La carne vacuna es uno de los principales componentes de una dieta balanceada y saludable, más todavía en Argentina por el arraigo que tiene en las costumbres locales. Los nutrientes que tiene son fundamentales para tener una óptima nutrición, sobre todo en los niños, que están en constante crecimiento.
A pesar de que Argentina es un país productor de carne vacuna -tanto para el consumo interno como para exportación-, hoy en día el producto final no llega a todas las mesas.
Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (Ciccra), durante los primeros cinco meses del año el consumo por habitante llegó a los 50,5 kilos. Esto implica una caída de 12,1 por ciento en comparación al mismo período del año pasado.
Por su parte, el indicador del consumo promedio alcanzó los 53,7 kilos anuales, una caída del 7,9 por ciento interanual. De esta manera se ubica en los niveles más bajos en dos décadas.
Los datos de Ciccra aseguran que el consumo interno promedio entre enero y mayo del 2019 se mantiene en mínimos históricos. Según las estimaciones publicadas en el informe, durante la crisisde 2001 se consumieron en promedio 64,1 kilos de carne vacuna anuales, es decir, casi doce puntos más que en el período actual.
Respecto de los precios, el informe indica que el precio de la hacienda comercializada a través del Mercado de Liniers descendió por tercer mes consecutivo. Así, a las bajas de 3,0% y 3,2% mensual de marzo y abril, en mayo se sumó una caída de 0,5%.
Por su parte, los comercios minoristas del Gran Buenos Aires (GBA) también se sumaron a esta tendencia; allí, el precio promedio de los principales cortes vacunos registró una baja de 0,6% mensual, lo cual interrumpió un proceso de 21 meses consecutivos de aumentos.
Es importante destacar qué pasó con las carnes alternativas a la vacuna. El pollo exhibió una baja significativa, del 8,0%mensual, mientras que el precio promedio de los principales cortes de cerdo aumentó 6,9% con relación a abril.
Cabe mencionar que, si bien los comportamiento de este mes han sido dispares, los aumentos acumulados son similares para los tres productos. En el caso de los cortes vacunos, la suba acumulada en cinco meses llegó a 32,7%; por su parte, el pollo acumuló un aumento de 30,9%; por último, el promedio de los cortes porcinos vio un incremento de 30,7%
En este punto resulta importante hacer una comparación con los cambios que ha sufrido el salario de los trabajadores argentinos. De acuerdo a los datos del informe de Ciccra, el aumento promedio de los salarios formales fue de 39,6% en los últimos trece meses, mientras que los cortes vacunos registraron un aumento relativo de 21,2%; el pollo, 40,3%; y los cortes porcinos, 24,0%.
Por último, otro dato contundente del informe indica que durante la gestión de Mauricio Macri el "nivel general de los precios al consumidor se triplicó -subió un 206,4% entre diciembre ’15 y mayo ‘19- y los salarios del sector privado formal se multiplicaron por 1,56, lo cual implica que el poder de compra de los salarios de los empleados en blanco disminuyó 16,9% con relación al nivel general de precios". Sin embargo, respecto de los tres tipos de carne, aclara que "en el mismo período de tiempo el precio del pollo aumentó 144,1%, el precio promedio de los cortes vacunos subió 134,4% y el de los cortes porcinos creció 156,5%.
Por lo tanto, el poder de compra del salario promedio formal todavía resultó 8,7% superior en términos del promedio de los cortes vacunos y 4,3% mayor en términos de la carne de pollo. De este modo, sólo con relación al promedio de los cortes porcinos el poder de compra del salario formal se vio disminuido un 0,7%.
Fuente: iProfesional
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