Juntos para ayudarnos unos a otros y salir de esa lógica perversa de perder la solidaridad entre amigos y colegas periodistas, algo que sólo beneficia a pequeños grupo de impiadosos y mezquinos que sólo piensan en sus intereses y en incomunicarnos.. romper nuestros lazos. Ellos me hacen sentir que pese a todo nada está perdido, los abrazo en mi corazón. A mi izquierda ese bello ser que es mi querida Mariana Capaccioli, puro corazón, del otro lado él, un tipo digno que jamás sede frente a la tibieza, Antonio Crudo. Dos compañeros del oficio de estar en la calle, en la radio, en donde el laburo de informar nos llame. Dos seres especiales que me regaló este breve paso por el plano terrenal.
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