Luego de un período de más de cinco meses, cuando se inició la cuarentena en la Argentina, donde oficialismo y oposición venían acordando las medidas sanitarias en conjunto, hoy por primera vez se hicieron públicas y notorias las diferencias entre ambos espacios políticos con respecto a la administración de la pandemia.
A diferencia de las provincias argentinas, la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires es la que venía dando números más preocupantes sobre contagios y fallecimientos por Covid-19 en el último mes, sin embargo ahora las cosas se revirtieron y son varios de esos distritos los que han decidido volver a la Fase 1 por diversos rebrotes.
La mecánica que se venía ejecutando cada 15 días, promedio, con anuncios que eran llevados adelante por el presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se rompió esta tarde por distintos factores. Por un lado los que tienen que ver con las resistencias que la Nación y Provincia de Buenos Aires vienen poniendo a las aperturas que quiere materializar la Ciudad Autónoma, entre ellas hay dos fundamentales, una el comienzo de clases en algunas escuelas capitalinas, con protocolos, y sólo para estudiantes que hayan quedado rezagados por cuestiones referentes a la conectividad digital. El segundo y muy importante para reactivar el consumo; la posibilidad de que el sector gastronómico pueda comenzar a tener clientes en mesas al aire libre para paliar la sucesiva quiebra de locales del rubro que muestran una metrópoli llena de locales con persianas bajas y carteles de alquiler.
Esta vez Fernández no hizo gala de sus reuniones previas a la toma de decisiones con el grupo de expertos epidemiológicos en el que se apoyó hasta ahora para justificar el congelamiento de las principales actividades que garantizan la circulación de bienes y servicios, y sólo pidió a su cuestionado equipo de comunicación que hiciera públicas sus charlas por videoconferencia con los gobernadores provinciales.
Lo que sí se concretó fue la reunión entre él y los líderes de la CABA y la PBA. Se supo luego que el encuentro en la residencia de Olivos fue tenso, y que a Rodríguez Larreta le costó mucho que se le concediera la posibilidad de que bares y restaurantes reciban clientes en las calles. Similar disputa se dio en los últimos cónclaves en los que Kicillof se negaba a aceptar las salidas de esparcimiento, las que permiten hacer ejercicios, además de que abrieran las puertas locales de sectores comerciales que atraen mayor aglomeración de personas, incluyendo muchas que suelen cruzar del territorio bonaerense a la Capital Federal para adquirir mercaderías que luego venden en sus barrios o centros urbanos. Hoy el mandatario de la principal provincia argentina no se opuso a los pedidos del intendente porteño pero tampoco les brindó apoyo, mientras que decidió que en su populoso distrito, todo seguirá igual. La última palabra la tuvo el titular del Ejecutivo nacional, que pese a las objeciones dejó avanzar al administrador de la ciudad rioplatense con sus aperturas, que de manera insólita fueron anunciadas por el propio alcalde en conferencia de prensa, antes de que se emitiera el mensaje presidencial en diferido.
Hace tiempo que Larreta, que mantiene sus ambiciones para ser candidato presidencial en el 2013, es cuestionado al interior de su coalición opositora por establecer demasiados lazos con Alberto Fernández y convalidar sus decretos tendientes a sostener el statu quo que promovió hace más de 150 días. Del otro lado de la grieta política argentina, el propio jefe de Estado es permanentemente criticado por el sector kirchnerista del Frente de Todos por dar vuelo al potencial oponente a Mauricio Macri en una posible interna en la Alianza Cambiemos. La lógica de salir a atacar al ex presidente, hoy dirigiendo desde Suiza la Fundación FIFA, no parece haber contentado a los que desde su fuerza le recuerdan que ambos opositores siguen teniendo poder de fuego electoral, y que lo mejor sería anunciar cuanto antes medidas de gestión propias para salir de la grave crisis económica que atraviesa el país.
La impronta dialoguista de Fernández y Larreta es vista por funcionarios y dirigentes de ambos frentes como algo negativo, especialmente de cara a las elecciones legislativas del próximo año. Los dos tienen núcleos duros que pregonan que hay que mantener distancia y en todo caso, potenciar el enfrentamiento, que tan buenos resultados le dio al macrismo en 2015, y antes a Néstor y Cristina Kirchner en los 12 años al frente del Poder.
La diferencias en los diálogos previos y estas prerrogativas partidarias hicieron que por primera vez Fernández diera un mensaje grabado en la soledad de la residencia presidencial, agravado por la impericia de su equipo de prensa encabezado por Juan Pablo Biondi y Mariano Martín, quienes hasta último momento no pudieron garantizar horario, formato y lugar de la actividad a ningún periodista. Allí AF hizo hincapié en la situación en las provincias más afectadas y mostró resultados comparativos favorables del país con respecto a la región. A estos números los justificó esgrimiendo que es porque "hasta ahora no se ha saturado el sistema de salud", y agregó que en este tiempo se ha avanzado en tratamientos y vacunas que se están investigando en Argentina.
"Hoy tenemos un horizonte temporal muchos más claro, mucho más concreto", aseguró el mandatario sudamericano. Sin embargo agregó que "no podemos descuidarnos ahora" porque "el problema ya no es sólo del AMBA, el problema ahora está en todo el país, como ya sabemos, si aumenta la circulación de personas, si nos relajamos, y si nos descuidamos, no hay sistema de salud que aguante".
Después de comentar la preocupación por lo que pasa en provincias como las de Jujuy y Mendoza, Fernández informó que decidió extender "las medidas de cuidado, el aislamiento sanitario, y el distanciamiento físico, hasta el próximo 20 de septiembre". En ese contexto dijo que en la zona urbana del AMBA es donde hubo que extender más las restricciones, aunque afirmó que "parece haber allí algunos datos alentadores", aunque advirtió que "no deben llevarnos a un estado de relajamiento, ni confianza, estamos muy lejos de haber resuelto el problema en el AMBA"
"Por eso hoy podemos dar algún nuevo paso, al autorizar los encuentros de hasta diez personas al aire libre, manteniendo la distancia de dos metros y el uso de barbijo casero, informó el dignatario, y aclaró que "esto estará vigente en todo el país y será implementado en cada jurisdicción, pero del mismo modo, mantenemos la prohibición de reuniones de personas en lugares cerrados. Allí la posibilidad de contagio se incrementa significativamente".
Por último Fernández destacó "que es más necesaria que nunca la responsabilidad personal, que tienen impacto colectivo para lograr minimizar los riesgos. Es necesario que cada uno de nosotros sea consciente del momento que vivimos, de la responsabilidad que nos cabe a cada uno de nosotros y de nosotras. Está en nuestras manos ver como podemos combatir definitivamente al virus".
Antes el máximo funcionario gubernamental argentino viajó a la provincia de Santa Fe para participar de un acto donde encabezó la firma del Acuerdo Federal de la Hidrovía Paraguay-Paraná, algo que recibió críticas, ya que todavía Argentina es de los pocos países del mundo que tiene los traslados aéreos y terrestres suspendidos, algo que juega en contra de la reactivación económica. Tanto las firmas de aeronavegación como los micros de larga distancia han presentado protocolos para retomar la actividad, pero el Poder Ejecutivo no los aprueba. En una clara diferenciación entre ciudadanos comunes y funcionarios, empresarios y poderosos, muchas personas no han podido viajar para visitar a sus seres queridos en instancias terminales de salud, o hacerlo por otras emergencias.
Tampoco han podido juntarse con sus seres familiares y amigos acatando los cuidados que impone la administración del Frente de Todos, sin embargo es de estado público que el propio presidente de la Nación ha violado esas normas reuniéndose en amplios almuerzos con sus ministros y aliados políticos, personas cercanas o gremialistas, como ocurrió la semana pasada con el más importante del país, Hugo Moyano, líder de los camioneros, con quien se lo pudo ver en una foto familiar que recorrió todas las redes sociales, sin respetar ninguna de las normas que se vienen predicando desde marzo pasado.
Fuente: Juan Pablo Peralta para la agencia internacional Globatium.com y ECMC Noticias México-Argentina-España-Brasil-EE.UU.
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