lunes, 16 de marzo de 2015

Así que esto era ser el pato de la boda

La expresión fue originalmente “pagar el pato”. En ambas domina la idea de tener que pagar las consecuencias de algo, de un hecho o situación que es ajena a uno. En la España de la inquisición, los judíos debían pagar tributo por la adquisición de la Torah, libro sagrado que contiene los preceptos de la ley mosaica. A dicho tributo se lo llamó pacto o tora. Estaban obligados a pagarlo los que convivían con judíos o se confundían con ellos. Como el pueblo pronunciaba “pato” en lugar de “pacto”, quedó la expresión asociada a este animal. Al llegar la frase a América, quedó asociada a la víctima y al pavo, animal que se consumía en las bodas. Decididamente se confunden pavo con pato, y así ambas frases se confunden pero significan lo mismo: acabar siendo responsable de algo que se nos endilga, en lo que no tenemos ni arte ni parte. Pagar culpas ajenas.

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