En marzo, la economía vivió su peor momento de la era
Cambiemos y las proyecciones privadas adelantan que podría haber caído más bajo
durante abril. El Indec publicó el EMAE del tercer mes del año, que no sólo
mostró una contracción interanual de 6,8% del PBI sino también una de 1,3%
libre de estacionalidad contra el tímido desempeño de febrero. Así, la
producción demostró no haber tocado piso en su caída y el primer trimestre
acumuló un negativo de 0,2% versus el cuarto del 2018.
En marzo, la economía vivió su peor momento de la era
Cambiemos y las proyecciones privadas adelantan que podría haber caído más bajo
durante abril. El Indec publicó el EMAE del tercer mes del año, que no sólo
mostró una contracción interanual de 6,8% del PBI sino también una de 1,3%
libre de estacionalidad contra el tímido desempeño de febrero. Así, la
producción demostró no haber tocado piso en su caída y el primer trimestre
acumuló un negativo de 0,2% versus el cuarto del 2018.
Por eso, durante marzo los sectores que lideraron la caída
fueron la industria y el comercio, que contrajeron 13,2% y 14,6% interanual,
respectivamente. En rigor, excepto el agro, que mostró una mejora de 10,8%,
ningún otro sector traccionó para arriba a la actividad.
Incluso la intermediación financiera, con la súpertasa
promovida por el apretón monetario del BCRA y todo, sufrió una brutal caída de
13,9% interanual, la segunda más grande. Y es que comparó con un marzo de 2018
en el que el boom de las Lebac tocó el techo, justo antes de la explosión de
abril, cuando arrancó la fuga en masa.
Desde ACM reseñaron: "Si bien creemos que la
recuperación del agro contribuirá, las altas tasas de interés domésticas,
superiores al 40% en términos reales, la falta de liquidez, la desaparición del
crédito y la caída de salario real conjuntamente con el freno de la obra
pública seguirán teniendo un mayor impacto".
En ese sentido, a partir de la difusión de estos datos la
consultora LCG empeoró su proyección para el 2019 a (-2%). Para la Universidad
Torcuato Di Tella (UTD), hay sólo 10% de chances de entrar en una fase
expansiva en los próximos seis meses.
La economía, tal como muestra el gráfico, cayó en forma
brutal entre abril y noviembre del 2018. Desde diciembre esa dinámica se
interrumpió y, aunque aun en el pozo, las variaciones mensuales
desestacionalizadas comenzaron a dar leves números positivos, lo que insinuaba
una incipiente reactivación.
Eso llevó al Ministerio de Hacienda a plantear que la
recesión había terminado. Con los datos de ayer hubo silencio oficial, aunque
el Indec protagonizó un papelón en redes sociales, al destacar que marzo mostró
mejoras estacionalizadas de 9,4% contra febrero. Una dinámica que en realidad
se repite todos los años por el fin de las vacaciones y que obliga a mirar el
dato desestacionalizado, que modera esos factores.
Así como las leves mejoras de diciembre-febrero encuentran
explicación en el veranito financiero de estabilidad cambiaria y baja temporal
de tasas, el desplome de marzo se entiende por el nuevo capítulo de
devaluación, tarifazo e inflación de 4,7%, con nueva suba de tasas, tal como
destacaron desde Ecolatina.
Para abril, las perspectivas no son demasiado optimistas.
Por ejemplo, el ICAE de la UTDT adelantó que la caída contra marzo sería de
0,21%.
Fuente: Buenos Aires Económico
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