viernes, 26 de septiembre de 2014

Cementera y Muerte

En la aldea Los Pajoques un grupo de encapuchados masacró a una familia en la noche del viernes y madrugada del sábado. Dos casas arrasadas por las balas, tres automóviles quemados; siete muertos. La calma después de la tormenta es, en realidad, una escena dantesca de pura tensión. En el kilómetro 40 de la carretera interamericana en dirección de la capital hacia Chimaltenango hay que virar a la derecha, luego entrar por un camino de terracería, pasar dos bloqueos con portezuelas de metal custodiados por miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de San Juan Sacatepéquez, para llegar a la aldea Los Pajoques. Un caserío escondido que hoy está en boca de todos. Aquí ocurrió una masacre de la que un bando y otro se culpa, mientras los perpetradores encapuchados, gente del mismo lugar, se mezcla con los demás: víctimas, curiosos, indignados y la Policía, los medios y las autoridades gubernamentales. Dos casas destrozadas. Láminas con perforaciones múltiples, cenizas, cuerpos tendidos en el suelo, una mascota fulminada. La gente de Los Pajoques se toma la cabeza y la cintura y se aglomera en el auténtico campo de batalla. Del cielo baja un helicóptero en el que viaja el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla quien, ya en tierra, organiza un círculo protegido por agentes de la Policía Nacional Civil para hablar al centro con líderes comunitarios; el Comisionado Presidencial para el Diálogo Nacional, Miguel Ángel Balcárcel y el director general de la Policía Nacional Civil (PNC), Telémaco Pérez García. Allí, López Bonilla exige la verdad: “aquí lo que tenemos es que ser honestos muchá, ya tenemos identificados a los encapuchados y sabemos quienes son”.

Encapuchados anónimos, voces encontradas

Varios medios de comunicacion indican que un hombre que supuestamente trabaja en la cementera, que tiene a su cargo la construcción del Anillo Regional, mató a una mujer de la comunidad. Esto provocó la reacción de una turba enardecida que se volcó en contra de la familia Pajoc Guamuche, que fue masacrada. El reporte de Bomberos Voluntarios arroja ocho muertos. Pero según Carlos Guamuche, miembro del Cocode, el viernes en la noche, tras una discusión sobre la cementera, “un grupo de encapuchados fuertemente armado disparó a cuatro vecinos que se oponían al proyecto víal. Uno de ellos falleció de inmediato, otro fue llevado a un sanatorio en San Juan Sacatepéquez y falleció en el lugar; y dos fueron trasladados a La Antigua”. En la madrugada continuaron los ataques. Pero la comunidad decidió defenderse, enfrentar a los encapuchados. El resultado: “ocho heridos y seis muertos, tres de la comunidad y tres de los encapuchados”. Todos con marcas de bala, machete y puñetazos. “Son 15 encapuchados promotores de la empresa que están infiltrados entre nosotros”, reporta Carlos Guamuche. Dice que lograron escapar entre las milpas. Carlos Guamuche relata que miembros de la comunidad fueron hacia la Comisaría 16 de la PNC para denunciar los ataques y exigir la presencia de las autoridades y éstos “tuvieron miedo”. En contraparte, Telémaco Pérez García, director de la Policía asegura que no pudieron acceder a Los Pajoques por los bloqueos en el camino. “Anoche en #SanJuanSacatepequez empleados medían terrenos, comunitarios recibidos con disparos. Allí comenzó lo que hoy se vive”, tuiteó el Centro de Medios Independientes, @cmiguate. Representantes de la cementera, sin embargo, aseguran que los disturbios se detonaron cuando un grupo de pobladores de San Juan Sacatepéquez, inconformes con la construcción del anillo periférico, retuvieron ayer por la tarde a cuatro personas que supuestamente vendieron sus terrenos para la construcción de la vía. Los retenidos fueron identificados como Timoteo Pajoc, Bernardo Pajoc, Dionisio Chajón y Pedro Chajón. Según representantes de la cementera, “fueron trasladados por la fuerza al centro de la aldea Santa Fe Ocaña y luego al casco urbano de San Juan Sacatepéquez ante la presencia de la abogada Carmela Curup” y “obligados a firmar un documento en el que se comprometían a abandonar sus hogares en un lapso de 5 horas”.

¿Estado de excepción?

“Tenemos que entrar a buscar encapuchados armados. Tenemos nombres y los vamos a detener”, explica el ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla al concluir la reunión de reconocimiento y salir del círculo resguardado por los agentes. “Pero no podemos entrar si hay talanqueras; eso es ilegal porque impide el tránsito locomotriz. Que me digan un artículo de la Constitución donde diga que una Comunidad pueda cerrar una entrada”, asesta el Ministro a los comunitarios. López Bonilla pidió colaboración y disposición: “o hacemos bien la intromisión de la autoridad o vamos a tener que recurrir al Estado de Excepción. En ningún lugar del país está prohibido el acceso al Estado. Si el Presidente o el Organismo Ejecutivo tienen que ingresar o si el Organismo Judicial tienen que venir y actuar, mediante el Ejército y la Policía o si los jueces tienen que levantar actas y entregar ordenes de captura, ustedes no pueden tapar estas entradas”. Pero Carlos Guamuche, a quien los pobladores seleccionaron para hablar con Diario Digital, dice que no es así. Que “la Policía sólo va a venir cuatro días y luego se va a ir. Sólo vienen a amedrentarnos ¿cómo nos van a proteger de los encapuchados?. Mejor que se vayan, queremos que no vengan y que no entren a nuestra comunidad. Nosotros podemos defendernos”. Por otra parte, Carlos Guamuche se queja de la ausencia de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH): “no vinieron. Les llamamos y no aparecieron”. La PDH sí llegó a Los Pajoques y lo hizo el sábado a las 3 pm, minutos antes de que se retirara el Ministro. Con él hablan en un círculo cerrado sobre la masacre. Le exigen una respuesta sobre un objeto de exhibición personal de cuatro personas que fueron secuestradas la noche del viernes y que no fue atendido, lo que respalda el comisionado para el Diálogo Nacional. “Ciertamente hay que valorar eso”, le sugiere Balcárcel a López Bonilla”. Diario Digital intentó entrevistar a la PDH en la mañana y por la tarde ya en la aldea Los Pajoques, pero éstos negaron dar declaraciones.

Fuente: Diario Digital

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