Ha comenzado una atípica campaña política en Argentina luego de los resultados de las primarias de 11 de agosto. Ya empezaron a salir los spots televisivos donde el propio mandatario local no aparece. Los mismos giran en torno a mostrar gestión en materia de obras y actividades vinculadas a la lucha contra la inseguridad.
A esta extraña propaganda electoral oficialista se suman malas noticias, ya que pese al viaje del ministro del área económica, Hernán Lacunza, a Nueva York para reunirse con los propios popes del Fondo Monetario Internacional, no se pudo destrabar el desembolso de U$s 5400 millones de dólares que se esperaban para la primera quincena de este mes de septiembre. Algo vital para la Argentina en esta coyuntura, ya que el Banco Central derrama todos los días divisas de las reservas para sostener un valor oficial ficticio de la moneda estadounidense en un promedio de 60 pesos, que también tiene en vilo el Dólar Blue y el Contado con Liqui que llega a los $70.
La presencia del propio presidente Macri en las reuniones con David Lipton y otros funcionarios del organismo internacional sólo consiguieron una promesa para otra reunión el 14 de octubre, dos semanas antes de las elecciones nacionales. De esto se desprende que el gobierno, con esto sólo ha ganado tiempo, porque si el FMI expresara oficialmente que esas remesas no van a llegar en lo que queda de la administración de Cambiemos, colapsaría la perdida de reservas del BCRA y otra vez haría aumentar el billete verde. Lo que significa traslado a precios de todos los bienes y servicios del mercado local, especialmente a lo que más preocupa a los argentinos, los productos de la canasta básica de alimentos: lácteos, pan, las carnes, etc. Elementos que para la mayoría de las familias se están haciendo inaccesibles, por eso tantos comedores y merenderos, con toda una situación dramática que derivó en que haya que reclamar la declaración de una Emergencia Alimentaria.
En este marco se está desarrollando esta campaña, con los 30 días, en 30 distritos y con anuncios durante un mes por parte del Jefe de Estado. En los últimos días se selló un acuerdo entre los propios dirigentes del PRO que estaban alejados de la Mesa de Acción Política de la coalición gobernante, especialmente del intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien ya lleva por lo bajo su propio proyecto político de cara al 2023, donde tiene a muchos dirigentes porteños trabajando en ello y donde podría ir en una formula con María Eugenia Vidal (la casi saliente gobernadora de la provincia de Buenos Aires) para acercar posiciones y alcanzar la meta electoral de quedar posicionados como una oposición fuerte.
Luego de negociaciones con el titular del gabinete macrista, Marcos Peña, se firmó una Pax temporal, por lo menos para llegar hasta los comicios venideros. A partir de ese encuentro volvieron a verse fotos e imágenes en un acto de Macri y Vidal juntos. Habra que ver si en las próximas cuatro semanas el titular del Ejecutivo logra su fin, que obviamente ya no es ser reelegido, algo que es complicadísimo, pero si mantener esos 8 millones de votos con concejalías, diputaciones, bancadas, no sólo en el Parlamento nacional sino en los de todo el país.
A eso juega la Alianza Cambiemos, recordemos que el radicalismo tiene que enfrentar otras batallas, el próximo domingo, en otro importante distrito argentino que es la provincia de Mendoza, el titular de la UCR, Alfredo Cornejo termina su mandato y su candidato podría perder la elección frente a Anabel Fernández Sagasti, una joven dirigente del kirchnerismo que es compañera de bancada de Cristina Kirchner en la Cámara Alta. No hay que guiarse por lo que dicen las encuestas porque han fallado rotundamente en todos los datos que dieron para las PASO.
Alberto Fernández por su parte sigue en campaña visitando los distritos donde hay más votantes, vuelve cada tanto a Córdoba, ya ha estado en Mendoza apoyando a Sagasti y manifestando promesas, como por ejemplo, la de subir jubilaciones, alcanzar un acuerdo por 180 días para que no se se incrementen más los precios, ni que los sindicatos pidan aumentos salariales, todo ver la manera de empezar a crecer. El candidato del Frente de Todos propuso además hacer federalismo llevando a todo el gabinete nacional a las provincias de manera mensual para atender los problemas de la gente desde sus lugares, y además incorporó la idea de reestructurar deuda imitando el modelo uruguayo, que tiene que ver con correr plazos de pago hacia adelante y negociar canjes que pueden tener, como en el caso oriental un alto número de bonistas que confía, priorizarán cobrar sus deudas.
Luego de la crisis del 2001 en nuestro país, Roberto Lavagna, hoy candidato a presidente por Consenso Federal junto al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, negoció como ministro de economía, primero de Duhalde y luego de Néstor Kirchner, un megacanje donde se abonó por cada dólar adeudado únicamente 25 centavos. Una importante quita que todavía la mayoría del espectro político y ciudadano le reconoce. La propaganda electoral de las otras cinco fórmulas también van con duras críticas a la gestión de Mauricio Macri y muchos de sus funcionarios, especialmente a sus ministros de economía, titulares del Banco Central, la política represiva de la responsable de Seguridad, Patricia Bullrich, y la de la Oficina Anti Corrupción, Laura Alonso, quien llegó a ese cargo sin ser abogada, y perteneciendo de manera insólita a la fuerza gobernante. La militante PRO nunca investigó casos de corrupción vinculados a su propio gobierno, algo que no puede suceder más bajo esta o cualquier gestión, porque la credibilidad y la gobernabilidad ya no pueden correr más riesgo en Argentina.
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