Después de meses largos de ansiedad, finalmente se concretó la foto que tanto soñaba el presidente Fernández y ese grupo al que se denomina “albertismo”, y que todavía lo acompaña -más si se trata de lujosas giras internacionales- con Joseph Biden.
Desde que partió el viernes pasado en un chárter especial de Aerolíneas Argentinas -con destino al Caribe- acompañado de una cuantiosa delegación, el embajador argentino en EEUU, Jorge Arguello, tuvo que armar una agenda de emergencia en Nueva York para justificar que la comitiva partiera de República Dominicana (y la Cumbre Iberoamericana que allí se realizó) hacia una costosa escala en la ciudad de los rascacielos.
La actividad no pasó más que por una serie de encuentros con empresarios y banqueros del Consejo de las Américas, quienes objetaron a la administración Fernández por su mala praxis, y otros cónclaves sin mayor relevancia, que fueron eclipsados por la polémica que generó -y que promete ampliarse- sobre los obscenos gastos en dólares que un país como la Argentina, con 18 millones de pobres y 5 millones de indigentes, no está en condiciones de afrontar.
Cuando llegó el momento de visitar Washington se sumaron varios funcionarios más al elenco que salió del país casi una semana, entre ellos Sergio Massa (Economía) y Aníbal Fernández (Seguridad). Pasada las 15 (hora local), Fernández bajó de una camioneta negra junto a Santiago Cafiero, y detrás llegaron a paso redoblado a Pensilvania 1600: Arguello, la portavoz Cerruti, Massa, Aníbal F. y gente del Palacio de Hacienda y la Cancillería argentina.
Una vez sentado al lado del líder demócrata su en el Salón Oval de la Casa Blanca, Fernández le pidió a su par norteamericano que sostenga el respaldo del Fondo Monetario Internacional, en el contexto de la fuerte sequía que produce estragos en las cuentas argentinas, y que pareciera ir camino a una recesión con peligro de hiperinflación.
El titular del gobierno del Frente de Todos se mostró forzadamente cercano a las posiciones de Biden. En esa línea condenó crudamente la “invasión” de Rusia a Ucrania y coincidió con homólogo en que las dos naciones tienen una “gran oportunidad” para profundizar el vínculo económico a futuro, al celebrarse los 200 años de relación bilateral, que fue en parte una de las excusas para recibir a un presidente que está a 8 meses de dejar el Poder sin chances de ser reelecto.
En esa declaración conjunta, el mandatario argentino necesitó un apunte para dirigirse a Biden. En ese marco recordó algunos lugares donde se cruzaron y seguir agradeció la ayuda de los Estados Unidos en la pandemia con vacunas y en las negociaciones con órganos de crédito internacional, en particular con el Fondo. Se habló de profundizar la asociación económica entre ambas naciones. El diálogo a solas duró unos 20 minutos, donde se tocó el tema de la salud del Papa Francisco, previo a la reunión que se amplió otra hora entre los representantes de cada administración.
En el momento en que se manifestó la necesidad de luchar contra el cambio climático, Fernández le expresó a Biden que la Argentina sufre la peor sequía desde 1929, que “ha complicado mucho” a la economía. Antes, el ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo una reunión en el Fondo con la finalidad de pedir que se flexibilicen algunas de las metas que se acordaron con el ente cuando se selló el pacto con el ex jefe de hacienda, Martín Guzmán, ladero del actual mandamás del Poder Ejecutivo Nacional.
En los corrillos de la Casa Blanca, fuentes argentinas aseveraron que el presidente del partido demócrata aseguró que mantendrá su respaldo ante el FMI y que a su vez ofreció ayuda a la Argentina para afrontar la crisis y consolidar una alianza estratégica arraigada en tres áreas: energía, alimentos y litio, un mineral crítico en la lucha contra el cambio climático.
Como ya ha ocurrido en otras participaciones de Alberto Fernández por el mundo, donde luego se desmintió lo que él o sus subordinados afirmaron a la prensa, el comunicado de la Casa Blanca ni siquiera menciona al Fondo Monetario, sólo indica que hubo un compromiso de “trabajar junto con otros países del G20 en la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para abordar mejor los desafíos globales”. Finalmente no se puso sobre la mesa el reclamo por los sobrecargos que cobra el principal órgano de crédito mundial a sus acreedores.
En el Salón Oval de charló sobre Ucrania, y Fernández, despegándose de sus dichos frente a Vladimir Putin en los que ofrecía que la Argentina fuera la puerta de entrada de ese país en Latinoamérica, condenó la guerra y sus consecuencias. Además propuso a Biden trabajar juntos para ponerle fin al conflicto bélico.
“La guerra ha generado daños inconmensurables a la economía mundial. Tenemos que trabajar para que esa guerra termine, deje de llevarse vidas humanas y la economía del mundo se recupere”, continuó. “La paz es urgente”, subrayó el presidente de la Argentina.
Hubo un respaldo al mandatario estadounidense en referencia a su ofensiva por regular las armas, una cuestión sensibles en ese país que. permanece conmocionado por otra matanza en una escuela de Nashville. Al hablar de esa tragedia Fernández envió una vedada diatriba, sin nombrarlo, al libertario Javier Milei, quien tiene una alianza en la provincia de Tucumán, donde el legislador y candidato, Eduardo Bussi, nacido en Kansas City, Estados Unidos en abril de 1964, tiene como eslogan de campaña, la portación libre de armamento para todos los ciudadanos.
Biden dio un breve mensaje de bienvenida a la Casa Blanca. Se refirió a marcar coincidencias, celebrar los 200 años de relación bilateral, y plantear que veía una “gran oportunidad” para potenciar la relación. “Nada está fuera de nuestro alcance si ambos países trabajan juntos”, dijo el mandatario de EEUU, como repite a cada visitante.
“Bueno, Presidente, bienvenido, bienvenido, es genial verlo”, apuntó el presidente local, ante las cámaras y la presencia de periodistas argentinos y extranjeros que se agolparon en la principal oficina del lugar . “Esta reunión ha tardado mucho en llegar”, remarcó Biden debido a dos postergaciones forzadas. La reunión estaba agendada para julio del año pasado pero el norteamericano contrajo Covid-19 unos días antes de la cita y luego su esposa.
“Creo que tenemos una enorme oportunidad para aumentar nuestra integración económica y nuestro intercambio económico”, puntualizó Biden, e hizo hincapié en materia de energía, tecnología, minerales como el litio, que es de prioridad para varias naciones como EEUU.
Biden recibió a Fernández en la Casa Blanca en un momento crítico para la economía argentina, y en la antesala de las elecciones presidenciales. El encuentro ofreció la oportunidad de marcar una hoja de ruta para la relación bilateral y la cooperación entre ambos países –incluido el respaldo de Estados Unidos en el Fondo–, y abarcó las tensiones geopolíticas latentes en el planeta, incluida la invasión de Rusia a Ucrania, la defensa de la democracia y el papel de China en América latina y en la Argentina.
Los leales a Fernández vieron esta foto como una verdadero triunfo y se mostraron exultantes. Pese a eso, desde Buenos Aires se apuntó al Capitolio. Poco antes de que Fernández entrara a la Casa Blanca, la vicepresidenta Cristina Kirchner escribió en un tuit que desde los Estados Unidos buscan proscribirla, luego de que un senador norteamericano, el republicano Ted Cruz, pidiera que sea sancionada a raíz de las causas de corrupción por las que fue condenada por la Justicia argentina.
“Tal cual lo dije: ¡Proscripción! Y para que nadie tenga dudas, del norte le llegan refuerzos al Partido Judicial y a Comodoro Py. ¿En serio lo van a seguir negando? Dale…”, escribió la dos veces ex mandataria en su cuenta personal de Twitter. Cruz le respondió publicando en sus redes una nota de un diario antikirchnerista donde se explicitaban las condenas a la actual senadora por la causa, denominada, Vialidad.
A su vuelta, Fernández no tuvo agenda de trabajo pero salió a hablar positivamente del encuentro, al que consideró necesario. El mandatario -y su grupo de leales- se mostró exultante al salir de la bilateral y en un medio local se animó a criticar los personalismos en la política, refiriéndose indirectamente a la figura de su vicepresidenta. Lo hizo con la finalidad de mostrarse en carrera y competitivo para ir por una reelección a definir en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.
«Si resulta que yo termino siendo el mejor candidato, lo seré, pero si es otro también lo voy a apoyar y lo voy a acompañar gustoso», expresó en medio de críticas de propios funcionarios del ala kirchnerista, como Eduardo de Pedro (Ministerio del Interior), quien manifestó que el saldo de la gestión del Frente de Todos fue negativo, aludiendo indirectamente al hombre que su jefa política, Cristina Kirchner, promovió en la fórmula que se impuso en 2019 al binomio, Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto.
Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista
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