viernes, 22 de abril de 2022

El albertismo afirma que no hay tregua con CFK pero sí un acuerdo de verticalidad

En el arranque de la semana, un dirigente que camina la Rosada y conoce muy bien a Cristina Kirchner y a Alberto Fernández, reflexionó en un diálogo privado sobre el enfrentamiento que oxida cada vez más a la coalición de Gobierno: “Lo que no entienden muchos de los que ocupan despachos y cargos acá, es que gozan de ese privilegio gracias a ella ¿yo no sé por qué juegan a que tienen Poder propio? No la ven o perdieron la brújula”, se respondió mientras juntaba los hombros en señal de desconcierto.

La titular del Senado ya campeaba su estratégica prédica contra los “Supremos”, que se ensalzaban en las oficinas de los tribunales de Talcahuano con el arribo del mandamás de la Corte, Horacio Rosatti, en el Consejo de la Magistratura.

Muy alejados de esa batalla y de la calificación de “casta” que hizo la Vicepresidenta sobre el principal escaño de la “familia judicial”, el primer Mandatario y Martín Guzmán delineaban en Olivos anuncios que, ya tiene en cuenta, no podrán frenar la inflación, pero sí, correrán hacia adelante el fantasma del desgaste que generan las descontroladas remarcaciones de los supermercadistas en el sector de la población al que denominan “vulnerable”.

El lunes llegaba en visita oficial a Balcarce 50, el jefe de Estado de Ecuador, Guillermo Lasso. Después de la reunión de rigor, donde firmó acuerdos bilaterales con su par argentino, ambos presidentes aparecieron juntos en el Salón Blanco con el fin de hacer una declaración conjunta ante funcionarios y periodistas.

Lo que no se esperaba el político, banquero y empresario ecuatoriano, era que Fernández se despachara con la propuesta de que los países latinoamericanos vayan en el camino de “recuperar el vínculo diplomático pleno con Venezuela”.

El invitado salió del paso advirtiendo: “los vamos a analizar, no estamos preparados para tomar todavía una decisión”, y aclaró que siempre está a favor del diálogo. Las críticas de los disidentes a Nicolás Maduro: Amnistía Internacional, Human Rights Watch, y hasta el senador del partido republicano estadounidense, Marco Rubio, no se hicieron esperar. 

Obviamente, el tema quedó de lado en pocas horas en la sede del Ejecutivo, y fue un sonriente ladero albertista quien en el Patio de las Palmeras dijo al ser consultado por el tema: “acá no ha pasado nada muchachos, con la de problemas que tenemos, el comentario de Alberto ya perdió relevancia”.

La cuestión del país caribeño también quedó de lado porque se hizo a las pocas horas la batería de medidas que dio a conocer el jefe de Hacienda acompañado a su derecha por el propio presidente Fernández, quien persiste en despejar dudas con respecto a la continuidad de su ministro.

El escenario elegido fue otra vez el histórico Salón Blanco, que en otras épocas fue el marco de la asunción de jefes de Estado, o de mensajes que quedarían para siempre grabados en la historia.

Algunos opinaron que ese no fue el caso, porque el bono de emergencia de 18 mil pesos (a pagar en dos cuotas), dirigido a monotributistas (categoría A y B), a otros informales, así como a jubilados y pensionados -(con dos haberes mínimos de $32.630,40) será rápidamente fagocitados por el infierno inflacionario.

De hecho, fue el propio Guzmán quien afirmó que la ayuda se pagará con lo que se recaude por IVA y otros tributos al consumo.

“Es como comerse la cola”, manifestó un economista kirchnerista que fue invitado a escuchar la iniciativa, que fue acompañada por la cuestionada “renta inesperada”. Un proyecto de ley del que el mismísimo jefe de bloque oficialista, Germán Martínez, no quiso hablar porque “no está escrito”, reconoció.

Sus pares legisladores vieron la cuestión como letra muerta apenas escucharon las quejas de los industriales que estuvieron representados por Daniel Funes de RiojaNi siquiera ese 3,2 por ciento de las empresas que recauden 1.000 millones de pesos al año quieren pagar más impuestos.

El único representante gremial en el acto fue Pablo Moyano, el secretario general adjunto del sindicato de Camioneros (SiChoCa), a quien varios ven con una -cada vez- más marcada volatilidad política.

Atrás quedaron las novedades económicas del tándem Fernández-Guzmán, cuando el martes, la senadora Kirchner decidió mover el tablero del conflicto con el Poder Judicial, y partió su bloque en dos en la Cámara alta con la intención de tener un lugar más en el cuerpo que nombra o remueve jueces en la Argentina.

La táctica fue tomada por los opositores como un escándalo institucional. La tropa propia, por el contrario, celebró la jugada de “la Jefa”, que con pocas opciones logró la indignación de Luis Juez (Senador de JxC), quien judicializó la movida con fuerte respaldo mediático.

Espacios comunicacionales desde donde líderes de opinión anticristinistas optaron por bautizar de “Reina Batata” a la ex presidenta, sin hacer foco en la cantidad de veces que diversas fuerzas políticas, incluida la de CFK, utilizan los reglamentos y normativas con la finalidad de sostener su capacidad de fuego en los diferentes estamentos del Estado.

No ocurrió lo mismo en Diputados, donde Sergio Massa, sin las espaldas de Cristina, tuvo que optar por promover como consejera a la radical, Roxana Reyes. Una opción -que para las tribunas- fue objetada por la máxima autoridad del bloque al que pertenece.

Así, tanto él como Germán Martínez, que hizo una presentación jurídica de impugnación, actuaron los únicos papeles que les quedaban en el enjambre que es la discusión intestina y con la oposición, con la cual deberán seguir negociando leyes hasta el final del mandato.

El presidente del bloque de la UCR celebró la elección de Reyes para conformar el Consejo de la Magistratura.

La mañana del miércoles, el jefe de Gabinete Juan Manzur, no muy propenso a hablar con la prensa, resolvió que su equipo de asesores acordara una entrevista, de tipo “casual”, al ingresar al palacio gubernamental. La idea era fijar posición sobre lo acontecido en el Parlamento.

“La decisión que tomó nuestro bloque está dentro de los parámetros legales en los cuales está permitido este tipo de accionar”, señaló el gobernador tucumano (en uso de licencia), acercando posiciones con su antigua jefa política.

La movida del ministro coordinador cayó muy mal en las ligas del albertismo, y fue el mismo Fernández quien lo convocó a la residencia presidencial para objetarle las declaraciones y pedirle que de acá en más sólo se hable de gestión y no de temas políticos.

Pese a los retos, el hombre que llegó a ocupar el lugar de Santiago Cafiero -después de la derrota en las PASO- no perdió la oportunidad para recordarle al mandatario que los gobernadores no están conformes con los resultados de los planes antiinflacionarios, y menos aún con las promesas incumplidas en materia de fondos y de definiciones en la batalla endógena que atraviesa la alianza gobernante.

Esa misma jornada, se suscitaron varios gestos en pos de la campaña electoral del actual titular del Ejecutivo. Primero se supo que las organizaciones sociales que profesan el albertismo convocaron a una movilización a realizarse el 1 de mayo, Día del Trabajador. 

Será en Plaza de Mayo avalando a Fernández y al proyecto de “renta inesperada” del Uno de la cartera económica, Guzmán. Marchará la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), y los fusionados Movimiento Evita Barrios de Pie con sus referentes: Esteban “Gringo” CastroEmilio Pérsico Daniel Menéndez, entre otros.

Por la tarde, quien verbalizó otra vez sus ganas de repetir otros cuatro años en el sillón de Rivadavia fue el presidente, que sin agenda oficial se fue a dar una clase de Derecho en la Universidad de José C. Paz, y luego, en un acto partidario junto al intendente local Mario Ishii, dijo a los gritos: “El que quiera hacer creer que en 2023 estamos perdidos ¡un carajo estamos perdidos!”.

La flamante oficina que irónicamente los cristinistas llaman “Alferdez 2023”, da cuenta de la iniciativa reeleccionista del equipo de Presidencia de la Nación, que la hizo construir en tiempo récord -violando la arquitectura del mítico edificio- al desaparecer una galería interna en el segundo piso de Casa Rosada.

En el lugar colocaron escritorios, mesas de trabajo, y pantallas gigantes que siguen el minuto a minuto de todos los canales de noticias. El mini búnker electoral se oculta bajo la fachada de otra dependencia de la Secretaría de Comunicación y Prensa, sin embargo, es el centro de operaciones de lo que los colaboradores del Instituto Patria catalogan con sorna macrista: “la utopía del segundo tiempo albertista”.

Los funcionarios biondinistas -de Juan Pablo Biondi- que cumplen tareas allí, incluyen al subsecretario del área, Marcelo Martín, el fueguino que fue corrido de la exposición pública debido a las graves denuncias que recibió desde varias dependencias de Balcarce 50.

Juan Pablo Biondi junto a Alberto Fernández, cuando aún era secretario de Comunicación.

Muchas por malos tratos, otras por abuso laboral, y hechos espinosos que pisotearon durante largo tiempo la libertad de expresión de varios periodistas acreditados en Gobierno, a los que se intentó quitar sus acreditaciones.

Cuando Biondi todavía mantenía su cargo oficialmente, (y no como ahora desde la clandestinidad de una oficina externa), su segundo (conocido por todos como MM) intimidaba y regulaba la actividad de la prensa que cumple funciones en la Casa, algo que llegó a los oídos del propio Presidente, que decidió tomar cartas en el asunto y ordenó alejarlo del contacto con la prensa acreditada.

Así se produjo la llegada de Gabriela Cerruti y la Unidad de Comunicación de Gestión Presidencial, que por ahora se esfuerza por evitar más barahúndas.

Después de la actividad en Vaca Muerta, donde Fernández encabezó el inicio de las obras del gasoducto Néstor Kirchner, y que sólo dejó como anécdota las ráfagas de viento y polvo que unieron en la nebulosa sureña a Axel KicillofDarío Martínez (Energía) y Federico Basualdo (subsecretario de Electricidad), cayeron en Rosada -como otro balde de agua fría- los datos del INDEC sobre el incremento en la Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica Total.

Las cifras indican que una familia tipo (pareja y 2 hijos) necesitó en marzo $89.690 para no ser pobre y $39.862 para no ser indigente. Es decir que el costo de productos de la CBA subió 6,5 %, y CBT: 7% respecto a febrero.

La otra mala noticia llegó del lugar adonde conducen todos los caminos: Roma. El hecho de que el Papa Francisco haya cancelado el publicitado encuentro con el canciller Cafiero sorprendió al sector leal al Presidente.

Es que en la puja que se da en el FdT, el kirchnerismo resaltó el tiempo que el Pontífice le dedicó –en audiencia vaticana hace unos días- al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro (90 minutos). Espacio similar al que le otorgó al mandatario estadounidense, Joe Biden (ambos hasta ahora tienen el récord en el papado de Bergoglio).

Lo que peor sonó en las huestes del Palacio San Martín, fue la excusa que dio la Santa Sede para no realizar el encuentro: un dolor en la rodilla del líder argentino de la Iglesia Católica, algo que obviamente, los voceros oficiales minimizaron sin darle paso al beneficio de la duda. Una actitud que según entienden los satíricos referentes camporistas: “demostró un elevado acto de fe cristiana de la mesa chica de Alberto”.

El cierre de cinco jornadas agitadas llegó con la conferencia de prensa que retomó Gabriela Cerruti después de dos semanas -y en un día viernes por haber acompañado a su jefe a Neuquén el jueves-.

Ante los periodistas, la funcionaria con rango de ministra, aseveró en referencia al “Tractorazo” que las entidades del campo realizarán este sábado 23 de abril, que "acá no hubo suba de retenciones a los productores”.

“La verdad es que están marchando por las dudas contra un proyecto que no conocen o que imaginan que puede suceder. Con lo cual, no tenemos ninguna duda de que se trata de una marcha absolutamente política y que tiene que ver con otros intereses, que defender los legítimos derechos del campo”, añadió Cerruti.

Sobre la propuesta del jefe de Estado de retomar relaciones diplomáticas con Venezuela, la vocera deslizó que la situación está mejorando en ese país, y recibió por respuesta duras críticas desde Human Rights Watch, que se preguntó públicamente: “¿En qué planeta vive?”.

Consultada por este medio sobre la fuerte suba en la Canasta Básica de Alimentos, Cerruti culpó por esos resultados a la inflación que dejó Mauricio Macri, y subrayó que "nunca las medidas alcanzan" y "que el salario registrado no alcanza".

En esa línea destacó la reapertura de paritarias que intentan alcanzar el aumento del Índice de Precios al Consumidor, que dicho sea de paso, puede jugar otra mala pasada cuando se sepan los números del corriente mes.

El frenético ritmo del viernes tuvo una inesperada rueda de prensa en el Salón de Conferencias del segundo piso de Casa de Gobierno. De un momento a otro se notificó en la Sala de Periodistas que Aníbal Fernández iba a hacer declaraciones.

La exposición hizo eje en bajarle el tono a dichos previos en los que el Ministro de Seguridad de la Nación había manifestado que los productores agrarios autoconvocados no entrarían a la Capital Federal con tractores. “Ni lo sueñen”, fue la expresión que utilizó, y de la que se desligó aduciendo que la responsabilidad es de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Cuando PolíticaYMedios le preguntó qué contestaba a los dichos del ex titular de agroindustria de CambiemosLuis Etchevehere, (que afirmó que la actual coyuntura se parece a la de la 125), Aníbal expresó: “La 125 la hizo (Martín) Lousteau. ¿Por qué no le preguntan a él que está con ellos?”. A la vez que negó que ambas situaciones tuvieran parentesco alguno, y agregó: “Lo que se buscaba en aquel momento era que los productores más chicos tuvieran alguna posibilidad por la cercanía de una renta extraordinaria”.

Por lo pronto, el jefe de Estado mantiene sus visitas de proximidad en la Provincia de Buenos Aires, esta semana eligió cerrarlas con una recorrida a una obra de saneamiento en la localidad de Moreno.

Sus operadores niegan que haya una tregua entre él y CFK, pero aseguran que se ha optado por un lineamiento que respete al menos la verticalidad entre las segundas y terceras líneas. Desde la principal oficina del Senado y el Patria nadie da entidad a esa supuesta norma implícita.

Lo que sí está claro, es que el fuego amigo va a persistir hasta que la contienda electoral en las PASO dirima quienes integrarán la fórmula que enfrente a Juntos por el Cambio en 2023.

Fuente: Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada

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