Aunque Argentina pasa por un momento de profunda incertidumbre cambiaria, la volatilidad es histórica y única. Pocos países del mundo han sufrido tantas y tan grandes devaluaciones en los últimos 100 años.
Y si alguien hace negocio con esto, son los operadores de los mercados de tipo de cambio a futuro.
Los contratos a futuro son una herramienta común en cualquier país capitalista: se usan, sobre todo, en los mercados de commodities. Pero en ningún país como Argentina -sobre todo en América Latina- hay tanto movimiento de futuros. En especial en cuanto a compra y venta de divisas.
La bolsa de futuros de Rosario, conocida como Rofex, es la segunda más grande de la región después de la Bolsa de Valores de San Pablo, según cifras de la Futures Industry Association, una agrupación de las bolsas que manejan estas herramientas.
Pero en lo que a dólares futuro se refiere, Rofex es la sexta más grande del mundo, solo después de cuatro bolsas indias y una rusa.
En la Rofex se firmaron 148 millones de contratos de dólares futuro en 2017 y se espera que este año esa cifra crezca en al menos 20%, asegura la BBC.
Qué es el dólar futuro
Los contratos de dólares futuro son firmados por dos agentes financieros que, basados en una estimación de lo que será la tasa de cambio, se comprometen a comprar o vender divisas dentro de determinado tiempo.
Una vez se llega a la fecha pactada, uno de los dos tiene que pagar al otro la diferencia dependiendo de si la tasa de cambio subió o bajó. Necesariamente, uno pierde y el otro gana.
"Es un juego que suma 0", le dice a BBC Mundo Macelo Sumisso, economista y analista de Rofex. "Porque en el contrato hay dos participantes que tienen exposiciones contrapuestas".
"Y funciona porque es que una manera de distribuir los riesgos en una economía", añade.
Con los futuros, los productores pueden estimar qué espera el mercado de ellos: "Hace que la economía sea más eficiente, porque permite una repartición de los factores de la producción", dice Diego Fernández, gerente de Rofex.
Aunque una parte de los operadores de este mercado lo hacen a manera de cobertura, otra parte importante vive de la especulación con el tipo de cambio en busca de ganancias netas.
E incluso eso, dice Fernández, no es necesariamente nocivo, "porque provee de liquidez y riesgo a las operaciones", dos cosas que se consideran necesarias en el mercado.
La clave, dice, es que no hagan trampa: "Que, por ejemplo, un funcionario, que tiene información privilegiada sobre lo que va a pasar en el país, entre al mercado de futuros".
Cómo surgió el dólar futuro
Los contratos a futuro fueron creados por los holandeses durante el siglo XVII en busca de rentabilizar las cosechas de tulipanes. La primera bolsa de futuros se creó en 1967 en Osaka, Japón, para el mercado de arroz.
A la Argentina llegó en 1909. Fue creado dentro de la Bolsa de Comercio de Rosario, ciudad que por ese entonces era el epicentro de la exportación de granos de una de las economías más prósperas del mundo.
El Rofex, una empresa privada cuyo mayor accionista es la Bolsa de Comercio de Rosario, es el escenario de dos tipos de negocios de contratos de futuros: los derivados agropecuarios (que van desde la soja hasta el maíz) y los financieros (en donde el dólar es el principal atractivo).
"Este año, de por sí, hemos tenido niveles muy altos de flujo", dice Comisso. "Estamos en records históricos, porque obviamente la volatilidad (cambiaria) aumenta la demanda de cobertura".
Cada vez que el dólar salta, los traders de los bancos más importantes del mundo que operan en Argentina —financieros que saben de política y números, que viven estresados y pegados a las noticias— hacen sus cálculos y se lanzan al mercado de futuros con tal de obtener ganancias o recuperar las pérdidas de sus clientes.
El dólar futuro en la Argentina
Cuando se habla de dólar futuro en Argentina es imposible no entrar al tema político, porque, hace no mucho, aquellas dos palabras estuvieron en la primera línea de las noticias.
Cuando Mauricio Macri ganó las elecciones, el gobierno de Cristina Kirchner hizo una serie de operaciones en el mercado de futuros a sabiendas de que el dólar se iba a disparar cuando el nuevo presidente levantara el control de cambios, que era una de sus promesas.
Kirchner y varios de sus funcionarios están por ir a juicio oral bajo el cargo de defraudación a la administración pública. Se les acusa de provocar un perjuicio económico de $17.000 millones.
Los acusados dicen que las operaciones fueron medidas como las que haría cualquier gobierno en el mercado de futuros y que la investigación judicial es parte de una persecución política.
Tras la investigación judicial del dólar futuro, el Estado argentino se retiró de este mercado, pero en medio de la actual volatilidad cambiaria el gobierno de Macri tuvo que volver a usarlo para contener la devaluación.
Sus críticos suelen añadir, también, que varios funcionarios —como el recién salido presidente del Banco Central y amigo de Macri, Luis Caputo— hicieron fortunas en este mercado.
Un mercado que, por cierto, es tan jugoso que incluso durante los años de Kirchner, cuando había control de cambio de divisas, se mantuvo como uno de los más grandes de la región.
Los críticos del modelo económico actual en Argentina dicen que ha promovido la llegada de capital especulativo.
"Los futuros son una herramienta válida y a veces necesaria, pero también se han convertido en un mecanismo más que promueve le entrada de capital financiero, especulativo, y no productivo, a la Argentina", opina Martín Alfie, economista y director de radar Consultores.
Una de las críticas más frecuentes que ha recibido Macri es que su modelo económico ha promovido más la llegada decapital especulativo en lugar de uno que impactara a la producción y a la economía real.
Los economistas coinciden: los futuros, o las finanzas en general, son una pata válida y necesaria de la economía. Pero no su principal motor.
Es, para volver al árbol de navidad, como si diciembre se prolongara todo el año: simplemente, no funciona.
Fuente: iProfesional
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