Con sus caras de colores y su enigma matemático, los cubos
rubik o cubos mágicos hipnotizaron a miles de chicos y grandes en la década del
'80. Hoy en día, 45 años después de su invención accidental, volvió a tener
legiones de fanáticos que lo manipulan en alguna de sus versiones modernizadas
derivadas de la pasión por el original. Es uno de los juguetes que más se
regalan en estas Fiestas. Torneos interescolares y competencias improvisadas en
algunas empresas locales muestran que el entusiasmo no se apaga.
Fue inventado en 1974 por el profesor de arquitectura Ernö
Rubik, con la intención de mostrar a sus alumnos las propiedades del espacio
tridimensional y poder estudiar también cómo se producen los giros en el
espacio. Seis años después se producía en masa y, con el tiempo, el cubo mágico
se convirtió en uno de los juguetes más comprados en el mundo. Según algunas
estimaciones se vendieron apróximadamente 4,5 millones de unidades por año
desde ese momento.
El desafío original del cubo, por supuesto, era resolverlo.
Para eso se idearon distintos algoritmos, algunos con más pasos que otros. Hoy
en día, con los tutoriales disponibles en Internet, la hazaña de desentrañar la
lógica de sus caras no es la misma. Sin embargo, proliferan las competencias de
speedcubing, en las que los participantes intentan resolverlo en el menor
tiempo posible.
Variantes de un juguete siempre vigente
Con forma de triángulos, círculos, hexágogonos, mucho más de
9 compartimentos por cara (del 3x3x3 al 13x13x13) y en versiones made in China,
por estos días inundaron las vidrieras de jugueterías decoradas para Navidad.
Ya no todos sean quizás técnicamente el Rubik. La locura por el cubo no es sólo
cuestión de chicos, se ha visto más de uno en los escritorios de expertos en
sistemas de algunas empresas locales.
Según describe un artículo en el diario ABC, de España, el
primero que hizo un estudio matemático sobre este cubo, desarrolló una notación
para poder describir los movimientos que se hacen en él y publicó una de las
primeras soluciones conocidas fue David Singmaster, matemático americano que en
aquel momento trabajaba en Londres. Singmaster es, entre otras cosas,
coleccionista de puzles mecánicos y libros y un estudioso de la historia de la
matemática recreativa. Escribió la famosa guía "Notes on Rubik's 'Magic
Cube'", y desarrolló un método de escritura para describir los giros de
las caras del cubo. Esa notación se ha convertido en el estándar, y ahora se
conoce como "Notación Singmaster".
Según cálculos matemáticos, el juguete tiene más de 43
trillones de posibilidades de permutaciones diferentes.
El inventado por Rubik no es el único cubo que se empleó con
fines recreativos. Aunque menos conocidos, tal vez puedan explorarse también el
Cubo Soma de Piet Hein o el Cubo de Bedlam, que no es nada sencillo.
Fuente: Buenos Aires Económico
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