Suspender las clases en todos los niveles educativos desde el miércoles y durante 15 días. Cancelar o retrasar las cirugías programadas, las consultas o pruebas diagnósticas no preferentes, e ingresos programados, si es necesario. Habilitar nuevas camas y unidades en los hospitales para atender la crisis del coronavirus. Y atender prioritariamente en sus domicilios a los pacientes en la atención primaria. Esas son las medidas que ha anunciado Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, para intentar frenar la expansión de los contagios en la región, donde se ha duplicado el número de contagiados (de 202 a 578) y el de muertos (de 8 a 17) entre el domingo y el lunes. Todas las medidas entran en vigor el miércoles.
“El consejo de Gobierno ha adoptado restricciones que son imprescindibles: no ha sido fácil tomar estas decisiones, pero la salud pública está por encima de todo”, ha dicho la presidenta de la Comunidad de Madrid tras convocar en reunión extraordinaria a los integrantes de su consejo de Gobierno, tras lo que se ha citado con los portavoces de los seis partidos representados en la Asamblea regional.
Las limitaciones anunciadas este lunes se añaden a las tomadas la semana pasada: cierre de los 213 centros de ocio para mayores de la región; limitación de visitas a las residencias; seguimiento telefónico diario a personas en aislamiento domiciliario; y recomendación al entorno más cercano a casos positivos de que eviten el transporte público en hora punta y las aglomeraciones.
Madrid tiene 33 hospitales públicos y 50 privados, según el catálogo nacional de hospitales. La proporción de camas es inversa: 13.623 son públicas y 6.644 son privadas. La memoria del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) refleja que la población de la región ha crecido en casi medio millón de personas entre 2010 y 2018, acercándose a los siete millones, mientras que el número de profesionales de la sanidad pública decrecía en 3.300. El cruce de esos datos con un virus que puede implicar que miles de personas afronten cuarentenas de catorce días explica por qué la administración madrileña reconoce que el sistema público está siendo tensionado por la demanda, siendo la parada final su colapso si no se toman medidas.
La ecuación es sencilla: el 80% de los casos en Madrid se pueden tratar sin ingreso hospitalario, el 15% lo requiere, y el 5% son críticos que deben ser atendidos en unidades de cuidados intensivos. ¿Cuál es la batalla ahora mismo? Evitar que el número de afectados crezca tanto como para desbordar la capacidad de las plantillas sanitarias; neutralizar las posibilidades de respuesta de los laboratorios que analizan las muestras (que han pasado ya de cuatro a siete); y superar el número de camas especializadas en los hospitales de la región, obligando a habilitar otras y poniendo en peligro la atención al resto de pacientes.
“Se trata de modular que no haya picos que desborden la capacidad del sistema sanitario, o su actividad normal”, explica José Manuel Freire, diputado del PSOE y exconsejero de Sanidad del País Vasco. “Es el sentido que tiene tomar medidas de restricción en lugares concretos”. Y añade: “En una situación de crisis, las camas de UCI pueden ampliarse a las de reanimación, pero estamos muy lejos de ese escenario”.
En paralelo, trabajadores de distintos hospitales de la Comunidad han alertado a la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) del desabastecimiento que sufren en sus centros de medios de protección básicos como guantes y mascarillas, que según todos los protocolos, tanto del gobierno central como del autonómico, deben utilizar al tratar a pacientes sospechosos por coronavirus.
Las zonas críticas de la Comunidad se han concentrado hasta ahora en una residencia y dos colegios de la capital, y en las ciudades de Torrejón y Valdemoro, aunque también se han registrado casos puntuales en Tres Cantos y en dos universidades con decenas de miles de alumnos: la Complutense y la Politécnica.
Madrid, de hecho, ya ha “exportado” casos de coronavirus a Murcia y Ecuador: personas residentes o visitantes de la región lo contrajeron aquí y se lo llevaron con ellos a su nuevo destino. Mientras tanto, los datos que reflejan la magnitud de la crisis no cesan de crecer: ya hay 72 pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos.
Fuente: El País de España
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