jueves, 15 de diciembre de 2022

En un acto sin Cristina Kirchner y Sergio Massa, Alberto Fernández intentó defender su gestión a tres años de asumir

Como estaba previsto, siempre y cuando la selección argentina no obtuviera un mal resultado en el partido contra Croacia, se desarrolló el acto al cumplirse tres años de la administración de Alberto Fernández. Un evento que sobresalió especialmente por las ausencias. La actividad que se desarrolló al aire libre, en el Parque Colón (detrás de Casa Rosada y desde hace tiempo dentro de su perímetro). Pese a que se giraron muchas invitaciones resaltaron las sillas vacían bajo el sol que se adelanta al verano.

La primera figura de peso que no asistió fue la vicepresidenta Cristina Kirchner, a quien se le había cursado la participación. Las suspicacias estuvieron a la orden del día ya que  nadie que responda a su espacio, o no quisiera comprometerse en medio de las interna entre los Fernández prefirió pegar el faltazo. No hubo gobernadores, salvo el vicegobernador a cargo del Ejecutivo tucumano, Osvaldo Jaldo, tampoco Axel Kicillof, el ministro del Interior Eduardo «Wado» de Pedro y la ausencia menos esperada, la del ministro de Economía, Sergio Massa. Otro que se alineó hace tiempo a la jefa política del Frente de Todos.

Hubo sólo cuatro intendentes. Es la primera vez que el edil del populoso distrito de La Matanza brilla por su ausencia en Casa de Gobierno, junto a otros que juegan dentro del PJ bonaerense en favor de un Máximo Kirchner que se a poco va a cerrando posiciones con viejos aliados de Fernández, tal el caso del Movimiento Evito, que únicamente tuvo su representación en la figura de Fernando «Chino» Navarro.

El jefe de Estado fue el único orador quien hizo un repaso por las políticas públicas que implementó en estos 36 meses a cargo del Poder Ejecutivo. En ese contexto expresó que “hace tres años se tapan las noticias en la Argentina”, quejándose por la falta de difusión de las que él considera medidas positivas. No faltaron las diatribas a la oposición, a los medios de comunicación y a lo que descartan su liderazgo. De esa manera deslizó que  será él quien tomará el control del FdT en función del armado electoral para el 2023.

“Les garantizo a todos que me voy a poner al frente de todos nosotros, sin exclusión. Me voy a poner al frente para que en diciembre de 2023 el presidente o la presidenta que asuma sea uno de nosotros”, aseguró el Presidente, con la intención de correr en esa posición a su Vice. Además apuntó sus cañones hacia Juntos por el Cambio al manifestar: “No voy a permitir que otra vez los que han entregado el país, los que lo han puesto de rodillas, vuelvan a querer hacerse cargo de la Argentina que solo le sirve a pocos”.

Esto ocurre mientras el peronismo empieza deliberaciones luego de la decisión de la senadora Kirchner de no competir en las elecciones de 2023. Gobernadores, la Confederación General del Trabajo y los caciques comunales empiezan a ejercer presión con la finalidad de incidir en el armado delas listas antes de los comicios.

En esa intención de mostrarse fuerte, el Mandatario remarcó: “Les garantizo que voy a ponerme al frente para ordenar nuestra fuerza, para que a todos incluya y a nadie excluya. Donde todos tengamos lugar, donde todos somos necesarios. Voy a ser el más solidario con los compañeros y compañeras injustamente perseguidos y ponerme al frente del reclamo de libertad de los que están siendo injustamente perseguidos”, algo que ya había dicho cuando defendió las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, contrariamente a lo que pretendía el kirchnerismo, y que ahora se hace piel en los gobernadores, que definen fechas diferentes a las nacionales promoviendo otras figuras electivas, como la ley de lemas. Un estrategia para despegarse del fracaso del nunca conformado «albertismo».

Sin dejar en claro sus ambiciones reeleccionistas, que salvo su pequeño entorno, nadie apoya, el Primer Mandatario expuso que: “Empezamos el cuarto año, transitémoslo con mucha fuerza. Vamos a ganar, unidos y por el bien de la Argentina”, y agregó: “Muchos dicen que soy un presidente timorato, un presidente que no ejerce el liderazgo como a algunos le gusta. Los liderazgos no se ejercen ni gritando, ni golpeando la mesa, sino convenciendo a todos de cuál es el camino a seguir y logrando que todos nos sigan”, planteó en la idea de diferenciarse de quien lo ungió en el cargo y hoy lo repudia de manera privada.

Fernández declaró que “los líderes no están un escalón más arriba que su pueblo”, sino que están junto a él. “Creo en ese liderazgo porque soy un hijo de la democracia”, proclamó y  remarcó que “podrán tildarme de timorato, cobarde, débil, que no grito. Pero yo dialogo. Yo que soy un hijo de la democracia sé que los gritos sirven de poco y el diálogo sirve mucho más. Yo dialogo donde corresponde, con los trabajadores, los empresarios y los actores civiles. Me encantaría dialogar con la oposición en el Congreso si alguna vez pensara más en la Argentina que en sus posibilidades electorales”.

En referencia al expresidente Mauricio Macri, que se encuentra en Qatar en su rol de titular de la Fundación FIFA, Fernández señaló: “Escucho un expresidente dando conferencias, diciendo que la Argentina es el país de 70 años de frustración, eso no es la Argentina”, y recalcó a la salud pública, la educación y los derechos laborales en el país. “Eso es la Argentina, eh!. Es la Argentina que crece, donde los inversores privados apuestan al crecimiento, ganan plata, pagan sus impuestos y crecen”, observó, mientras que el mal sonido ambiente no dejaba escuchar sus definiciones entre los pocos asistentes.

“Tal vez en estos tres años hicimos muchas más cosas de las que somos capaces de ver”, aseveró, y fue duro contra la prensa: “Hemos atravesado tormentas, de las peores, y hemos podido superarlas. En cada tormenta siempre hay un punto azul, muchos se encargaron de no mostrarlo. Mostraron lo gris, lo dificultoso, los errores; pero no mostraron nunca lo que fuimos capaces de hacer”.

En el escenario detrás de él a trabajadores de diversos sectores y a beneficiarios de programas estatales. Aprovechando la presencia de esos invitados el Presidente mencionó que “acá hay actores centrales de que la Argentina se haya recuperado. No son un invento, no son hologramas. Son personas de carne y hueso. Todas pudieron salir adelante con el esfuerzo propio y un Estado presente que los ayudó a estar de pie y avanzar”.

Antes de subir a escena, Fernández había aplaudido a estas personas junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que estuvo junto a funcionarios y dirigentes oficialistas, algunos referentes sindicales y de los Derechos Humanos, asó como parte del Gabinete nacional.

El mensaje principal que quiso instalar Alberto Fernández fue que “crecimos tres años seguidos”. Lo cierto es que ese crecimiento al que alude el Primer Mandatario no llega a los más de 17 millones de argentinos que sobreviven a una crisis que se potencia con un año que cierra con una inflación del 100 por ciento, y que tiene sumidos en la indigencia -es decir que no pueden acceder a una alimentación digna- al 4% de la población.

No hubo autocríticas, sobre el final de la actividad, la única funcionaria nacional que se acercó a hablar con los periodistas acreditados en la Rosada fue la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien consultada por este medios y por esa falta de análisis más amplio con respecto a los tres años de gestión dijo: «Siempre se pueden mejorar cosas y empezar a nombrarlas, lo que genera era sacar el foco de lo que logramos».

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

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