jueves, 15 de junio de 2023

El organismo de medición que dirige un massista dio una inflación en mayo del 7,8%

Con datos polémicos, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina, entiende que la aceleración de los precios, bajó unas décimas su crecimiento en el pasado mes de mayo. Aunque sigue teniendo números muy elevados comparado con los guarismos que se observan en la mayoría de los países de la región y del mundo.

Conforme al organismo oficial, que dirige de manera incompatible un hombre del ministro de Economía, Sergio Massa, nos referimos a Marco Lavagna, el Indice de Precios al Consumidor del período anterior al corriente mes fue de 7,8 por ciento. Una cifra que está bastante por debajo de las proyecciones que estimaba el mercado, las consultoras privadas, pero en particular, los consumidores.

Así, el aumento acumula 42,2%, con un interanual que ya está en 114,2%, acercándose al techo histórico de 115% que se registró en septiembre de 1991. La desgastada administración, a la que sólo le quedan seis meses de mandato y que se debate en una interna feroz, festejó esos preocupantes números.

Partiendo del mismo relevamiento del instituto de medición oficial, el principal aumento se registró en los rubros Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, que llegó a 11,9%, debido a la suba de tarifas en los servicios de electricidad y gas natural de red. Lo escoltaron: Restaurantes y hoteles (9,3%); Salud (9%) y Equipamiento y mantenimiento del Hogar (8,8%). Los Alimentos y bebidas subieron 5,8%, y la inflación núcleo, que elimina precios estacionales y regulados, observó un avance del 7,8%.

El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que publica el propio Banco Central, esperaba un 9% para mayo y un 148,9% para este año. Un mes atrás, la proyección llegaba a bastante menos, un 126,4%.

El Palacio de Hacienda vio con optimismo la baja que marcó para el mismo período del año el órgano que mide los precios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bajo la égida del alcalde y precandidato presidencial opositor, Horacio Rodríguez Larreta, quien tiene vasos comunicantes con el ministro de Economía que lidera el Frente Renovador y está siendo apadrinado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, en sus ambiciones de llegar al sillón de Rivadavia en la Casa Rosada.

La desaceleración es vista con cautela y dudas por diversos sectores del mercado y de la sociedad toda. En la jornada en que se publicaron los índices inflacionarios el dólar informal trepó 13 pesos, llegando a los $496. Los financieros también volvieron a tomar fuerza, tal el caso del denominado Contado con Liquidación (CCL) que alcanzó los $505,47 y el Turista, que ya está en $513. Vale decir que la cotización de la moneda oficial mantiene sus incrementos cotidianos que lo establecen en $257,16. Un esquema de microdevaluación del peso local, que también carcome los ingresos de todos los argentinos y genera cada vez más pobreza. Recordemos que esos niveles están en los 20 millones de argentinos entre los que 4 millones son indigentes.

Tanto Massa como el presidente Alberto Fernández justifican esta mala performance apuntando al endeudamiento que dejó la gestión de Mauricio Macri, a la pandemia mundial, al conflicto bélico Rusia-Ucrania, y a la sequía. Fenómenos que, en la perspectiva de los funcionarios gubernamentales, parecen haber complicado más a la Argentina que al resto de los países del globo, con argumentos que a simple vista no son nada válidos.

Las numerosas y costosas comitivas de ambos no cesan de salir del país, gastando dólares, pero con el fin de conseguir billetes verdes, que todavía no ingresan a las flacas reservas del BCRA. En Brasil no hubo voluntad de que el intercambio comercial entre los socios del MerCoSur se realice en reales, y en China sólo se consiguió ampliar el swap con el que nada más se pueden abonar importaciones del gigante asiático.

Este miércoles, en el que además se cumplía el plazo para presentar las alianzas electorales en el peronismo, en las que el «albertismo» promueve precandidatos presidenciales como el actual embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, al jefe de Gabinete Agustín Rossi, y a la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz (como precandidata a gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, el Primer Mandatario se alejó presencialmente de los enfrentamientos endógenos y del dato del IPC, viajando a la provincia de San Luis para reunirse con el gobernador Alberto Rodríguez Saá, quien el domingo pasado no pudo imponer en el distrito a otro sus delfines, el ex juez puntano, Jorge «Gato» Fernández.

De todos modos, el ganador, Claudio Poggi, ya fue uno de sus delegados en el Ejecutivo sanluiseño entre 2011 y 2015, y ahora vuelve de la mano de su hermano, Adolfo Rodríguez Saá, pero con el sello opositor de JxC. Ambos juegan a la estrategia de estar peleados (pour la galerie) y de la mano del peronismo o el macrismo, mantienen el poder feudal que impuso su dinastía familiar desde 1860.

Entretanto, el titular del Palacio de Hacienda continúa esperando que el Fondo Monetario Internacional le otorgue un adelanto de u$s 10.000 millones para llegar hasta el 10 de diciembre, día en que después de las Primarias, los comicios Generales, y un posible balotaje, se asuma quien va a cargar con la herencia que deja el desguazado Frente de Todos, que ahora concurrirá a la disputa electoral con un nuevo selló que lleva el nombre de Unidad Por la Patria (UP).

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

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