Pese a los apoyos de diversos sectores del peronismo que recibe Sergio Massa, el precandidato presidencial oficialista que tiene como principal adversario electoral a su propia gestión, volvió a atravesar otra jornada signada por la tensión cambiaria, en la que el dólar libre se negoció este martes con otra suba de dos pesos, alcanzando los $598.
En rigor de verdad, la moneda estadounidense arrancó por sobre la barrera psicológica de los $600, que fue reflejada por portales financieros, pero que el blindaje mediático del que goza el jefe de Hacienda, en base a la multimillonaria pauta oficial que otorga a los medios de comunicación en general, no se publicó a la espera de que descendiera con respecto al día anterior, cuando había cerrado en 596 pesos. De esa manera, las grandes audiencias vieron cifras que fueron desde los $590 a los $593, hasta que cerró a $2 menos de los $600 en línea con la tendencia alcista que continúa.
Por su parte, los billetes verdes financieros estuvieron muy demandados en la rueda, llegando a máximos de $610, y que requirió de una fuerte intervención del Banco Central de más de 80 millones de dólares, que de esa manera consiguió contrarrestar los incrementos. La dolarización de portfolios coincide con la proximidad de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias y la estacional caída en la demanda de moneda local.
Los comicios y el cambio de gobierno, incorporado al abanico de propuestas opositoras que se sostiene sobre el esquema de cepos y restricciones financieras, enfrenta una escasez de dólares crecientes por la sequía, que exacerba la emisión de papel cada vez más devaluado que intenta mantener la actividad agregando energizantes entre inversores y consumidores.
Vale decir que persisten los rumores de una devaluación luego de las primarias, aunque todavía no se observe un salto elevado del dólar oficial. La escasez y la consecuente necesidad de seguir restringiendo importaciones es tan grande que las preguntas sobre un salto discreto del dólar, algo que se habían diluido con la llegada de Massa a Economía, volvieron a aparecer, en particular por la presión del Fondo Monetario Internacional.
Mientras todo esto ocurría, la Confederación General del Trabajo, que conducen los denominados «Gordos» (debido a sus elevados estatus de vida) le organizó al candidato de Unión por la Patria un multitudinario acto en un estadio con capacidad para 9 mil personas en la localidad bonaerense de Tortuguitas.
Esa central de trabajadores en muy cuestionada por hacer campaña por el ministro que en un año generó más de 2 millones de pobres y la licuación de ingresos de asalariados en blanco, informales, jubilados, desocupados que cobran planes de ayuda social, y todo el arco de una sociedad que tiene un 40 por ciento de la población bajo la línea de pobreza. Los sindicalistas oficialistas no realizaron una sola medida de fuerza en los casi cuatro años de administración del ex Frente de Todos, contrariamente a lo que hicieron con gestiones de otro color político con situaciones similares o menos complejas que la actual.
A la salida, al ser consultado por el nuevo aumento de los dólares informales, que al fin y al cabo meten presión en todos los precios del mercado, Massa expresó que la culpa es por «los mismos pícaros que ayer y anteayer estuvieron jugueteando». Y prometió que este miércoles le van a hacer «sentir el rigor de los controles de la Unidad de Información Financiera (UIF) y antilavado tiene».
Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista
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