viernes, 20 de mayo de 2022

Alberto Fernández intentará relanzar su gestión ante la indiferencia del kirchnerismo

Pocas horas después de que Máximo Kirchner apuntara otra vez al ministro de Economía en un acto en Lanús, donde le dijo a Martín Guzmán“Tenés el apoyo del FMI y de Kristalina Georgieva, de los movimientos sociales, del Presidente y de Clarín. ¿Qué más querés?", se empezó a pergeñar otro rescate al discípulo de Joseph Stiglitz.

Esta vez no fue directamente el presidente Fernández (que sí lo recibió en Olivos) quien salió a defenderlo públicamente. Esta vez el mandatario dejó la defensa de su alfil en manos de las organizaciones sociales que integran el denominado “albertismo”.

La estrategia de los comisarios del Movimiento Evita (Emilio PérsicoFernando Navarro Esteban Castro, entre otros) fue llevar al titular del palacio de Hacienda a recorrer instalaciones de una cooperativa que emplea a ex presidiarios en la localidad de Almirante Brown.

“Un baño de realidad” para el ministro, fue la consigna que promovieron los barbados hombres que reciben fondos que ellos mismos otorgan desde la cartera de Desarrollo Social que encabeza Juan Zabaleta, que también participó del evento.

El dato surgió de las bases de la otrora mayor agrupación piquetera del país, quienes hicieron fuertes cuestionamientos internos que los alejan cada vez más de la cúpula que vuelve a rebelarse al poder territorial de Cristina Kirchner en la Provincia de Buenos Aires.

“Apoyan el pago al Fondo, bancan el aumento de las tarifas, dicen que representan a los pobres, y ahora quieren cagar a los intendentes del PJ, fue –el poco sutil- comentario de un ex dirigente del Evita que se refirió a la voluntad de Pérsico de promover a su esposa, Patricia “La Colo” Cubría, como candidata a intendenta de La Matanza.

El objetivo: destronar a Fernando Espinoza, el hombre que domina ese distrito clave hace más de 12 años (desde 2005, con un intermezzo de 4, en que la comuna estuvo a cargo de su ladera, la actual vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario).

Nadie entiende -en el segundo y tercer cordón del Conurbano- la jugada de los caciques sociales, que hoy por hoy, atienden de los dos lados del mostrador. Sin embargo no son pocos los ex aliados evitistas que sostienen que la comandancia de esa organización “es funcional al larretismo”porque huelen una inevitable derrota del fallido delfín de CFK, y una supervivencia de la actual Vicepresidenta en la PBA -con una renovada senaduría- y un Axel Kicillof con posibilidades de seguir en la sede gubernamental ubicada en la ciudad de las diagonales.

En Casa Rosada se sigue observando a un jefe de Estado dedicado a atender agendas diarias que van desde recibir parlamentarios patagónicos, a reunirse con censistas que a mitad de semana encararon la medición nacional del INDEC, y que también recibieron su presencia -y la de Guzmán- en la sede del organismo cuando se supo, a través de su director, Marco Lavagna, que hubo lugares que no se censaron y por eso se extendió una semana más, el plazo para registrarse de manera digital.

Las cifras, según resultados provisorios, afirman que la Argentina tiene alrededor de 47.327.407 habitantes.

Claramente, esta cifra se ampliará y potenciará el debate por la coparticipación de las provincias y la representatividad legislativa de los diversos distritos, que podría llegar a sumar entre 70 y 80 parlamentarios más (todavía en un futuro lejano).

Temas que no se saldaron desde la reforma constitucional del ´94, y para lo cual hay que presentar proyectos de ley que no se resolverán, ni para las próximas elecciones, ni en lo que se refiere a los requerimientos de los estados provinciales.

Después del feriado, Manzur decidió convocar nuevamente al Gabinete en Casa de Gobierno. En pleno amanecer llegó el ministro coordinador, que reiteró sus clásicas frases optimistas a los cronistas que lo aguardaban en el ingreso a la explanada.

El que jugó fuerte fue Aníbal Fernández (Seguridad), que no esquivó las preguntas sobre la interna oficialista y dijo sin filtro que “Cristina Kirchner se corrió de la gestión”, cuestionando su último discurso en el Chaco. Los dirigentes del Instituto Patria fueron piadosos con el ex intendente de Quilmes, de quien opinaron en off: “Aníbal es un viejo soldado de la verticalidad peronista, no pasa nada”.

Terminado el cónclave ministerial, en una conferencia de prensa que no aportó mucho, ya que el tucumano esquivó todas las consultas que le hicieron, volvió el mantra manzurista, ese que replica cada vez que tiene un micrófono delante: “Se van a redoblar los esfuerzos”, ya que la inflación es multicausal y global por la guerra entre Rusia y Ucrania, reflexionó, señalando que Guzmán aseguró en la reunión que “va a bajar”.

Fuentes que participaron del encuentro subrayaron que Manzur pidió a los funcionarios que este viernes participaran de una actividad que la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) –dirigida por Gerardo Martínez- organizó en Esteban Echeverría en apoyo al debilitado jefe de Estado.

Lo increíble fue que el diputado Eduardo Valdés, amigo y acólito de Fernández salió a decir que “el acto de la UOCRA no ayuda a lograr la unidad”. Ese tipo de desplante también se percibe por parte de otros legisladores del Frente de Todos que fueron impulsados por el actual mandatario.

Una es Victoria Tolosa Paz, que prefiere hablar de gestión y no hacer apologías presidenciales, y otro que bajó su perfil mediático debido a la crisis que tiene en su espacio (Los Irrompibles) es Leandro Santoro. Que hasta hace poco era un férreo defensor de las políticas albertistas, y que ahora, es otro de los que ya no confía en las promesas “guzmanistas”.

Obviamente, no estuvieron presentes las principales huestes que responden a la senadora Kirchner, salvo Luana Volnovich (PAMI), Fernanda Raverta (ANSES) y Sergio Massa, a quien en bambalinas continúan llamando “el Canciller”, por su doble rol en la coalición. Otro dato relevante: hubo un solo gobernador presente, el sanjuanino Sergio Uñac, que devolvió la gentileza de la visita presidencial a sus pagos.

Es que Alberto se había subido a otro avión para aterrizar otra vez a San Juan, donde Uñac lo recibió con los brazos abiertos, con la finalidad de entregar viviendas, pero a su vez, con muchas ganas de sumarse a la liga de mandatarios provinciales que quieren desdoblar sus elecciones de las nacionales.

En esa senda quieren marchar los intendentes de la PBA, y eso sí que preocupa a los que empezaron -hace meses- a administrar la campaña “Fernández 2023”, comandados por el jefe de asesores: Juan Manuel Olmos Julio Vitobello (Secretario Gral. de la Presidencia), entre otros. En los inmensos pagos bonaerenses no hay margen de error, y es por eso que Máximo Kirchner disputa cada bastión de cara a las primarias de agosto del año que viene.

La maniobra del albertismo es procurar otro relanzamiento este 25 de mayo. No participará del Tedeum, pero la idea es desembarcar en la Base Marambio y Base Esperanza.

Desde ese gélido sur argentino inaugurará un nuevo eslogan: “Primero la Gente”, en lugar del viejo “Reconstrucción Argentina'”. Todo quedará a merced del clima, pero lo que sí se adelantó es el lanzamiento de los nuevos billetes con la figura de protagonistas de nuestra historia a cambio de los animales que dejó la administración Macri.

Eso sí, las denominaciones serán las mismas. El Gobierno persiste en no querer circulante de 2 o 5 mil pesos, algo que facilitaría el manejo del efectivo, que cada vez se complica más por lo devaluada que está la moneda local.

La búsqueda por mostrar una flamante imagen gestiva no hace mella en las huestes kirchneristas que, además de avanzar con agenda propia a nivel parlamentario, también tendrá su propio evento político. En este caso en la provincia de Mendoza y con un enjambre más que interesante.

Entre las personalidades que se entreveran en esa Cumbre del PJ figuran, en primer lugar, la anfitriona, Anabel Fernández Sagasti (Senadora FdT), Eduardo de PedroJuan ManzurSergio Massa, y el menos esperado, el ex gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey. La idea es encauzar el debate interno y buscar consensos en el heterogéneo y fluctuante Peronismo.

Las últimas horas de la semana deparaban la clásica rueda de prensa de la portavoz Gabriela Cerruti, que la corrió un día debido al censo y al encuentro de ministros, además de la presencia del Presidente en el campo de deporte del sindicato de la Construcción.

Los planes cambiaron cuando Fernández decidió otorgar una entrevista a una radio afín, que se extendió tanto que la conferencia de la vocera se dio de baja. En una hora de reportaje se reiteró el devenir de mensajes contradictorios del mandatario.

Consultado sobre la posibilidad de incrementar las retenciones a las exportaciones, algo que había propuesto el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti (ahora bajo la órbita de Guzmán), el primer magistrado señaló que necesita hacer algo para que “los precios de los alimentos se desacoplen de los precios internacionales”, y manifestó: que para conseguir que eso suceda, la herramienta a aplicar “son las retenciones”.

No obstante, advirtió: “Pero son un tema legislativo y necesito que el Congreso lo entienda (…) Necesito que el Congreso entienda la problemática y acompañe, llegado el caso”, ya que “puedo mandar mañana el tema de retenciones al Congreso, pero lo voy a perder, si tengo a toda la oposición haciendo tractorazos”.

Pocas horas después, fue el propio ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, quien se encargó de garantizar que no habrá suba de retenciones ni el envío de un proyecto al Congreso. Lo hizo a través de un apurado tuit solicitado por la Casa Rosada.

Otra vez se vio a los colaboradores albertistas preocupados por la verborragia de su jefe, que “cuando se desbanda no hay quien lo pare”, sintetizó uno de ellos en el Patio de las Palmeras, con cara de pocos amigos y pocas ganas de contestar.

En la recta final del –poco más- de año y medio de mandato que queda por delante, es el cristinismo el que cultiva -más que nunca- dos ideas centrales hacia el interior de su fuerza: “Hay que surfear esta presidencia de transición para después volver”, dice optimista un dirigente de peso territorial en Matanza, que entusiasmando a la militancia con otro proverbio declara sin dudas: “Es que la oposición no tiene mucho para ofrecer”.

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política y Medios (PYM). Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de @JuamPaPeralta

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