martes, 31 de julio de 2018

Desde una dura nota en The New York Times se muestra la preocupación de EE.UU. por la base espacial china en Argentina


Desde una estación espacial en Argentina, China expande su presencia en Latinoamérica 

QUINTUCO, Argentina — La antena gigantesca se levanta desde el suelo del desierto como una aparición, una torre de metal resplandeciente que se eleva dieciséis pisos sobre un tramo interminable de la Patagonia azotado por el viento.

El dispositivo de 450 toneladas, con su enorme plato que parece abrazar los cielos abiertos, es la atracción principal de una estación de control para satélites y misiones espaciales que tiene un valor de 50 millones de dólares y fue creación del Ejército chino.

La base solitaria es uno de los símbolos más impactantes de la estrategia que Pekín lleva implementando desde hace tiempo para transformar Latinoamérica y dar forma al futuro de la región, a menudo a través de maniobras que socavan directamente el poder político, económico y estratégico de Estados Unidos en esta.

La estación comenzó sus operaciones en marzo y ha tenido un papel esencial en la audaz expedición que planea China hacia el lado más lejano de la Luna. Los funcionarios argentinos dicen estar eufóricos por apoyar esta iniciativa.

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Sin embargo, la manera en que se negoció la base —en secreto, cuando Argentina estaba desesperada por captar inversiones— y las preocupaciones de que esta pudiera mejorar las capacidades de China para recabar información en el hemisferio han detonado un debate en Argentina sobre los riesgos y beneficios que implica dejarse arrastrar a la órbita de China.

“Pekín ha transformado las dinámicas de la región, desde las agendas de sus dirigentes y empresarios hasta la estructura de sus economías, el contenido de su política e incluso sus dinámicas de seguridad”, dijo R. Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Estados Unidos.

En la última década, Estados Unidos ha puesto poca atención en el hemisferio; en su lugar anunció un giro hacia Asia, con la esperanza de fortalecer las relaciones económicas, militares y diplomáticas como parte de la estrategia del gobierno de Obama para coartar el poderío chino. Mientras tanto, China ha llevado a cabo discretamente un plan de gran alcance en Latinoamérica. Ha expandido el comercio de manera considerable, ha rescatado gobiernos, construido enormes proyectos de infraestructura, fortalecido los lazos militares y ha asegurado inmensas cantidades de recursos, así, ha enlazado su destino al de varios países de la región y viceversa.

China dejó muy claras sus intenciones en 2008. En el primer documento político de su tipo, que entonces no llamó mucho la atención, Pekín argumentó que las naciones de América Latina estaban “en un nivel de desarrollo similar” al de China y que ambas partes tenían mucho que ganar.

Los líderes de la región fueron más que receptivos. Un cuadro de presidentes de izquierda —de países como Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Uruguay y Bolivia— que querían una región más autónoma desafiaban la primacía que Washington tenía sobre América Latina y que en gran medida daba por sentada desde el final de la Guerra Fría.

La invitación de Pekín llegó en un momento fortuito: durante el punto más álgido de la crisis financiera. Aferrándose al apetito voraz de China por el petróleo, el hierro, la soja y el cobre de la región, Latinoamérica quedó un poco protegida de la peor parte del daño a la economía mundial.

Después, cuando el precio del petróleo y de otros productos básicos se desplomó en 2011, varios países de la región se encontraron de pronto en un terreno inestable. Una vez más, China acudió en su ayuda y, por medio de una serie de acuerdos, consolidó aún más su papel de actor central en América Latina por décadas.
A pesar de que hay lugares de América Latina que están dando un giro hacia la derecha en términos políticos, los dirigentes de la zona han adaptado sus políticas para satisfacer las demandas chinas. El dominio de Pekín en una gran parte de la región, y lo que significa para la relación con Estados Unidos, se ha vuelto cada vez más evidente.

“Es un hecho consumado”, dijo Diego Guelar, el embajador argentino en China. En 2013, Guelar publicó un libro con un título alarmante: La invasión silenciosa: el desembarco chino en América del Sur.

“Ya no es silenciosa”, dijo Guelar, refiriéndose a la incursión de China en la región.

El año pasado, el comercio entre China y los países de América Latina y el Caribe alcanzó los 244.000 millones de dólares, más del doble de lo que se generó una década antes, de acuerdo con el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston. Desde 2015, China ha sido el principal socio comercial de Suramérica, con lo cual ha eclipsado a Estados Unidos.

Tal vez de manera más significativa, China ha desembolsado miles de millones de dólares en préstamos para el continente americano que están respaldados con productos básicos, lo que le ha permitido reclamar durante años una gran porción del petróleo regional, incluido casi el 90 por ciento de las reservas de Ecuador.

China también se ha vuelto indispensable, pues rescató a gobiernos en problemas y a empresas estatales vitales para países como Venezuela y Brasil, con lo cual ha demostrado estar dispuesta a hacer grandes apuestas para garantizar su lugar en la región.

En Argentina, una nación que había quedado fuera de los mercados crediticios a nivel internacional por haber incumplido el pago de cerca de 100.000 millones de dólares en bonos, China se convirtió en una bendición para la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y, mientras le extendía una mano amiga, Pekín comenzó a negociar en secreto la estación satelital y de control espacial en la Patagonia.

Los funcionarios argentinos aseguran que los chinos han accedido a no utilizar la base para fines militares. No obstante, expertos argumentan que la tecnología con la que cuenta la estación tiene muchos usos estratégicos.

Frank A. Rose, quien fue subsecretario de Estado para el control de armas durante el gobierno de Obama, mencionó que en años recientes China ha desarrollado tecnología sofisticada para interferir, alterar y destruir satélites.

Además, los expertos aseguran que las antenas y otros equipos que se utilizan de respaldo en misiones espaciales, similares a las que tienen los chinos en la Patagonia, posiblemente aumenten la capacidad de China para recabar información.

“Una antena gigante es como una enorme aspiradora”, comentó Dean Cheng, quien trabajó como investigador en el Congreso estadounidense y ahora estudia la política de seguridad nacional de China. “Succiona señales, información, todo tipo de cosas”.

Un portavoz del Pentágono, el teniente coronel Christopher Logan, dijo que los oficiales castrenses estadounidenses aún analizan las implicaciones de la estación de monitoreo china. Funcionarios chinos rechazaron solicitudes de entrevistas acerca de la base y los programas espaciales.

Sin embargo, más allá de cualquier disputa estratégica con Estados Unidos, algunos líderes latinoamericanos tienen dudas y remordimientos sobre los lazos con China, pues les preocupa que los gobiernos anteriores hayan cargado a sus países con enormes deudas y hayan hipotecado sus futuros.

Sin embargo, Guelar argumentó que habría que tener poca visión a futuro para frenar las relaciones con China, en particular en un momento en que Washington ha renunciado al papel de ancla económica y política que desempeñó durante mucho tiempo en la región. “Ha abdicado” de su liderazgo, dijo, “porque no quiere asumirlo”.

Una ‘ventana al mundo’

En 2009, el gobierno argentino estaba en crisis. La inflación era alta, estaban a punto de vencerse las fechas para pagar miles de millones de dólares en deudas, el descontento contra del gobierno iba en aumento (entre otras cosas, por la decisión de nacionalizar fondos privados de pensiones que tenían un valor de 30.000 millones de dólares). Además, la peor sequía en cinco décadas hizo que la situación económica se volviera aún más desalentadora.

Pero llegó China y dio un paso al frente para iluminar el futuro. En primer lugar, cerró un acuerdo de canje de monedas (o swap) por 10.000 millones de dólares que ayudó a estabilizar el peso argentino y, después, prometió invertir otros 10.000 millones de dólares para arreglar el deteriorado sistema ferroviario del país.

En medio de esta situación, China también envió un equipo a Argentina para discutir un asunto que no tenía nada que ver con las fluctuaciones monetarias: las ambiciones espaciales de Pekín.

Los chinos querían contar con un centro en el otro hemisferio del planeta que pudiera rastrear satélites antes de lanzar una expedición al lado más lejano de la Luna, el cual nunca se puede ver desde la Tierra. Si la misión —cuyo lanzamiento está programado para este año— tiene éxito, será un hito en la exploración espacial y es probable que trace el camino para la extracción de helio 3, un isótopo que algunos científicos consideran una fuente potencial y revolucionaria de energía limpia.

La Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites, una división de las fuerzas armadas del país, se estableció en este pedazo de 200 hectáreas azotado por el viento en la provincia de Neuquén. Flanqueado por montañas y alejado de centros poblados, el sitio ofrecía un punto estratégico ideal para que Pekín monitoreara satélites y misiones espaciales las veinticuatro horas del día.

Félix Clementino Menicocci, el actual secretario general de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina, mencionó que los chinos habían convencido a los funcionarios argentinos con la promesa de que habría desarrollo económico, y con la posibilidad de ser facilitadores de una iniciativa que haría historia. “Se han vuelto los grandes actores en el espacio en tan solo unos años”, dijo Menicocci sobre el programa espacial chino.

Después de meses de negociaciones en secreto, el gobierno chino y el de la provincia de Neuquén firmaron un acuerdo en noviembre de 2012, con el que China obtenía el derecho a utilizar el terreno —sin pago de renta— durante cincuenta años.

Cuando los legisladores provinciales se enteraron del proyecto, la construcción ya estaba en marcha, y algunos se horrorizaron. Betty Kreitman, entonces diputada de Neuquén, dijo que estaba indignada de que el Ejército chino tuviera permiso de montar una base en territorio argentino.

“Es vergonzoso renunciar a la soberanía en tu propio país”, se lamentó Kreitman.

Dijo que cuando visitó el sitio de la construcción, presionó a los funcionarios chinos para que le dieran respuestas, pero se marchó con un sentimiento de consternación aún más grande.

“Esta es una ventana hacia el mundo”, recordó Kreitman que le comentó el supervisor chino del sitio. “Me dieron escalofríos. ¿Qué se hace con una ventana que ve hacia al mundo? Espiar la realidad”.

Rápido crecimiento y luego preocupación

La propuesta no fue sutil, pero nunca fue la intención que lo fuera.

El documento de política de China sobre América Latina en 2008 prometió a los gobiernos de la región un “trato entre iguales”, una clara referencia a la relación asimétrica entre Estados Unidos y sus vecinos del hemisferio.

Cuando “disminuyó nuestra relación con Estados Unidos, creció la que teníamos con China”, dijó la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, cuyos lazos con el gobierno de Obama se vieron afectados después de que se revelara que funcionarios estadounidenses la habían espiado a ella, a su círculo íntimo y a la empresa estatal petrolera de Brasil. “Nunca sentimos que China tuviera propósitos imperialistas con nosotros”.

La nueva alianza rindió frutos, ya que sirvió para que se impulsaran en América Latina el tipo de tasas de crecimiento que envidiaban Europa y Estados Unidos.

“América Latina se ganó la lotería china”, comentó Kevin P. Gallagher, un economista de la Universidad de Boston. “Ayudó a que la región tuviera su crecimiento acelerado más importante desde la década de 1970”.

No obstante, según Gallagher, la recompensa trajo un riesgo significativo. Industrias como la agrícola y la minera están sujetas a los ciclos de auge y recesión en los precios de los productos básicos, por lo tanto, depender demasiado de ellas es una apuesta muy arriesgada a largo plazo.

Precisamente, con el tiempo, los precios de los productos básicos en el mundo se tambalearon. En julio de 2014, mientras varios líderes de izquierda presidían economías en apuros, China reveló planes aún más ambiciosos para la región. En una cumbre celebrada en Brasil, el presidente Xi Jinping anunció que Pekín aspiraba a elevar el comercio anual con la región a 500.000 millones de dólares en el plazo de una década.

En una entrevista con periodistas, Xi hizo referencia a un refrán chino —”Un amigo cercano que está lejos acerca a tierras distantes”— y citó al héroe nacional de Cuba, José Martí, así como al autor brasileño Paulo Coelho, y recitó una línea del poema épico de Argentina La vuelta de Martín Fierro, de José Hernández: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”.

Pronto, China dio un paso que alertó al Pentágono. En octubre de 2015, el Ministerio de Defensa de China recibió a funcionarios de once países latinoamericanos en un foro de diez días sobre logística militar que se tituló: “Fortalecer el entendimiento y cooperar para el beneficio mutuo”. La reunión tuvo como base los lazos que China había establecido con ejércitos de América Latina, incluida la donación de equipamiento al Ejército colombiano, el socio más cercano a Washington en la región.

Adoptando el manual estratégico que Estados Unidos había utilizado en todo el mundo, China organizó ejercicios conjuntos de entrenamiento, entre ellos misiones navales sin precedentes en la costa brasileña en 2013 y en la chilena en 2014. Asimismo, Pekín ha invitado a un número cada vez mayor de oficiales de ejércitos latinoamericanos de distintos niveles para desarrollar su formación militar en China.

Los contactos han sentado las bases para que China venda equipo militar en Latinoamérica, donde la industria de defensa estadounidense fue considerada por mucho tiempo el estándar, comentó Ellis, el académico de la Escuela Superior de Guerra.

En los últimos años, Venezuela ha gastado cientos de millones de dólares en armas y equipamiento militar de China. Bolivia ha comprado aeronaves chinas valoradas en decenas de millones de dólares. Argentina y Perú han firmado acuerdos más discretos.

Ellis señaló que los chinos probablemente también hayan buscado sostener relaciones de cooperación con naciones latinoamericanas previendo cualquier posible conflicto con Estados Unidos.

“China se está posicionando en un mundo que es seguro para su ascenso”, dijo Ellis. “Si hablamos del mundo de 2049, desde la perspectiva de América Latina, China habrá sobrepasado sin duda a Estados Unidos en cuanto a poder absoluto y tamaño. Francamente, si se tratara de un conflicto sostenido, se llegaría a un punto en el que no se podría negar la posibilidad de que las fuerzas chinas operaran bases en la región”.

Apenas unas semanas después de que la estación espacial comenzara sus operaciones en la Patagonia, Estados Unidos hizo un anuncio que causó sorpresa en Argentina: el Pentágono financiará un centro de respuesta de emergencias en Neuquén, la misma provincia donde se encuentra la base china. Es el primer proyecto estadounidense de este tipo en toda Argentina.

Los funcionarios locales y los habitantes de la zona se preguntaron si la maniobra era una respuesta de ojo por ojo a la reciente presencia de China en esta parte remota del país. Funcionarios estadounidenses aseguraron que el proyecto no estaba relacionado con la estación espacial y que el centro solo tendría personal argentino.

 Nuevas ‘potencias imperiales’
Los expertos en Latinoamérica de la Casa Blanca durante el gobierno de Obama observaron con recelo el ascenso de China en la región. Sin embargo, exfuncionarios aseguran que Washington no tuvo mucha contraoferta.

“Me hubiera gustado que durante todo el tiempo que trabajé en América Latina algún gobierno estadounidense al menos hubiera analizado, encontrado recursos y planeado una política que fuera el pivote entre Asia y Latinoamérica”, comentó John Feeley, quien acaba de renunciar a su cargo de embajador estadounidense en Panamá después de casi tres décadas de carrera. “Desde el final de la década de los ochenta en realidad nunca ha habido una estrategia exhaustiva y a largo plazo relacionada con el hemisferio”.

A pesar de que el presidente Barack Obama recibió una gran cantidad de halagos en la región por haber restaurado las relaciones diplomáticas con Cuba a finales de 2014, al centro de la agenda de Washington se mantuvieron dos asuntos que generan resentimiento en América Latina desde hace mucho tiempo: la guerra contra las drogas y la inmigración ilegal.

Aunque el gobierno de Donald Trump aún no ha articulado una política concisa para el hemisferio, ha advertido a sus vecinos que no se acerquen demasiado a China. El exsecretario de Estado Rex Tillerson advirtió en público que Latinoamérica no necesitaba nuevas “potencias imperiales”, y añadió que China “está utilizando su política económica para meter a la región en su órbita; la pregunta es ¿a qué precio?”.

Es una pregunta que se debate con vehemencia en ciertos rincones. En febrero, el expresidente de Ecuador Rafael Correa fue interrogado por fiscales como parte de una investigación para saber si la decisión de prometer a China las reservas de crudo del país hasta 2024 había perjudicado los intereses nacionales.

En Bolivia, un país que también ha presenciado un aumento repentino de inversiones chinas, se han marchitado varias industrias debido a que los productos chinos son más baratos y más fáciles de comprar, señaló Samuel Doria Medina, un empresario y político boliviano que ha sido contendiente de Evo Morales como candidato a la presidencia en tres ocasiones.

“Nuestra dependencia financiera, comercial y, finalmente, política sigue creciendo”, dijo Doria. Bolivia y los líderes de izquierda de varios países que han atado su destino a China han “hipotecado el futuro” de sus naciones, dijo.

Sin embargo, la influencia de China no ha disminuido a pesar del giro hacia la derecha que ha dado Latinoamérica. En meses recientes, Pekín persuadió a Panamá y a la República Dominicana para que cortaran sus lazos con Taiwán, victoria notable para una de las prioridades de política exterior de China.

Jorge Arbache, el secretario de asuntos exteriores del Ministerio de Planificación de Brasil, dijo que no se ha afianzado una colaboración más ambiciosa con Washington debido a “la falta de predictibilidad”, mientras que China había sido mucho más clara respecto de su visión.

“Todos esperan que China tenga aún más influencia”, sentenció Arbache.

‘La gente tiene miedo’

A finales de 2015, poco después de haber sido nombrado como embajador de Argentina en China, dijo Guelar, se armó de valor para una ardua tarea: presionar para la renegociación del acuerdo por la estación espacial.

El gobierno anterior, afirmó Guelar, había dado de más, pues cometió la imprudencia de no especificar que la base solo podía ser utilizada para fines pacíficos.

“Era realmente serio”, dijo, “en cualquier momento podría convertirse en una base militar”.

Para su sorpresa, dijo, los chinos accedieron a que la base se usara solo para fines civiles. Sin embargo, esto no mitigó las preocupaciones en Bajada del Agrio, el pueblo más cercano a la estación, donde los habitantes se refieren a la presencia de los chinos con una mezcla de desconcierto y temor.

“La gente la ve como una base militar”, comentó María Albertina Jara, la directora de la estación de radio local. “La gente tiene miedo”.

El alcalde, Ricardo Fabián Esparza, señaló que los chinos habían sido amigables e incluso lo habían invitado a ver las imágenes que había producido la antena. No obstante, se siente más inquieto que optimista.

“Desde ese telescopio, es probable que puedan ver hasta qué calzones estamos usando”, dijo.

Estados Unidos debería ser el más preocupado, añadió Esparza. La base, dijo, es un “ojo que mira hacia ese país”. (NOTA COMPLETA CON IMAGENES)

Fuente: The New York Times

lunes, 30 de julio de 2018

Los riesgos de que Facebook y Twitter pongan límites

Desde sus primeros días, Silicon Valley ha sido apuntalado por una manera casi absolutista de pensar en la libertad de expresión. Fuera de excepciones por fraude, pornografía o amenazas específicas, la opinión prevaleciente entre muchas plataformas tecnológicas ha sido permitir que prácticamente cualquiera publique casi cualquier cosa. Estas sensibilidades incluso están consagradas en algunas leyes; la estadounidense les da a esas empresas una amplia inmunidad a que se les someta a un proceso judicial con base en lo publicado por sus usuarios.

Sin embargo, y con buena razón, los valores absolutistas han terminado.

En los últimos dos años, las plataformas tecnológicas —ante presión de legisladores y los medios debido al daño ocasionado por la desinformación, la propaganda patrocinada por Estados y el acoso— han comenzado una revisión profunda de sus opiniones acerca de lo que la gente puede decir en línea y cómo puede decirlo.

A mediados de julio, Facebook anunció un nuevo plan para eliminar la desinformación que podría causar un daño inminente. WhatsApp, la subsidiaria de mensajería de Facebook, mencionó que limitará cuán ampliamente se pueden reenviar los mensajes en el servicio a fin de disminuir los rumores virales, algunos de los cuales han originado situaciones violentas en países como India.

Las nuevas políticas forman parte de un cambio más grande. Los servicios en línea —no solo Facebook, sino también Google, Twitter, Reddit e incluso aquellos que están lejos de las noticias y la política, como Spotify— están replanteando su relación con el mundo físico al hacerse una pregunta básica: ¿dónde comienza y termina nuestra responsabilidad?

Esto es muy importante y las empresas tecnológicas ya se habían tardado en tomar una postura más firme contra las mentiras y el acoso. Aun así, mientras forcejean con la cuestión de la responsabilidad y dónde establecer sus límites respecto a ciertos tipos de contenido, todos deberíamos prepararnos para que el camino sea bastante accidentado.

Esta es la razón: una estrategia en la que la intervención es casi nula ha sido central para el crecimiento de las plataformas tecnológicas, ya que les permite tener una escala mundial sin asumir los costos sociales de su ascenso. No obstante, como su influencia es tan grande —Facebook por sí solo tiene más de dos mil millones de usuarios— y han penetrado tan profundamente en nuestras vidas, una estrategia de mayor involucramiento para vigilar el contenido podría propagarse en todo el mundo y con ello alterar las políticas públicas, a los medios y a casi todo en la sociedad.

Es decir, podría tener el efecto opuesto a lo que los críticos de estas empresas buscan: con una mejor supervisión de su propio contenido podría, de hecho, aumentar el poder que tienen las plataformas tecnológicas para moldear nuestras vidas.

Resulta bastante bueno que los gigantes tecnológicos por fin se estén percatando de sus efectos en el mundo real, pero hay un enorme margen de error en su enfoque para revisar el contenido. Es muy probable que muchas cosas salgan mal —ya sea por vigilar demasiado o muy poco— y tal vez no puedan explicar de manera satisfactoria por qué tomaron ciertas decisiones, lo cual levantará sospechas en todos los bandos.
Recientemente llamé la atención a Facebook por la complejidad de sus políticas de contenido más nuevas, que enaltecen las virtudes de la libre expresión a la vez que le dan mucho margen a la empresa para eliminar o reducir la distribución de ciertas publicaciones por una gran variedad de motivos.

Las políticas de Facebook no son las únicas difíciles de entender; las reglas de Twitter también provocan el mismo mareo.

Tras hablar con estas y otras empresas, entendí por qué nos cuesta trabajo entender los esfuerzos que hacen para resolver sus problemas. Las plataformas tecnológicas dicen que no quieren ser imprudentes: todas buscan la contribución de muchas partes involucradas sobre cómo desarrollar políticas de contenido. También les preocupa enormemente la libre expresión y todavía se inclinan a darle a la gente la libertad de publicar lo que quiera.

En lugar de prohibir el discurso, suelen tratar de mitigar sus efectos negativos con metodologías técnicas, como contener la divulgación de ciertos mensajes al alterar los algoritmos de recomendación o al imponer límites a su diseminación viral.

“Por algo hay políticas matizadas”, comentó Monika Bickert, directora de políticas de Facebook. “Parte de esto es muy complicado y, cuando estas políticas se diseñan, no hay un grupo de gente sentada en Menlo Park, California, diciendo dónde pensamos que debería estar el límite”.

Bickert comentó que ha organizado reuniones frecuentes con diversos expertos para debatir cómo es que Facebook debería establecer los límites en un sinfín de discursos. En general, la empresa elimina contenido que es ilegal, peligroso, fraudulento o que es falso o basura. No obstante, en el caso de áreas que son más difusas, como la desinformación, adopta un enfoque distinto.

“Reducimos la distribución de información que es inexacta e informamos a la gente con más contexto y perspectiva”, comentó Tessa Lyons, gerente de producto que encabeza el esfuerzo de Facebook para frenar la desinformación en el muro de Noticias (News Feed).

Para ello, Facebook se ha asociado con decenas de organizaciones de todo el mundo que verifican información. Así limita la diseminación de noticias que sean consideradas falsas, al mostrar esas publicaciones con menor frecuencia en los muros de Noticias de los usuarios y también muestra artículos más veraces como alternativa a los que no son exactos.

Andrew McLaughlin, exdirector de políticas en Google y quien ahora dirige una incubadora cuya finalidad es construir tecnología para movimientos políticos progresistas, comentó que le impresionaban los esfuerzos de Facebook.

“Creo que hablo por un grupo de personas que alguna vez se enorgullecieron bastante de la solidez de nuestro compromiso con la libertad de expresión en las plataformas de internet”, dijo. “No obstante, mis posturas ciertamente han cambiado tras un crisol de experiencias: ahora me siento feliz de que las plataformas como Facebook concentren sus recursos y energía en [combatir] propaganda maliciosa y manipuladora”. (McLaughlin también fue previamente consultor de Facebook, pero ya no trabaja para esa empresa).

Sin embargo, yo soy menos optimista, porque todavía no sabemos muchas cosas sobre estas políticas y sus efectos. Facebook es una corporación con fines de lucro que, tanto por motivos regulatorios como de imagen de marca, quiere parecer políticamente imparcial. No obstante, si determina que algunos actores políticos —digamos la extrema derecha en Estados Unidos o los dictadores autoritarios en otras partes— han impulsado más noticias falsas que sus opositores, ¿cómo podemos confiar en que hará algo al respecto?

La misma sospecha aplica a otras plataformas: aunque el presidente estadounidense, Donald Trump, probablemente viole las políticas de contenido de Twitter, se le ha permitido seguir publicando en la plataforma. Aunque imaginen la indignación si lo bloquearan.

Esto nos lleva al tema más amplio de la transparencia. Aunque las políticas escritas de Facebook son claras, la manera en que las aplica no lo es tanto. Poco se sabe, por ejemplo, sobre el ejército de trabajadores bajo contrato que la empresa emplea para revisar contenido peligroso; es decir, la gente que realmente toma las decisiones (Facebook dice que se les capacita extensamente y que sus acciones son auditadas). Además, dado que casi todo en Facebook es personalizado y que muchas de sus reglas se aplican a través de ajustes leves en su algoritmo de clasificación, el efecto general de sus políticas de contenido puede ser muy difícil de determinar para los externos.
Este problema también se da en otras plataformas. Twitter, por ejemplo, tiene un filtro de contenido que regula qué tuits se muestran en tu línea de tiempo y en resultados de búsquedas. No obstante, las prioridades del filtro son necesariamente secretas, porque si Twitter hace público qué indicadores busca para clasificar los tuits, la gente buscaría la forma de burlarlos.

“La gente trata de burlar todos los sistemas que hay”, me dijo David Gasca, gerente de producto de Twitter.

Todos estos problemas tienen solución. Las compañías tecnológicas están gastando enormes cantidades de dinero para mejorar y con el tiempo bien podrían tener ideas innovadoras para vigilar el contenido. Por ejemplo, la decisión reciente de Facebook de liberar sus datos a un grupo de investigadores académicos podría permitirnos determinar algún día, de manera empírica, qué efectos están teniendo sus políticas de contenido en el mundo.

A pesar de todo eso, estamos ante una encrucijada. Incluso si están trabajando con externos para crear estas políticas, cuanto más hagan estas empresas para moderar qué sucede en sus páginas, más importante se vuelven sus políticas para el discurso mundial.

A mucha gente le preocupa que Mark Zuckerberg ya sea demasiado poderoso. El peligro es que todavía no hemos visto nada.

Fuente: The New York Times

domingo, 29 de julio de 2018

Entrevistas de trabajo desde el sofá de casa

Si el principio de ésta década fue el del auge de la inmediatez (que hoy todo lo empapa), ahora le toca reinar al vídeo. Hoy casi cualquier dispositivo móvil es capaz de generar un clip y subirlo a la red en cuestión de segundos, y que puede convertirse en viral. Las redes sociales se adaptan para acoger la demanda, tanto para transmitir en directo como para hacer videollamadas. La consultora de audiencias Nielsen anunciaba a cierre de 2017 que el vídeo online era el segmento de su negocio que más crece (y ya representa más de un 35% de su facturación). Los procesos de selección no son ajenos a ese cambio lo eligen, cada vez más, para agilizar la elección de un candidato y optimizar costes y tiempo. Es especialmente útil en entrevistas para proyectos internacionales.
Se utiliza en consultoras, pymes y multinacionales y en todos los sectores, incluido el creativo, que además está muy familiarizado con los currículos en vídeo, donde pueden desplegar sus capacidades. El formato abarata costes, aporta discreción al proceso, y soluciona problemas de desplazamiento y huso horario, pero además ayuda al candidato a sentirse más cómodo en su zona de confort. Posiblemente la empresa pionera, al menos en España, es Catenon. Presente en 35 países, cuando abrió su sede en 2000 montó un plató en la oficina para hacer las entrevistas y enviar las grabaciones a las empresas que les buscaban.
Su idea daba solución a la "creciente dispersión geográfica", a los trabajos en distintos husos horarios y sedes de las empresas, explica Miguel Ángel Navarro, uno de los socios fundadores. "Grabábamos un CD-ROM con todos los candidatos, que respondían al mismo formulario, y lo preparábamos para el cliente. Sin duda esto nos permitió la expansión internacional, éramos pioneros en ello y en el uso de big data. Favorecíamos la movilidad de talento". Su plataforma de videoentrevistas es hoy un proceso interactivo donde, en tiempo real, el cliente puede introducir nuevas preguntas sin interrumpir el proceso ni que el candidato lo note. "Pueden hacerse entrevistas con un montón de actores implicados sin comprometer su tiempo", resume Navarro.
Evolución del proceso
Skype, Hangouts, Facetime e incluso Whatsapp, Facebook o Instagram. Tener una tableta o un teléfono significa poder hacer una entrevista de trabajo. Las conversaciones cara a cara han evolucionado y se han perfeccionado de forma que a casi nadie le extraña ya que el primer corte se haga a través de este formato. Y cada vez hay más plataformas propias que ayudan en estos procesos, como por ejemplo la francesa Visiotalent, fundada por dos jóvenes emprendedores, que abrió oficina el año pasado en España. Aquí ya trabajan con Oney, Axa y Hays, entre otras. Para el director regional, Ignacio Sánchez, proyectos como el suyo "optimizan el tiempo en los procesos, ayudan a conocer mejor al candidato, que percibe al empleador de forma más atractiva, innovadora, moderna". El directivo de Catenon añade que la entrevista filmada ayuda al entrevistador a ver "la capacidad de síntesis del candidato, cómo enfoca soluciones de negocio a los planteamientos que se le hacen y les orienta sobre cómo va a encajar en la compañía".
Julio Braceli, director de la empresa de recursos humanos People Empowerment, asegura que "ocho de cada diez entrevistas" las hace ya en vídeo. "No creo que sea el futuro, creo que es el presente y casi el pasado. De hecho, ya se ha inventado el holograma y creo que eso sí que va a llegar: poder ver al candidato como un holograma, en tamaño real". Braceli ha trabajado en selección de empresas como Decathlon, Apple y la incubadora Demium Startups y asegura que en todas se usaba el vídeo en los procesos de selección. Recuerda que el formato no es nuevo: "Antes lo llamaban call conference y citaban a la gente en las sedes para conectar la videoconferencia con la sede central. Lo que ha cambiado es la inmediatez, poder encender la cámara del dispositivo móvil o portátil en cualquier sitio con Internet". María Mosquera, directora ejecutiva en Michael Page, una de las consultoras de recursos humanos que está empezando a implantar el sistema, añade que "gracias a plataformas como Skype o Facetime se han normalizado que los candidatos hablen con pantallas como si tuvieran un interlocutor natural delante".
¿Pero acabará la videoentrevista con los procesos presenciales? Ninguno de los expertos consultados apoya esta teoría. "Este tipo de entrevistas está creciendo, pero no sustituyen al contacto personal, que aporta otra información sobre el perfil", explica María Mosquera. Según la portavoz de Michael Page, en los procesos para puestos de dirección "una primera toma de contacto virtual es una forma de agilizar o facilitar la logística si el candidato o cliente están de viaje y no pueden coincidir", pero a partir de ahí, el trato personal es clave. Julio Braceli recuerda además la "necesidad" de añadir otras pruebas de competencias que no puede aportar una entrevista en vídeo. "Suele ser habitual este formato en el mundo de la informática, pero nunca será seleccionado un candidato al que no se ponga a prueba a la hora de programar o ver que sabe hacer bien su trabajo".
Fuente: El País de España

sábado, 28 de julio de 2018

Canadá produce la primera cerveza elaborada con Cannabis

Canadá se está frotando las manos y relamiendo el bigote, luego de que se convirtió en el segundo país en aprobar la legislación de la cannabis tanto medicinal como recreativa. Una de las principales razones por las cuales la legislación fue exitosa tuvo que ver con los prospectos económicos de la misma. Y al parecer, los canadienses no están esperando.
Se ha dado a conocer que científicos de Ontario ya desarrollan la primera cerveza hecha auténticamente a partir de la marihuana. Existen otras cervezas de cannabis que se fermentan con cebada y se les agrega aceite de cannabis, pero esto es distinto. En este caso la cerveza se fermenta con los tallos y raíces de la cannabis, lo cual se nota en los efectos.   
Los científicos, que trabajan para Province Brands, aseguran que han logrado resolver muchos de los retos a los que se enfrentaban las personas que querían crear auténtica cerveza de cannabis. Por ejemplo, el hecho de que sabía a brócoli. La cerveza que están fabricando no contiene gluten ni alcohol, pero sí THC y endocannabinoides, así que no emborracha pero si produce un high. Además, dicen, beber la cerveza de marihuana acelera la velocidad del efecto en comparación con otros comestibles, por ejemplo, un brownie, por lo cual podría ser altamente popular. El aspecto social de beber podría combinarse de una forma distinta, conservando ciertas interacciones, pero evitando algunos de los lados negativos del alcohol. Nada menos que una alternativa para el alcohol a nivel social.
Los canadienses podrán consumir libremente cannabis desde el 17 de octubre, aunque los productos comestibles tardarán 1 año en estar disponibles. Se cree que la industria de la cannabis podría significar hasta 15 mil millones de dólares anuales para Canadá. 

Fuente: PRIJAMASURF

viernes, 27 de julio de 2018

Una amenaza argentina al Mundo, nuestras hormigas

Esta poderosa plaga está conformada por una especie de hormigas que proviene de Argentina y es, sin duda, la más invasiva de todo el planeta.

En muchos lugares es considerada una plaga

Es considerada como una plaga pues, es capaz de causar estragos en todo sitio a donde vaya, en cualquier parte del mundo.

Impacta la economía, la salud humana y a otras especies

Ha llegado a causar pérdidas económicas millonarias, ha representado riesgos considerables para la salud humana y hasta se ha convertido, en ocasiones, en una amenaza para otras especies de la vida silvestre.

Originaria de Argentina, pero esparcida por todo el mundo

Aunque esta especie de hormigas es originaria de Argentina, en los últimos 150 años se han dispersado alrededor de todo el mundo debido a las actividades de comercio internacional, el turismo y los cambios climáticos que se han presentado.

Hormigas de artillería pesada

Por lo que plantea un estudio publicado por la revista Insectes Sociaux, en lo que a hormigas se refiere, esta especie es de artillería pesada, pues estas hormigas en medio de su hábitat natural se fortalecen ya que continuamente deben estarse disputando la supervivencia contra toda clase de enemigos naturales.
Con un entrenamiento como el antes descrito, al instalarse en otras zonas del planeta donde no tengan mayores competidores, se vuelven una especie casi invencible.

Veamos algunos números…

Uno de los autores del artículo citado anteriormente, es el investigador Luis Calcaterra, quien explica que, tan solo en Estados Unidos, uno de los paraderos favoritos de estas hormigas rioplatenses, causa pérdidas económicas de hasta 6000 millones de dólares anualmente.
Por otro lado, en las costas del Mediterráneo, estas hormigas han legado a causar la extinción de especies locales, llegando a formar colonias que se extienden hasta 6000 kilómetros.
Fuente: Grandes Medios

jueves, 26 de julio de 2018

EE.UU. identifica 17 años después a la víctima 1642 de las 3 mil que se calculan que hubo en el 11-S

La Oficina del Forense de Nueva York anunció este jueves que ha identificado a otra víctima de los atentados del 11 de Septiembre de 2001, casi 17 años después de que se derrumbaran las Torres Gemelas. Scott Michael Johnson, un analista financiero que tenía 26 años en el momento de su muerte, es la víctima número 1.642 en ser identificada tras el peor ataque terrorista de la historia de Estados Unidos. Según explicó el director asistente de biología forense de la Oficina, Mark Desire, al diario The New York Times, hasta en seis ocasiones habían intentado identificarse los restos de la víctima, pero los especialistas no lograban extraer suficiente ADN. Scott trabajaba para Keefe, Bruyette, & Woods en el piso 89 de la Torre Sur del World Trade Center y le sobrevivieron sus padres y dos hermanos. Su padre pertenece a la junta del Museo Nacional en Memoria del 11 de Septiembre, recoge el rotativo. Desire indicó que las mejoras en las técnicas para extraer y analizar las muestras de ADN han permitido identificar al joven a partir de un resto óseo, casi un año después de producirse la última identificación de una víctima, en agosto de 2017. La forense jefe, Barbara Sampson, indicó al canal NBC que la identificación de Scott es resultado de una "dedicación incansable": "En 2001, nos comprometimos con las familias de las víctimas a hacer lo que hiciera falta, el tiempo que hiciera falta, para identificar a sus seres queridos". Cerca de 3.000 personas murieron en los ataques orquestados por la organización terrorista Al Qaeda en el World Trade Center de Nueva York, en el Pentágono y cerca de Shanksville, en Pennsylvania, y todavía quedan por identificar unas 1.100 personas.

Fuente: 20 Minutos

miércoles, 25 de julio de 2018

El País de España narra la historia de los dictadores argentinos y sus tumbas sin nombre

La tumba de Jorge Rafael Videla en mayo de 2013, días después de su inhumación en el cementerio Memorial de Pilar
El viernes 17 de mayo de 2013, un carcelero encontró a Jorge Rafael Videla sentado en el inodoro de la celda que ocupaba en Marcos Paz, un penal para presos comunes, con signos de “rigidez ocular” y sin pulso. El dictador había muerto horas antes, en la soledad de una madrugada entre rejas, tras una caída que a sus 87 años fue letal. Videla estuvo una semana en una nevera de la morgue judicial, a la espera de la autopsia. Cuando la justicia finalmente entregó el cuerpo, la familia no supo qué hacer con él. No encontró sitio en el panteón militar en Chacarita, el cementerio más grande de la ciudad de Buenos Aires, por temor a manifestaciones de repudio. Tampoco fue bienvenido en Mercedes, su ciudad natal. Videla terminó enterrado en un cementerio privado en las afueras de Buenos Aires, bajo un mármol con la inscripción “Familia Olmos”, anónimo a la mirada de los curiosos.
La tradición militar indica que los altos cargos tienen un nicho reservado en el panteón de Chacarita. Videla no pudo ir allí, ni tampoco sus dos cómplices en la junta que el 24 de marzo de 1976 derrocó a la viuda de Juan Domingo PerónMaría Estela Isabelita Martínez. A pocos metros del dictador, en el cementerio Memorial de Pilar, también con el nombre cambiado, está el exjefe de la Armada y creador de la ESMA, el mayor centro de torturas y detenciones ilegales de la dictadura, Emilio Massera, fallecido el 8 de noviembre de 2010 en el Hospital Naval. Su par de la Fuerza Aérea, el brigadier Orlando Ramón Agosti, muerto en octubre de 1997, ocupa otra parcela en el mismo cementerio privado. La familia de Videla pidió en 2015 permiso al juez para cremar sus restos, pero pese a conseguir el aval nunca cumplió con el trámite, según pudo confirmar EL PAÍS de fuentes judiciales.
Ni Videla ni Massera tuvieron el final dorado que imaginaron cuando lideraron la dictadura militar más sanguinaria de América del Sur, con un saldo de 30.000 muertos y desaparecidos. El regreso a la democracia los encontró en 1984 sentados frente a un tribunal que los condenó por delitos de lesa humanidad. En 1990 fueron indultados por el presidente Carlos Menem, pero volvieron a la cárcel cuando el kirchnerismo reabrió las causas judiciales. La muerte de Videla fue paradigmática. Desechado de Chacarita, la familia intentó inhumarlo en el panteón que tiene en Mercedes, un pueblo de antigua tradición militar donde también tiene lazos de sangre Agosti. Las manifestaciones en contra arruinaron los planes.



“La muerte de Videla y el hecho de que la familia intentara traerlo a Mercedes nos tomó por sorpresa. El repudio fue unánime y confluimos en la puerta del cementerio, en una especie de guardia para evitar que lo enterrasen allí. La familia, al final, desistió, pero no supimos adónde iba a ir”, dice Ciro Lalla, historiador y miembro de la Comisión por la Memoria del municipio. El repudio a Massera, en cambio, fue silencioso, pero suficiente para impedir los planes de inhumarlo en el panteón que el Círculo Naval tiene en Chacarita. “Lo querían traer acá y hasta me hicieron limpiar todo el lugar. Pero después no enteramos de que habían tenido que poner custodia, porque esa noche hubo gente merodeando, activistas de derechos humanos. Por eso no vino, lo mandaron a Pilar”, cuenta un antiguo empleado del panteón que prefiere no dar su nombre.
Roberto Viola sucesor de Videla tras un golpe de palacio, murió el 30 de septiembre de 1994, cuando aún estaban vigentes los indultos de Menem a los jerarcas del régimen. Viola sí encontró espacio en el panteón militar, un edificio de mármol de gran altura, con capilla en su interior y tres subsuelos. Más de 1.000 militares están enterrados allí en nichos con tapas de acero inoxidable, entre fotos, placas de bronce y algunas flores perdidas. No hay rastros de Viola. Nada saben de él los empleados del cementerio ni en el archivo. Un cuidador dice que fue cremado, aunque duda. “Está en el viejo panteón”, dice otro empleado, pero allí tampoco hay placa alguna que diga Roberto Viola. “Aquí sólo hay familias de militares, yo no recuerdo que hayan enterrado a Viola. El problema es que los sepultan con nombres cambiados para que no los escrachen”, dice el encargado del lugar.
La llave del enigma la tiene, finalmente, una mujer que resguarda los viejos documentos del cementerio y que no está autorizada a dar información. Tras abrir una carpeta, extrae una hoja suelta y lee con atención. Junto al nombre de Viola hay una escritura a mano, realizada hace más de 10 años por un investigador que alguna vez se preocupó por recuperar la memoria del panteón militar. “Trasladado a Entre Ríos”, dice. La versión es verosímil. Viola se casó con una mujer de Concordia y el hijo de ambos aún vive allí, pero el rastro del cuerpo se pierde en la ciudad entrerriana.
“Se han cuidado muy bien de que no aparezcan vinculados a sus propias fuerzas, nadie está interesado en recordarlos", dice Carlos Loza, miembro de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) por la dictadura. Pasados 40 años, Argentina tiene abiertos aún juicios por crímenes de lesa humanidad y ha trasladado de generación en generación el espíritu de Nunca Más que marcó el regreso de la democracia. "La condena social que hubo en la sociedad argentina hizo que sean oprobiosos para las mismas familias, incluso muchos de sus hijos han rechazado la paternidad, otros han cambiado sus apellidos”, agrega Loza.
La suerte de Leopoldo Fortunato Galtieri, el sucesor de Viola, también se perdió en la memoria. El general que llevó a Argentina a la guerra de Malvinas en 1982 murió en silencio en enero de 2003, a los 76 años, cuando cumplía arresto por la apropiación de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres en los centros de tortura. Su cuerpo fue trasladado al panteón militar, como indica la tradición. En aquel entonces mereció los honores de una banda militar y hasta unas palabras del jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni. El acto fue posible porque aún no regía la ley que en 2009 prohibió cualquier tipo de despedida oficial a los represores. Tras la inhumación, un desconocido rompió las coronas de flores y realizó pintadas en la tumba recién estrenada, pero eso fue todo. Galtieri cayó rápidamente en el olvido, tanto que hoy unos pocos saben que el militar ya no está en Chacarita. “Su hermana lo retiró hace unos seis años, para cremarlo”, revela un cuidador del panteón.
Los jerarcas de la dictadura argentina, amos y señores en vida, son apenas un mal recuerdo en la muerte. No tienen monumentos y se ocultan a la historia. Los que padecieron el terrorismo de Estado dicen que los temores de sus herederos no tienen fundamento, que pueden estar tranquilos. “Aunque se trate del cuerpo de un asesino, los rituales de la muerte no serán interrumpidas por ninguna de las víctimas de la dictadura. No somos como los genocidas”, dice Loza. Y recuerda, ironías del destino, que fueron los represores quienes inventaron la figura del desaparecido, como se llama a los miles de hombres y mujeres que murieron sin tumba.
Fuente: diario El País de España

martes, 24 de julio de 2018

La mitad de los niños con cáncer son de Entre Ríos, la provincia más contaminada con agrotóxicos

Tanto en el Hospital Garrahan como en el Hospital Italiano, el 55% de los niños y adultos internados con cáncer de piel, leucemia o malformaciones provienen de Entre Ríos, casualmente la provincia más contaminada con pesticidas, insecticidas y hebicidas del país, precisamente en el distrito de Urdinarrain, donde la concentración de glifosato constatada se encuentra entre las más altas a nivel mundial.
El dato que indica dicha cifra surge de una visita que el medio Entre Ríos 24 realizó en el sector oncológico de ambos hospitales, donde se consultó sobre los distintos tipos de cáncer y se encontró que el más común es el de piel, en niños de 0 a 14 años y cáncer de mamas mujeres de entre 28 y 42 años (4 de 6 niños se curan y 8 de cada 10 mujeres).
Los especialistas también explicaron que los tipos más comunes de cáncer diagnosticados en niños de 0 a 14 años son las leucemias, seguidas por los tumores de cerebro y otros tumores del sistema nervioso central y tumores renales.
Además del desarrollo de cáncer por motivos hereditarios, otra de las causas que se estudian actualmente es el contacto con glifosato, agrotóxico que en 2015 fue categorizado como “probablemente cancerígeno” por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y sobre el cual investigadores de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) concluyeron que causa un mecanismo de toxicidad en el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso de mamíferos.
Otras de las causas no comprobables o que se encuentran aún estudiándose podría ser por el consumo de alimentos como carnes vacunas, avícolas o cerdos, debido a las aplicaciones de hormonas para su rápido crecimiento.
Recordemos que en octubre de 2017 el tribunal oral de Concepción del Uruguay condenó a un año y 6 meses de prisión en suspenso a los tres imputados por realizar una fumigación aérea con agrotóxicos sobre la Escuela N° 44 “República Argentina” de Santa Anita, donde los alumnos, de 5, 9 y 10 años, y la docente Mariela Leiva tuvieron que recibir atención médica por vómitos, náuseas, dolores estomacales, erupciones en la piel y mucosas.
Otra escuela afectada de Entre Ríos es la Escuela Nº 66 “Bartolito Mitre”, de Costa Uruguay Sur, donde en 2012 su directora Estela Lemes fue afectada también por una fumigación ilegal que hoy la obliga a convivir con dos químicos en su sangre (uno de ellos, glifosato).
Según demuestran las estadísticas de la Red de Médicos de Pueblos Fumigadosen algunos pueblos como San Salvador se mueren de cáncer 1 de cada 2 personas, mientras a nivel nacional mueren de cáncer 1 de cada 5.
Fuente: Matilde Moyano para El Federal