martes, 30 de septiembre de 2014

Vencer sin matar: las armas electromagnéticas de Rusia

Las armas basadas en la tecnología de pulsos electromagnéticos son unas de las más avanzadas para cualquier ejército. Mientras cada potencia desarrolla sus variantes, Rusia pone la mira en medidas de neutralización sin violencia. Por el momento un pulso electromagnético (PEM) es, inherentemente, una herramienta militar, ya que todavía no tiene mucho uso 'civil': podría ser utilizado para lanzar proyectiles o para apagar cualquier sistema electrónico, explica el sitio web militar ruso 'Warfiles'. Un pulso comprende una emisión brusca de energía de alta intensidad, lo que trastorna las señales de radio o hace inutilizable cualquier componente electrónico, o sea, todos los conductores.

Dos caminos: atacar o impedir ataques

Las potencias avanzadas aspiran a convertir el pulso magnético en algún sistema finalizado capaz de integrarse en varias estrategias militares. Por ejemplo, EE.UU. optó por adaptar la tecnología para un cañón. El resultado, el famoso 'Cañon de riel', es considerado la posible arma de los buques de guerra estadounidenses de un futuro próximo. Rusia, por su parte, apostó por el efecto directo del pulso: la neutralización de todo equipo electrónico. Aunque es más complicado tecnológicamente, ofrece una variedad de usos tácticos y sería más humano porque presupone neutralizar al enemigo sin atacarle directamente. Por ejemplo, la tripulación de un tanque 'apagado' simplemente no podría utilizar sus armas ni mover el vehículo: lo último que quedaría sería rendirse.

Armas de PEM rusas: desde los primeros pasos hacia el servicio activo

La primera arma de PEM de Rusia fue presentada en 2001 en una feria en Malasia. Se trató del complejo Ránez-E, parecido a un vehículo de comunicación, que en realidad generaba pulsos de energía dirigidos contra unos blancos aéreos y capaces de 'apagarlos'. A pesar de generar mucho interés, recibió una gran cantidad de observaciones críticas, que los ingenieros rusos resolvieron en las variedades siguientes. © warfiles.ru Ahora el Ejército ruso lleva a cabo el desarrollo de una serie de armas de PEM de varios tipos, entre ellas misiles balísticos y de crucero con ojivas electromagnéticas que ya tienen prototipos para las pruebas. Además, varios vehículos ya entraron en servicio, por ejemplo un complejo móvil de guerra radioelectrónica capaz de ocultar un círculo de hasta 300 kilómetros de superficie de vigilancia de los radares. Las naves rusas están equipadas con sistemas de protección radioelectrónica contra misiles guiados y de disrupción de datos que reciben los radares del enemigo. Finalmente existen complejos para la infantería destinados a prevenir las señales de detonación en caso de dispositivos explosivos operados a través de radioondas o trastornar señales de los sistemas de navegación y apuntación. Junto con los complejos antiaéreos y las fuerzas de disuasión nuclear, las armas de PEM constituirán un pilar de las armas de defensa del Ejército ruso.

Fuente: RT

lunes, 29 de septiembre de 2014

Un escritor que afirma que “Es imposible que pase un día sin ir a un bar”

En bares y sobre bares porque, se sabe, es un tema que Martín Kohan maneja. “Es imposible que pase un día sin ir a un bar. Tengo que estar enfermo para no venir. Y mucho, de no poder levantarme de la cama. Hay un tipo de bienestar que tengo en un bar que no encuentro en otro lado”, dice.

-¿Por dónde pasa?

-Hay una ecuación entre el gusto que tengo por estar solo y la angustia que me produce estar solo, de por sí son contradictorias, y el bar es la puesta en escena perfecta, sobre todo cuando sos habitué. Se da un efecto de compañía tácita en el sentido de que te conocés, hay un ámbito de familiaridad.

-En esta sección se equiparó con la sensación que te daba que tu mamá te prepare el desayuno.

-Es y a la vez no, porque si lo que pesara fuera estrictamente eso te quedás con ella. Tienen un principio de reserva que los padres, sobre todo las madres judías, no tienen. Por un lado ese entorno de reconocimiento y familiaridad y, al mismo tiempo, de prescindencia y discreción extrema. A La Orquídea (Corrientes y A. de Figueroa) vengo desde hace 12 años, los mozos son los mismos de siempre, pero nunca nos ponemos a conversar.

-Para tu trabajo te da equilibrio entre concentración y abstracción...

-Pero no solo tiene que ver con la escritura. Ahora me encuentro con una amiga y voy a otro bar. ¿O vamos a ir a encerrarnos a una casa? Al mismo tiempo no me alcanza con uno, porque me aburro y tengo que cambiar. Es una especie de itinerancia durante el día, por eso pido cortado, para evitar la úlcera. Busca separarse de la imagen bohemia del escritor (sepa el lector que, además, escribe a mano: pluma para la ficción, bolígrafo para el resto). “Todo parece remitir a una imagen entre bohemia, romántica o boluda. Escribo a mano porque me gusta, me encanta y, ¿por qué voy a escribir apretando botones cuando puedo hacerlo dibujando en un papel? Después lo paso y a veces me lleva más tiempo que escribir la novela”, cuenta. Si toca resignar la cancha, el fútbol también se ve en el bar. “Me da un poco de vergüenza decir esto, pero después de un par de derrotas de Boca en La Orquídea ya no veo los partidos acá. Me gusta ver fútbol en los bares, incluso cuando puede haber rivales, pero como Boca tiende a ser mayoritario igual que el peronismo, gritar el gol que otros gritan es más lindo que escucharte solo en tu casa”, avanza.

-¿Siempre por este barrio?

-Vivía a pocas cuadras y empecé a venir a este bar. Me mudé hace unos 7 u 8 años, y vuelvo.

-¿O sea que viajás para ir al bar?

-Sí. Desde la escuela primaria que no desayuno en casa. Es cierto que ahora mi lugar de barrio cambió: desayuno en Mill (Scalabrini Ortiz y Castillo) porque si no mi día arranca muy tarde. Pero después vengo para acá o a Montecarlo (Paraguay y Ravignani).

-Pero es un ritual que mantenés desde que eras chico.

-Empezó como una necesidad de los años de estudiante, que en realidad nunca terminan. Es muy difícil estudiar cuando uno vive con los padres. Volviendo a la cuestión invasiva... te hablan. Más toda la distracción propia. El primer bar que incorporé como lugar para irme, para estar, para eso de “me voy al bar”, fue el Savoy, en Cabildo y Ugarte, vivíamos por ahí. Ahora paso cada vez que voy al Arteplex. Antes de entrar a dar clase en Puán hace una parada en Sócrates. “Pero es distinto. Si viviera en Caballito no sería mi bar”, apunta. Menciona a Oasis (ahora El Nacional, cerca del Nacional Buenos Aires), El Banderín y la avenida Corrientes. “Me gustaría haber llegado a ser habitué de El Destino (Humahuaca y Gallo), la discordancia total entre el nombre y el lugar. Estuve tres o cuatro veces pero no pertenezco”, sigue.

-¿Son los bares de acá o te pasa en otras ciudades?

-Ese es un punto crítico porque no en todos lados hay bares tan propicios. Termino consolándome con variaciones y en parte me obligo a imaginarlos como ideales, pero al mismo tiempo no esperan que te instales durante cuatro horas y surge el desconcierto. Donde encuentro un bar razonable tiendo mentalmente a llamarle La Orquídea o Montecarlo. Pero a veces la paso muy mal.

-¿En qué lugares o qué bares?

-En Brasil, por ejemplo, en general hay otra relación entre interioridad y exterioridad: son abiertos, con sillas de plástico, más bien patios de cerveza. En el hábito porteño esa ecuación es perfecta. Como espacio puramente interior, estás en la calle; como protección a la exterioridad, estás adentro.

-Acá jamás te sentás afuera...

-No, porque es la vereda. Me gustan los bares, no las veredas.

Fuente: Diario Clarín 

viernes, 26 de septiembre de 2014

Cementera y Muerte

En la aldea Los Pajoques un grupo de encapuchados masacró a una familia en la noche del viernes y madrugada del sábado. Dos casas arrasadas por las balas, tres automóviles quemados; siete muertos. La calma después de la tormenta es, en realidad, una escena dantesca de pura tensión. En el kilómetro 40 de la carretera interamericana en dirección de la capital hacia Chimaltenango hay que virar a la derecha, luego entrar por un camino de terracería, pasar dos bloqueos con portezuelas de metal custodiados por miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de San Juan Sacatepéquez, para llegar a la aldea Los Pajoques. Un caserío escondido que hoy está en boca de todos. Aquí ocurrió una masacre de la que un bando y otro se culpa, mientras los perpetradores encapuchados, gente del mismo lugar, se mezcla con los demás: víctimas, curiosos, indignados y la Policía, los medios y las autoridades gubernamentales. Dos casas destrozadas. Láminas con perforaciones múltiples, cenizas, cuerpos tendidos en el suelo, una mascota fulminada. La gente de Los Pajoques se toma la cabeza y la cintura y se aglomera en el auténtico campo de batalla. Del cielo baja un helicóptero en el que viaja el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla quien, ya en tierra, organiza un círculo protegido por agentes de la Policía Nacional Civil para hablar al centro con líderes comunitarios; el Comisionado Presidencial para el Diálogo Nacional, Miguel Ángel Balcárcel y el director general de la Policía Nacional Civil (PNC), Telémaco Pérez García. Allí, López Bonilla exige la verdad: “aquí lo que tenemos es que ser honestos muchá, ya tenemos identificados a los encapuchados y sabemos quienes son”.

Encapuchados anónimos, voces encontradas

Varios medios de comunicacion indican que un hombre que supuestamente trabaja en la cementera, que tiene a su cargo la construcción del Anillo Regional, mató a una mujer de la comunidad. Esto provocó la reacción de una turba enardecida que se volcó en contra de la familia Pajoc Guamuche, que fue masacrada. El reporte de Bomberos Voluntarios arroja ocho muertos. Pero según Carlos Guamuche, miembro del Cocode, el viernes en la noche, tras una discusión sobre la cementera, “un grupo de encapuchados fuertemente armado disparó a cuatro vecinos que se oponían al proyecto víal. Uno de ellos falleció de inmediato, otro fue llevado a un sanatorio en San Juan Sacatepéquez y falleció en el lugar; y dos fueron trasladados a La Antigua”. En la madrugada continuaron los ataques. Pero la comunidad decidió defenderse, enfrentar a los encapuchados. El resultado: “ocho heridos y seis muertos, tres de la comunidad y tres de los encapuchados”. Todos con marcas de bala, machete y puñetazos. “Son 15 encapuchados promotores de la empresa que están infiltrados entre nosotros”, reporta Carlos Guamuche. Dice que lograron escapar entre las milpas. Carlos Guamuche relata que miembros de la comunidad fueron hacia la Comisaría 16 de la PNC para denunciar los ataques y exigir la presencia de las autoridades y éstos “tuvieron miedo”. En contraparte, Telémaco Pérez García, director de la Policía asegura que no pudieron acceder a Los Pajoques por los bloqueos en el camino. “Anoche en #SanJuanSacatepequez empleados medían terrenos, comunitarios recibidos con disparos. Allí comenzó lo que hoy se vive”, tuiteó el Centro de Medios Independientes, @cmiguate. Representantes de la cementera, sin embargo, aseguran que los disturbios se detonaron cuando un grupo de pobladores de San Juan Sacatepéquez, inconformes con la construcción del anillo periférico, retuvieron ayer por la tarde a cuatro personas que supuestamente vendieron sus terrenos para la construcción de la vía. Los retenidos fueron identificados como Timoteo Pajoc, Bernardo Pajoc, Dionisio Chajón y Pedro Chajón. Según representantes de la cementera, “fueron trasladados por la fuerza al centro de la aldea Santa Fe Ocaña y luego al casco urbano de San Juan Sacatepéquez ante la presencia de la abogada Carmela Curup” y “obligados a firmar un documento en el que se comprometían a abandonar sus hogares en un lapso de 5 horas”.

¿Estado de excepción?

“Tenemos que entrar a buscar encapuchados armados. Tenemos nombres y los vamos a detener”, explica el ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla al concluir la reunión de reconocimiento y salir del círculo resguardado por los agentes. “Pero no podemos entrar si hay talanqueras; eso es ilegal porque impide el tránsito locomotriz. Que me digan un artículo de la Constitución donde diga que una Comunidad pueda cerrar una entrada”, asesta el Ministro a los comunitarios. López Bonilla pidió colaboración y disposición: “o hacemos bien la intromisión de la autoridad o vamos a tener que recurrir al Estado de Excepción. En ningún lugar del país está prohibido el acceso al Estado. Si el Presidente o el Organismo Ejecutivo tienen que ingresar o si el Organismo Judicial tienen que venir y actuar, mediante el Ejército y la Policía o si los jueces tienen que levantar actas y entregar ordenes de captura, ustedes no pueden tapar estas entradas”. Pero Carlos Guamuche, a quien los pobladores seleccionaron para hablar con Diario Digital, dice que no es así. Que “la Policía sólo va a venir cuatro días y luego se va a ir. Sólo vienen a amedrentarnos ¿cómo nos van a proteger de los encapuchados?. Mejor que se vayan, queremos que no vengan y que no entren a nuestra comunidad. Nosotros podemos defendernos”. Por otra parte, Carlos Guamuche se queja de la ausencia de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH): “no vinieron. Les llamamos y no aparecieron”. La PDH sí llegó a Los Pajoques y lo hizo el sábado a las 3 pm, minutos antes de que se retirara el Ministro. Con él hablan en un círculo cerrado sobre la masacre. Le exigen una respuesta sobre un objeto de exhibición personal de cuatro personas que fueron secuestradas la noche del viernes y que no fue atendido, lo que respalda el comisionado para el Diálogo Nacional. “Ciertamente hay que valorar eso”, le sugiere Balcárcel a López Bonilla”. Diario Digital intentó entrevistar a la PDH en la mañana y por la tarde ya en la aldea Los Pajoques, pero éstos negaron dar declaraciones.

Fuente: Diario Digital

jueves, 25 de septiembre de 2014

Guardia de periodistas frente a la embajada de EE.UU. esperando a los trabajadores de LEAR

Barrio de Palermo, apróximadamente 17:10 de la tarde y el Rafa de CN23, Ari Rodriguez de Continental, un servidor para radio El Mundo, y el Licenciado Martín Cangini de América, departen bajo un sol borgeano sobre la actualidad política, social y económica global, muy bien custodiados por los marines estadounidenses que no quisieron salir en la foto.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Este experto en gastronomía afirma que en la variedad encontró el gusto

Nací el 22 de junio en 1975 en Bordeaux, Francia. La primera vez que vine a Buenos Aires fue en octubre de 1998, me quedé unos años y me fui en 2002. Volví en 2005 y nunca más me pude ir. Viví en San Telmo, San Cristóbal, Barrio Norte, Palermo, Recoleta y Parque Saavedra. Son barrios muy diferentes, y hermosos. Me gusta estar cerca de mi trabajo y no perder tiempo en trasladarme. Así que, como prefiero llegar rápido, Palermo me queda bien. Tengo excelentes recuerdos de los rincones porteños donde viví: en cada uno se respiran realidades diferentes, y hasta tienen sus códigos particulares. Una de mis pasiones es la gastronomía. Cuando llegué, fui camarero, después maitre del salón y ahora me desempeño como gerente de restaurantes de La Bourgogne y el Alvear Palace Hotel. Lo que más valoro de Buenos Aires, además de los caminos que encontré en la gastronomía, es su gente. La calidez y la sencillez al recibirte te hacen sentir como en casa. Eso es único. De mi país extraño a mi familia y algunos productos propios de Francia que tienen mucho que ver con los recuerdos y los sabores de mi infancia. Me gusta mucho ver el Río de la Plata. Por eso, me encanta tomar un avión en Aeroparque, poder observar la costanera tan cerca y tan lejos del bullicio de la gran ciudad, viajar en todos los sentidos. Fuera de donde trabajo, son muchos y con estilos distintos los restaurantes que elijo, cada uno para momentos diferentes. La parrilla Don Julio no falla nunca. De Aldo´s vinoteca me encanta la onda y en Mimi restaurant, los platos de cocina de barrio. Hong Kong Style se destaca por la calidad y la calidez de sus dueños. Me sorprendió Aramburu y me gusta Fleur de Sel también. En casa preparo un poco de todo. En general, platos sencillos porque no tengo mucho tiempo. Me animo a cocinar mejillones en mariniere , conejo a la mostaza y carnes grilladas, con echalotes, hierbas y manteca, obviamente. El vino adecuado no puede faltar. Instalarme acá fue una de las experiencias más fuertes de mi vida. A pesar de haber pasado por muchos países, desde ciudades hasta islas muy bonitas, siempre algo me atraía. Hay muchas explicaciones. Sé que Buenos Aires no es perfecta pero me conquistó. Y tener aquí a mi mujer y mis dos hijas pequeñas selló ese amor. Además, me encontré con un personaje singular, Jean Paul Bondoux, quien me abrió los brazos para trabajar juntos. El domingo, en el Hipódromo de Palermo, con otros chefs franceses, haremos el Gran Prix Lucullus, con variedad de platos. Tras viajar a India, cruzar el Caribe en velero, pasar por la Polinesia, vivir en la Costa Azul, estar en Londres y Nueva York y trabajar en los mejores restaurantes, aquí estoy, en Buenos Aires. Y me quedaré.

Fuentes: Clarín

martes, 23 de septiembre de 2014

Recalientamiento global: Agosto fue el mes más caliente en la historia desde 1880, cuando se iniciaron los registros

Agosto de 2014 fue el más cálido del planeta desde que se iniciaron los registros en 1880, con una temperatura de 15,6 grados Celsius (60,1 grados Farenheit), lo que significa 0,75°C (1,35°F) más que la media del siglo XX, informó la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica de EE.UU. (NOAA). La temperatura de la superficie terrestre fue la segunda más cálida, con 0,99°C (1,78°F) por encima de la media del siglo pasado, que se situó en 13,8°C (56,9°F), según el reporte mensual de la NOAA. Por su parte, los océanos alcanzaron cifras récord con 0,65°C (1,17°F) por encima de la media de 16,4°C (61,4°F). El Pacífico ecuatorial occidental se mostró mucho más cálido de lo normal, aunque el fenómeno de El Niño todavía no se ha desarrollado como se esperaba y una gran parte del océano Índico también registra temperaturas “anormalmente” altas, indicó la citada agencia del Gobierno de Estados Unidos. Se trata del trigésimo octavo agosto consecutivo que muestra temperaturas superiores a las medias históricas en la Tierra. El centro de datos de la NOAA explicó que la única región con una temperatura menor de la media fue el centro y este de Estados Unidos. Asimismo, en el periodo junio-agosto, los termómetros también superaron los registros históricos con un alza de 0,71°C (1,28 F) respecto a la media de 16,4°C (61,5°F), lo que convierte a esa cifra en la más alta desde 1998. En los primeros ocho meses del año, agregó la NOAA, la temperatura de la Tierra fue la tercera más alta de la que se tiene constancia en el comparativo histórico.

Fuente: Santiago actual

lunes, 22 de septiembre de 2014

Del Detroit de Stefan Zweig al de la bancarrota

El gran novelista austríaco de origen judío Stefan Zweig, algo olvidado hoy, poseedor de una prosa rápida y colorida que despreciaba todo lo superfluo, tuvo una vida apasionante y una muerte inútil: se suicidó en Brasil en 1942 habiendo escapado del nazismo, pensando que Europa estaba viviendo una barbarie de la que ya no saldría. Viajero incansable (algún crítico dijo que Zweig viajaba no sólo para conocer otros lugares o culturas, sino también para huir de sí mismo) estuvo también en la Argentina y Bernardo Verbitsky le dedicó un ensayo, Significación de Stefan Zweig. En el libro Voyages, que el escritor no vio publicado, donde un editor europeo recopiló algunos de sus artículos periodísticos más famosos con relatos sobre distintos lugares que Zweig recorrió en el mundo, un capítulo está dedicado a Detroit. Esta era la ciudad faro de los Estados Unidos de fines de los años veinte del siglo pasado, la misma que hoy está quebrada y el gobierno de ese país procura salvar con su ayuda financiera, porque no es un Estado soberano como la Argentina y allí existen leyes impidiendo embargos de sus propios fondos buitre, que sin duda los habrá. Pero lo más interesante es comparar la ciudad de esplendor que vio Zweig con el derrumbe económico y social que vive ahora la que fue una vez el núcleo de la industria automovilística norteamericana. En su ágil y conciso relato, el autor cuenta que luego de dar una conferencia en el Fischer Theater, en su opinión la más bella sala cinematográfica y teatral de los Estados Unidos después del Radio City de Nueva York –lo que indica también el nivel cultural existente entonces allí–, le ofrecieron un opulento almuerzo y lo llevaron a visitar la fábrica Ford, paradójicamente en un impresionante Cadillac. La Ford era “un verdadero mundo más que una fábrica –dice Zweig–, una ciudad en sí misma, con su propio ferrocarril (con veinte locomotoras), una flota de grandes barcos que transportan sus mercancías por el lago Michigan y una estación radial propia de ondas cortas”. Algo que lo dejó impresionado fue la gigantesca acería y sus hornos de fundición, donde equipos de trabajadores se turnaban día y noche sin solución de continuidad para no dejarlos enfriar. También el pasaje por diferentes edificios en donde se construían todas las partes de los autos, desde los neumáticos hasta el reloj y el velocímetro (una especie de “vivir con lo nuestro”). Pero fue la sala de montaje de todo el automóvil la que lo dejó estupefacto. Cuatro o cinco obreros al mismo tiempo le consagraban a cada pieza no más de algunos minutos. Le iban poniendo a los chasis, esqueletos de acero que llegaban por un tapiz rodante, todas las partes necesarias, hasta que en una hora el vehículo estaba terminado y alguno de esos mismos obreros se subía en él y salía manejándolo. ¿Carlitos Chaplin se copió de ellos en Tiempos Modernos o eran una imitación de aquel Carlitos? Ficción y realidad a menudo se confunden. Zweig tembló entonces pensando que la rapidez del armado indicaba fragilidad y requería luego una revisión técnica, pero no fue así. Los autos recién fabricados sólo hacían quince minutos de prueba en una pista especial sin ningún problema. Y el autor añadía con asombro que “al día siguiente el vehículo sería remitido a su propietario con el número de matrícula y una buena garantía. Cada dos minutos uno nuevo salía de las puertas de la fábrica para rodar por el mundo”. De allí, Zweig se trasladó a un lugar donde Ford estaba armando, en la proximidad inmediata de su lugar de nacimiento, la construcción o ensamblaje de muchas casas o edificios de América que poseían ya un interés histórico. Un proyecto que el escritor vio en un principio de manera semejante al de las iglesias francesas y castillos ingleses que los millonarios norteamericanos hacían trasladar a su país piedra por piedra, incluido “en lo posible el tradicional fantasma doméstico”. Pero confiesa que la idea del empresario le resultó distinta, mucho más encantadora y realista. Los diferentes edificios eran, entre otros, una vieja escuela, esa que llegó a frecuentar el mismo Ford; el estudio de abogados de Lincoln, traído en bloques de Illinois; un antiguo almacén; un correo postal; un viejo molino; un pequeño hotel; etc. De allí se obtenía una impresión directa de la historia de América, que en realidad no llegaba a más de cien años y mostraba ya, con la industria automovilística de la misma Detroit, un avance extraordinario. Era un museo al aire libre de la América de antes, que permitía medir su actual progreso, al que todos los años visitaban miles de norteamericanos. Pero la atracción mayor la constituía la casa-laboratorio de Edison, que databa de una época en que su espíritu inventivo había sido el más productivo, y que Ford hizo desplazar de Newark (cerca de Nueva York). Un homenaje a Edison que había alentado a Ford en su juventud cuando él le expuso su proyecto del automóvil. Allí se acumulaban todas sus más grandes invenciones: desde el fonógrafo y el esbozo de un teléfono a la pequeña lámpara maravillosa que permitía la iluminación eléctrica. Zweig concluye que estas dos realizaciones, la fábrica Ford y esa villa de viejas casas símbolo, “eran la obra de un solo hombre que hace cincuenta años, hijo de pobres campesinos, iba a la escuela con los pies desnudos y ahora representa un ejemplo de una de las más grandes carreras de la industria americana”. Pero finaliza ese relato con una frase casi premonitoria “la última quizá”. Emblema de la sociedad de consumo, el automóvil fue también símbolo de un nuevo modo de producción y venta, el fordismo, según el cual Henry Ford pretendía que todos sus obreros pudieran comprar los Ford T que ellos mismos fabricaban. Hoy Detroit y sus industrias automovilísticas parecen historia de verdad y la misma ciudad es un museo al aire libre, pero no del progreso, sino de la decadencia de los Estados Unidos. Su situación crítica no es un simple producto de la coyuntura mundial, sino también una de sus causas, si entendemos que estamos no sólo frente a una crisis financiera y que el mundo debe enfrentarse a un verdadero problema de sobreproducción. La industria automovilística norteamericana en sí misma viene perdiendo dinamismo, achicando sus plantas y protagonizando despidos masivos de sus empleados y obreros desde hace varios años. La venta de vehículos fue cayendo abruptamente desde la primera década del nuevo siglo y las tres grandes compañías norteamericanas, General Motors, Chrysler y Ford, padecen los mismos problemas: pérdida de ventas y de rentabilidad y, al mismo tiempo, les sucede igual o peor a todos los establecimientos de autopartes más pequeños que dependen de ellas. General Motors en particular ya fue nacionalizada, con un porcentaje de acciones en manos de sus propios trabajadores. Con la caída de Detroit, una filosofía de vida se derrumba, aquella del american way of life. Ahora la ciudad faro de Henry Ford está en quiebra y, quizá, si el impresionable Zweig la viera de nuevo, le provocaría las mismas angustias que en su momento la Europa en guerra. Un sinnúmero de problemas explican la situación actual de la ciudad y de sus industrias: el desempleo (sólo queda una décima parte de los puestos de trabajo existente en los años sesenta), los altos niveles de endeudamiento, el deterioro de los servicios públicos, la inseguridad creciente (para aquellos que hablan de inseguridad en la Argentina, algo que puede sorprenderlos), la emigración de mano de obra, etcétera. El juez que decretó la quiebra pidió una inmediata ayuda financiera. Pero mientras que los acreedores negocian, como Argentina con los fondos buitre, los verdaderamente preocupados son los que todavía temen perder sus empleos, los jubilados que pueden quedarse sin ingresos o con una mínima parte de ellos y todos los afectados por la disminución de la actividad económica y la sensación catastrófica de encontrarse con un futuro anticipado que no era el que pensaba Zweig, sino el de las peores pesadillas de muchos films americanos –por algo se producen–, en donde un terremoto, un monstruo, una enfermedad desconocida o unos extraterrestres destruyen una ciudad y matan o hacen desaparecer a todos sus habitantes. En esas pesadillas está siempre la del último sobreviviente, como una especie de Robinson Crusoe en una isla desierta, pero en este caso no por un naufragio, sino por obra del propio sistema. Del Detroit de Stefan Zweig al actual, lo peor parece hacerse realidad. El gobernador del estado dijo que la quiebra era una oportunidad para empezar de vuelta; quizá para que aparezca otro Ford de pies desnudos que vuelva a tener el sueño de una América grande. O posiblemente Zweig tenía razón cuando pronosticó hace años que eso no era más posible.

Fuente: Mario Rapoport para Página 12

domingo, 21 de septiembre de 2014

El caso de “la guerrillerita” develó el lado más oscuro de la dictadura en Salta

"Todos los días me corren, me despierto y me están corriendo. Ellos siempre están”. Con estas palabras describió parte de sus recurrentes sueños ERG, la mujer con identidad protegida que cuando tenía 15 años –entre diciembre de 1976 y noviembre de 1977- fue secuestrada por la Policía en el sur provincial, torturada, violada, privada de alimentos, de higiene y hasta de sueño. Hace 37 años que espera justicia, y su caso es uno de los más resonantes que se investigan en la Causa Metán, a cargo del Tribunal Oral Federal 1. Durante los alegatos que empezaron el martes pasado, la fiscalía –integrada por Francisco Snopek y Juan Manuel Sivila- señaló como responsables por este caso al exjefe de la Guarnición Salta del Ejército, Carlos Alberto Mulhall; al ex director de Tránsito de Metán y funcionario de Inteligencia del Ejército, Eduardo del Carmen del Valle; y al exjefe de la Regional sur de la Policía provincial, Andrés del Valle Soraire. Para los tres pidieron prisión perpetua. Durante el desarrollo del juicio, se logró acreditar que la víctima ERG fue detenida cuando tenía 15 años, en diciembre de 1976. Ella cursaba la secundaria en Buenos Aires, y al entrar en vacaciones había viajado a la provincia para visitar a su madre, que vivía en El Galpón. Cuando llegó a Metán y se disponía a tomar otro ómnibus que la llevara hasta su destino final, cerca de las 6 de la mañana fue detenida sin orden judicial por varios efectivos de la Policía, a cargo del comisario metanense Eduardo Zona (ya fallecido). En ese momento empezó su calvario. Luego de ser detenida fue trasladada en un patrullero a la comisaría de Metán, donde fue interrogada bajo la acusación de “guerrillera”. Entre sus pertenencias, la Policía dijo encontrar material “subversivo”: los poemas de Pablo Neruda y un libro con ensayos del “Che” Guevara bastaron para sostener la acusación. No pasaron muchos días hasta que los policías la empezaron a llamar “la guerrillerita”. Sin orden de detención y sin poner en conocimiento de un juez la situación, ERG quedó alojada en la propia comisaría. Días más tarde fue llevada por los imputados Soraire y del Valle hasta la localidad de Río Piedras –a pocos kilómetros de Metán- para que reconociera forzosamente un cadáver. Esa fue una de las primeras torturas a la que la sometieron. “La obligaron a oler el cadáver, que tenía un avanzado estado de descomposición”, relató el fiscal Sivila en la presentación de los alegatos, el martes pasado. Semanas después de ser detenida, fue conducida por la Policía a un colegio de Metán, donde fue obligada a identificar y dar nombres de estudiantes. Al no poder alojarla permanentemente en la comisaría de Metán, consta en el expediente de la causa que fue trasladada en varias oportunidades a distintas pensiones, donde era custodiada por efectivos de civil. Por la noche era llevada a la comisaría para ser torturada y violada. Cuando relató lo acontecido y preservando la identidad para evitar una revictimación, el fiscal Sivila dijo: “concretamente, las torturas aplicadas consistieron en golpes, cortes, amenazas reiteradas, sometimiento a condiciones inhumanas y degradantes para la víctima: tales como la falta de higiene personal, la privación de alimento y sueño, el sometimiento reiterado a humillaciones, en circunstancias en las que se la mantenía desnuda”. Ante la búsqueda de sus familiares y los reclamos permanentes, en mayo de 1977 fue trasladada a la capital salteña, donde –para blanquear la detención- estuvo en una dependencia a disposición de la Brigada de Investigaciones. La tortura “Le introdujeron elementos en sus genitales”, dijo en concreto el fiscal Sivila cuando enumeró las humillaciones y las torturas a las que fue sometida ERG. “Tuvo un embarazo fruto de las violaciones, que no pudo advertir por sí misma por su corta edad y fue violada también durante su embarazo”, relató. Entre los episodios que relató ERG cuando dio su testimonio ante el Tribunal Oral Federal, contó que fue humillada en una fiesta de policías. Allí, “un número indeterminado de personas la violó y se burló de ella”, consta en el crudo alegato que presentaron los fiscales. Cuando se realizaron las audiencias, en compañía de la psicóloga Natalia Baumann, del Centro de Asistencia a las Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos “Fernando Ulloa”, ERG quebró en llanto varias veces antes de terminar su declaración. Incluso, en varias audiencias debió retirarse al no poder contenerse. En el transcurso de la causa, el Centro Fernando Ulloa remitió un informe al Tribunal donde quedó corroborado –a partir de los informes psicológicos- que los tormentos contra ERG “exceden un hecho puntual”. Para los peritos, sin dudas se trató de “una situación de reducción a la servidumbre”. El hijo de un violador Pese a haber sido violada y torturada sistemáticamente durante el embarazo, como así también privada de alimentos, vestimenta e higiene, ERG no perdió el bebé. Seguía en cautiverio cuando parió en un hospital de Rosario de la Frontera, localidad cercana a Metán, donde fue llevada por el comisario Eduardo Zona. El parto se produjo el 25 de noviembre de 1977. Días después, la adolescente convertida en madre por una violación fue vendida por la Policía a un empresario de la región identificado en el expediente como Fermín Chaile, un hombre que rondaba por aquel entonces los 70 años y que sometió a ERG hasta que falleció, en 1983 o 1984. (Nota con vínculos)

Fuente: La Gaceta de Salta

viernes, 19 de septiembre de 2014

Cada vez tiene más repercusión AIRE DIGITAL, el ciclo de los cronistas de exteriores que va por La Radio En Línea

Es autobombo pero del bueno, el ciclo que todas las mañanas realizamos con nuestro comandante, Gustavo Abu Arab y sus bastoneros, Gerardo Mazzochi, Felipe Barbarosch y un servidor está acumulando cada vez más audiencia y después de haber alcanzado los 100 programas es para celebrar. Cada día se suman más colaboradores desde aquí y el exterior que e van dando al programa mayor amplitud informativa, pero siempre encarada desde el lado B, eso que nadie te cuenta en ningún medio. Sigan escuchándonos, hagan correr la bola, y por supuesto están todos invitados a participar. Los esperamos de lunes a viernes de 11 a 12 de la mañana en www.laradioenlinea.com.ar 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Los Días sin López

Hace ocho años... López sale de su casa entre las 0 y las 7 del 18 de septiembre de 2006.  Los días previos a la desaparición, hay cuatro llamados del entorno de Etchecolatz a diversas áreas del penal en horarios no permitidos. Algunos de esos llamados del entorno de Etchecolatz son de madrugada A las 7.20 Gustavo, hijo de López, descubre que su padre no está A las 8.30 llegó Hugo, sobrino de López, y salieron a buscarlo con Gustavo López tenía que estar a las 9 en el juicio. Nunca llegó Entre las 9.30 y las 9.45, una vecina lo vio a López caminando hacia la avenida 66 Entre las 9 y las 9.30 otro vecino lo vio yendo en esa misma dirección Un tercer vecino lo ubicó en ese recorrido entre las 9.30 y las 10. Una kioskera lo vio pasar entre las 10 y las 10.30 por la calle 137 El último testigo ve a López entre las 10 y las 10.30 en la Av. 66, entre la verdulería y el EDELAP.  Allí donde lo ven por última vez vivía una policía que está en la agenda de Etchecolatz. Nunca le allanaron la casa A las 11.51 el ex marino Jorge Boynak llama a la casa de Etchecolatz A las 15.58 el ex marino Boynak le envía un mail a la mujer de Etchecolatz donde cuestiona el testimonio de López A las 16.22 alguien desde la casa de Etchecolatz llama al marino Boynak Este es el gráfico de conversaciones de la esposa de Etchecolatz el día de la desaparición de López:


Fuente: Facebook del periodista de Página 12 Werner Pertot