación financiera como vehículo de una especulación sin límites, idearon “paraísos fiscales”, generaron enormes redes clandestinas de lavado de dinero, se introdujeron con fuerte peso en los mecanismos del poder político de las naciones. Los grandes conglomerados dirigieron sus negocios a las bolsas de valores, al sistema previsional y los seguros. Idearon novedosos recursos tecnológicos e impusieron las tarjetas de crédito, y con todos esos resortes fueron captando en mayores volúmenes los ahorros públicos para ponerlos en función de las multinacionales y del dominio de los recursos naturales en numerosos países.
La era actual de neoliberalismo dominante llevó esa expansión a niveles de paroxismo. La banca trasnacional profundizó problemas estructurales como el empobrecimiento, el desempleo y la mayor desigualdad social, emergieron los torrentes de capitales golondrinas que van y vienen especulando con las tasas de interés y provocando anarquías financieras sin precedentes. Y dominando el panorama, asoma el garrote de la deuda externa como elemento de presión política y de sumisión. (Nota completa)
Fuente: Agencia CTA
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