La caída que sufrieron las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) en los últimos 45 días, es decir, después de haber alcanzado un récord de u$s77.481 millones gracias al último desembolso del FMI, se explica por pagos y cancelaciones de la deuda en el marco de un proceso de cambio de acreedor al que adhirió el país al acudir hace un año a la asistencia de ese organismo.
El valor de ese vital activo cayó en u$s11.823 millones entre el 9 de abril y el viernes (al cerrar en u$s65.595 millones) al cabo de apenas 30 jornadas: es decir, sufrió una baja promedio cercana a los u$s400 millones por día, un ritmo que inquieta, alcanzando su menor nivel en el año.
Sin embargo, solo unos u$s2100 millones podrían considerarse como una pérdida genuina ya que están relacionados con el aporte de dólares que hace al mercado el Tesoro, tanto para cubrir su déficit en pesos como para tratar de ayudar a mantener equilibrada a esa divisa. Claro que a eso se podrían agregan otros u$s600 millones, en realidad vinculados con la desvalorización que sufrió el yuan (tomando la incidencia del swap) desde que tomó temperatura la disputa comercial de Estados Unidos con China.
El resto de la merma está vinculado con pagos de deuda como los u$s1409 millones girados en las últimas 48 horas para cumplir las cancelaciones pactadas por el exministro Axel Kicillof con el Club de París (tras una renegociación que incluyó inéditos u$s3633 millones en intereses punitorios) o de capital o intereses de distintos bonos colocados entre inversores.
Se trata de un proceso que le permite al país un ahorro financiero, ya que por el financiamiento del FMI se paga una tasa promedio del 4%, ya que se trata de préstamos que están condicionados al cumplimiento de una serie de objetivos, un costo 43% menor que el que tiene en promedio la deuda tomada del mercado.
"El vaivén en el monto de reservas brutas se produce porque estamos transitando lo que sería la 'temporada alta' de pagos de deuda del año: finalizado mayo y especialmente transcurrido junio ya caen. Y porque precisamente uno de los objetivos principales de los desembolsos del FMI era enfrentar estos pagos durante el año de tránsito hacia el equilibrio fiscal primario. Es decir, buena parte de la baja está explicada porque dejás de deberle a uno [inversores] y pasás a deberle a otro [el FMI]", explica el economista Santiago Bulat, de Invecq Consulting, a La Nación.
"La caída genera ruido porque las reservas son un indicador clave de estabilidad. Pero por contradictorio que parezca la fuerte baja de los últimos 45 días no es preocupante ya que en gran medida refleja un cambio de acreedor contemplado en el programa financiero oficial", coincide el economista e investigador de la Mediterránea, Néstor Grión.
Una de las ventajas derivadas del cambio de acreedor es una reducción en el costo promedio del financiamiento.
"La línea del FMI cuesta aproximadamente 4% anual, aunque al estar en una canasta de monedas (DEG) varía en función de las tasas de las monedas que componen esa canasta. Por caso, los bonos Bonar 2019 y 2024 que se pagaron tenían cupón de 6,70 y 8,6% anual, con lo que ahí hay un ahorro", señala Miguel Zielonka, director de la consultora EconViews.
El tema es que el abaratamiento no se nota porque queda neutralizado en el fuerte aumento que el Gobierno enfrentó en su costo de endeudamiento local por la inestabilidad cambiaria y la suba de tasas.
Los analistas creen que el vaivén de las reservas puede sumar inquietud en un contexto ya caracterizado por la incertidumbre, por lo que sugieren seguir el monto neto (que se mantuvo en torno de u$s20.000 millones) y no el bruto. Pero no hay una medición uniforme pública de ese valor, lo que da lugar a controversias.
"Tal vez sería mejor tomar reservas netas según definición del FMI. Ellos tanto a las brutas como a las netas les restan los compromisos de deuda a vencer en un año. Es un criterio que haría menos volátil la tenencia, pero debiera adoptarlo el BCRA", comenta Zielonka. No estando ese dato oficializado, Grión sugiere prestar más atención al "efecto que puede tener el proceso electoral en la dolarización" o la posibilidad de que al BCRA le toque vender reservas, "algo que hasta aquí no necesitó hacer", destaca.
Fuente: iProfesional
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