Días atrás, el Financial Times publicó un artículo donde advirtió sobre una crisis de financiamiento que amenaza con volverse peor para el gobierno de Mauricio Macri, a menos que pueda cerrar acuerdos con una mix de acreedores locales, externos y multilaterales a los que les debe US$101 mil millones.
Fue una semana después de que Macri anunciara la postergación del pago de US$ 7.000 millones de deuda local de corto plazo por unos 6 meses y que estaba buscando un "reperfilamiento voluntario" de US$ 50.000 millones de deuda de largo plazo, cuya mayoría se encuentra en manos de inversores extranjeros.
La porción considerable adeudada a los inversores extranjeros podría ser un punto de conflicto, según Edward Glossop de Capital Economics, dado que esos acreedores tienen más posibilidades a su alcance que sus pares locales de rechazar cualquier propuesta que el gobierno presente.
En esa línea, ahora el FT publica un artículo firmado por Cosby Smith y publicado este jueves (5/9) donde asegura que “algunos de los mayores acreedores internacionales de Argentina, incluyendo T Rowe Price, Eaton Vance y GMO, mantuvieron conversaciones informales esta semana sobre cómo responder al plan del presidente Mauricio Macri de demorar el pago de deudas por u$s 101.000 millones. Llegaron a la conclusión de que sería inútil negociar con un gobierno que sufre el síndrome del "pato rengo".
El artículo continúa así:
Los bonistas se comunicaron el martes y discutieron estrategias. La opinión general es que cualquier acuerdo de deuda probablemente se suspenda, a menos que cuente con el aval del candidato presidencial peronista Alberto Fernández, según uno de los participantes de esa llamada en conferencia. Además, el gobierno de Macri todavía no presentó ningún tipo de propuesta de reestructuración.
Los acreedores determinaron que no tiene sentido iniciar negociaciones ni tampoco formar una comisión formal con representación legal.
En cambio, durante lo que un inversor llamó "modo espera", los bonistas se están concentrando en establecer canales de comunicación con el equipo de Fernández y en contactarse directamente con el FMI, mientras todo el tiempo comparten información entre ellos.
"No tenemos ninguna claridad", sostuvo un acreedor que habló de manera anónima. "Asumir una postura en este momento sería estúpido", agregó.
Si bien los titulares de bonos no están listos para organizarse en este momento, recalcaron que el plan de Macri de manejarla deuda local de corto plazo probablemente no brinde mucho más que un breve alivio.
"Postergarlos bonos seis meses en realidad no resuelve nada", dijo Mike Conelious, un gestor de carteras de T Rowe Price que participó de la comunicación telefónica, agregando que la situación ideal sería que los equipos de Macri y Fernández presten su apoyo a un plan de mayor envergadura. "Lo que se contempló hasta ahora localmente es a muy corto plazo y es necesario que sea mucho más integral".
GMO y Eaton Vance prefirieron no hacer comentarios.
El caos del mercado y el anuncio del gobierno de un "reperfilamiento" de deuda llevaron a las agencias calicadoras de riesgo Standard & Poor's y Fitch Ratings a emitir un reporte de "default selectivo" y de "default restrictivo" respectivamente. Sin embargo, esas designaciones de cesación de pagos fueron levantadas enseguida porque el gobierno inmediatamente demoró por decreto presidencial los pagos que debía de los bonos a corto plazo.
Dado que el país todavía no se encuentra en cesación de pagos en lo que respecta a sus deudas externas y que el vacío político se prolongará hasta la elección de octubre, los bonistas recalcaron que podría transcurrir algún tiempo antes de que se pueda hacer un verdadero avance.
"Los mercados van a necesitar detalles para avanzar de manera signicativa", aseguró un acreedor.
Fuente: Urgente 24
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