miércoles, 7 de mayo de 2014

Colombianos, los nuevos “preferidos” en el rubro gastronómico

Entra apurado y con cara de pocos amigos. El reloj marca las 9 pasadas. El joven, de pantalón de vestir, zapatos y camisa, encara para la caja y pide un café con leche y caramelo. La empleada le devuelve una sonrisa y pregunta si quiere algo para acompañar, con una tonada que corta la mala onda y dispara un breve diálogo sobre la belleza de las playas caribeñas y alguna que otra referencia a vacaciones pasadas. La escena se repite a diario en distintos bares de la ciudad. Según la Dirección Nacional de Migraciones, en los últimos tres años hubo 43.000 radicaciones de colombianos. “En el ránking ya están cuartos, por detrás de Perú”, explicó su vocero Hugo Mouján. En su mayoría son jóvenes que vienen a la universidad, necesitan trabajos flexibles para financiarse y que, a fuerza de cordialidad y simpatía, se volvieron los preferidos de los empresarios gastronómicos. Melisa Rodríguez Sarta decidió irse de su Bogotá natal a los 22 años. Los motivos son los mismos que esgrimen casi todos sus compatriotas: las universidades públicas de Colombia son pocas, muy selectivas y las privadas tienen precios prohibitivos. La oferta cultural, la vida nocturna y el alto nivel académico convirtieron a Buenos Aires en un polo de atracción para ella y para muchos otros estudiantes de su país. Según la Dirección de Estadística y Censos del Gobierno porteño, el 33% de los alumnos extranjeros son colombianos. Melisa empezó su camino en un café que la empleó de manera informal unos meses, porque no aún no tenía los papeles. Después, ya con la residencia, empezó a tirar currículums para conseguir algo en blanco. A las dos semanas la contrató Starbucks. “El acento vende bastante. Muchos me preguntan de dónde soy y hablamos de los paisajes o ciudades de mi país. Me tiran buena onda”, sostuvo. La jefa de Recursos Humanos de la empresa, Marcela Frassinelli, dijo a Clarín que la “simpatía, amabilidad y buena predisposición” son características que consideran “fundamentales”. “La mayoría de los empleados extranjeros buscan un trabajo para poder costear sus estudios. Nos eligen por la libertad horaria, ideal para lograr un balance entre su desarrollo profesional y laboral”, agregó. La cadena norteamericana es tal vez el ejemplo más conocido de esta tendencia, pero no el único. Green Eat y Tea Connection, entre otras, también contratan gran cantidad de colombianos, que buscan turnos de no más de cinco horas y horarios rotativos, para poder volver a casa y estudiar. El gerente de ventas de franquicias de Subway, Maximiliano Dirube, explicó que no hay una “política activa” para elegirlos, pero que existe un boca a boca. “Se armó una cadena de recomendaciones sobre estos chicos que trabajan muy bien. Tienen un trato y una actitud de servicio excelentes, son simpáticos por una cuestión cultural y su tonada le resulta agradable al porteño”, afirmó. Alejandro Melamed, doctor en Ciencias Económicas y especialista en Recursos Humanos, apunta otro valor: la preparación: “Son jóvenes de clase media y alta que no vienen a hacer plata sino carrera. Piensan como los argentinos de su mismo nivel socioeconómico cuando van a estudiar a Estados Unidos o Europa, donde realizan trabajos que en su casa no harían”.

Fuente. Clarín

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