La poca actividad en Casa de Gobierno es cada vez más notable. La sensación que se vive en Balcarce 50 es la de una administración que está en piloto automático, salvo en lo que tiene que ver con la economía en esa lucha diaria por intentar mantener al dólar en alrededor de unos 60 pesos, con la consecuente salida de reservas del Banco Central y salida de depósitos de ahorristas y empresas en esa moneda. A esto se suma que pese a esa contención que intenta el BCRA cotidianamente, todas las operaciones en materia comercial toman como referencia el billete estadounidense que se vende en negro, aquí denominado Blue, el Contado con Liqui, o el que se negocia a futuro. Esto sigue generando presión sobre los precios de todos los bienes y servicios en el país, pero principalmente sobre los alimentos de la canasta básica, y esto es lo que más preocupa a la mayoría de la población. Continúa una campaña inédita con un presidente que no está gobernando, sólo ha participado de una reunión con su gabinete donde luego alguno de sus ministros hace declaraciones a la prensa para responder, en “Modo Electoral”, sobre dichos de los integrantes de la oposición. Lo único que fue noticia en los últimos días en materia de decisiones que tomó Cambiemos, tuvo que ver con un polémico Decreto de Necesidad y Urgencia que bajaba las indemnizaciones en los casos de accidentes de trabajo, una iniciativa que fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia. Está claro que la voluntad de muchas de las cosas que quiere llevar adelante la alianza gobernante sobre el final de su mandato están siendo frenadas, inclusive muchas de las detenciones que fueron llevadas adelante por parte de la justicia federal, y que el macrismo promovía como lucha contra la corrupción empiezan a ser cuestionadas exigiendo que se respete el principio de inocencia. Es por eso que ya varios empresarios y funcionarios vinculados al kirchnerismo han sido excarcelados. Otro indicio de que muchos jueces giran sus posturas históricamente frente a la coyuntura política sin respetar la división de poderes. Por su parte Alberto Fernández, el candidato del Frente de Todos que más votos obtuvo en las Primarias, presentó un plan para luchar contra el hambre, uno de los postulados de campaña de Mauricio Macri en 2015 bajo la consigna “Hambre Cero”, algo que obviamente no se concretó y por el contrario se desbordó hasta llegar a la actual situación de Emergencia Alimentaria que aprobó el Congreso. Un país productor de alimentos, que como se dice hasta el cansancio, tiene la capacidad de alimentar a 400 millones de personas en el Mundo no puede cubrir las satisfacciones nutricionales mínimas a sus más de 40 M de habitantes. El oficialismo no deja de tener esto en claro, y más allá de que puertas afuera manifieste que es posible revertir los números de las PASO, su denominado “Laboratorio PRO” tiene un sólo objetivo, mantener esos casi 8 millones de votos que su fuerza obtuvo el 11 de agosto pasado para consolidar una oposición fuerte que podría quedar encabezada por el actual jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y referentes propios como el ministro de hacienda, Hernán Lacunza, que asumió en el marco de la crisis, junto a referentes de la UCR, la CC y el propio peronismo antikirchnerista. De todos modos en el Parlamento, que por estos días también se encuentra en un cese de actividades total debido a este proceso de campañas en todo el territorio nacional, podría haber un 2019 con divisiones dentro del bloque opositor de la colaición que respaldó a Macri hasta ahora. Esa divergencia podría venir principalmente desde el radicalismo y por los clásicos desplantes de la volátil Elisa Carrió. Eso es lo que los popes de Propuesta Republicana (PRO) intentan impedir para poder tener el mayor poder de fuego posible frente a un potencial gobierno de los Fernández.
Informe completo desde Casa Rosada
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