domingo, 28 de marzo de 2021

Semana intensa en Casa Rosada y una previa a las Pascuas con agenda judicial

La herramienta electoral del peronismo no podía esperar más la asunción de Alberto Fernández a la cabeza de ese Partido Justicialista nacional que fue una de las piezas claves, dirigido por el caudillo sanjuanino, José Luis Gioja, para la conformación del Frente de Todos, con eso que muchos de los que están en el poder hace más de un año siguen predicando mientras se agudizan las diferencia, la unidad.
En el estadio del club Defensores de Belgrano, el mandatario historió con épica el 17 de octubre, los gobiernos de Juan Domingo Perón, y resaltó la persecución de sus detractores y opositores golpistas, intentando hacer una analogía contemporánea apuntada a Juntos por el Cambio, y en particular, a su más conspicuo y mediático líder, Mauricio Macri, quien imitando a su principal adversaria política, Cristina Kirchner, pretende volver al cuadrilátero publicando un libro que promete un “segundo tiempo”. 
El titular del Ejecutivo dejó el escenario del barrio de Núñez, sabiendo que el discurso que había dirigido a la tropa pejotista no se fue del libreto que requería la ocasión, y entendiendo que tampoco el que, en acuerdo con sus pares frentistas, apuntaba a los no peronistas, señalando el nivel de endeudamiento que le dejó a la Argentina la administración de Cambiemos, para destacar en contraposición lo que para el Frente de Todos es una positiva gestión gubernamental positiva de la pandemia, punto en el que hoy hace foco el núcleo duro del macrismo residual, pero por la negativa. 
A pesar de los esfuerzos por destacar lo conseguido en base a estar unidos en la asunción de Fernández en el PJ, fue la propia Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, la que en el homenaje en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada que el mandatario y sus ministros le hicieron a las mujeres que denunciaban la desaparición de sus hijos y nietos después del golpe de Estado de 1976, quien volvió a hacer visibles las diferencias al interior de la alianza gobernante cuando manifestó: “por favor, si hay diferencias, hay que realmente dejarlas de lado, no puede ser, hagamos como dijo la presidenta y creadora de Madres, Azucena Villaflor de De Vincenti, tenemos que estar todas juntas, por separado no vamos a lograr nada”.
En medio de las internas en el oficialismo, inclusive en JxC con sus dirigentes en cargos ejecutivos, tal el caso de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, la situación sanitaria se siguió complicando y ambas fuerzas tuvieron que acordar con sus gobernadores y equipos de salud la imposición de algo que asusta a los políticos en esta coyuntura de año electoral, y que suma un estrés preocupante en la población. Se trata del cierre de fronteras con países limítrofes como Chile y Brasil (y más lejos México), prohibición de ingreso de turistas del exterior, test y aislamientos obligatorios a cuenta de los argentinos que tengan que volver.  Esto se decidió para desalentar el movimiento de ciudadanos puertas afuera de la Argentina y fomentar una Semana Santa en casa o en un destino interno.
Mientras tanto, el Gobierno nacional sumó otra fuerza opositora, la falta de vacunas. Algo que es la prioridad uno en Balcarce 50. Posponer las segundas dosis y mediatizar cada llegada de pequeñas remesas a Ezeiza es la estrategia que se acordó en las entrañas ministeriales. 
La semana ya parecía tener suficientes complicaciones con las críticas directas de Hebe de Bonafini desde Madres de Plaza de Mayo, que cuestionó en duros términos las negociaciones con el FMI y la situación económica del país, como para agregar alguna más en el marco de una actividad protocolar, en este caso, la programada Cumbre del MerCoSur, que debido al Covid-19 se hizo de manera virtual desde Casa de Gobierno. Allí pasó lo inesperado, Luis Lacalle Pou desde Uruguay dijo que el bloque comercial sudamericano “no puede ser un lastre”, algo que desató la verba del jefe de Estado argentino, que no tuvo empacho en invitar a su par, con el que hace unos meses compartía un asado a orillas del Río de la Plata del otro lado del “charco”, a bajarse del barco si el Mercado Común del Sur es una carga.
De todos modos, Alberto Fernández guardó un as en la manga para el fin de semana, una carta que de alguna manera eclipsa sus últimos desaciertos y las rencillas caseras, y eleva la figura de un aliado muy particular, ese que menos cuestiona sus intentos decisorios en la coalición que encabeza Cristina Kirchner, nos referimos al titular de la Cámara Baja, Sergio Massa. Después de una sesión interminable en el recinto de Diputados, obtuvo media sanción la reforma a la Ley de Impuesto a las Ganancias, algo que ahora seguramente será aprobado en el Senado, pero que con la inflación incesante será un beneficio a corto plazo para los asalariados que ganen menos de 150 mil pesos.
La semana corta que viene comenzará metiendo otra vez en la agenda la reforma judicial, ya que el lunes estará asumiendo en el Salón Blanco de Casa Rosada el flamante ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria, que después de prestar juramento frente a Fernández comenzará su tarea con un encuentro con los integrantes de la Suprema Corte, a quienes hace una semana ya les solicitó una reunión para encarar “la nueva etapa” que viene, y que va a ser de fuerte enfrentamiento entre dos de los tres poderes del Estado.

Fuente: Juan Pablo Peralta para la agencia internacional Globatium.com (@globatium), ECMC Noticias México-Argentina-España-Brasil-Bolivia-Ecuador-Estados Unidos (ecmcnoticiasmex), RCR Metro Barcelona (@RCRBarcelona) y FM Concierto (@105Concierto).

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