El maestro Osvaldo Bayer siempre sostuvo que los medios de comunicación no pueden ser privados, ni siquiera estatales. Algo con lo que concuerdo absolutamente y no como algunos podrían esgrimir para bajarle el precio a la opinión, por un anarquismo mal entendido (o tergiversado adrede), sino porque usando el sentido común como podría un canal, una radio, un diario, una revista, un portal de Internet, brindar información veraz, responsable y plural si dependen de pauta privada y/u oficial. Para que ese derecho constitucional a la libertad de expresión se respete, ya que es el principio básico de la democracia, es necesario que las noticias, la cultura, las ideas, etc, circulen mediante esquemas de comunicación cooperativos, autogestionados y autofinanciados, que logren sostener la suficiente independencia (real) a la hora de mostrar y contar a la sociedad lo que está pasando con todas las visiones, con el único fin de generar una audiencia crítica y no manipulada. Esas que bajo este régimen seudodemocrático a nivel comunicacional, terminen yendo contra sus propios intereses y en favor del minúsculo sector que administre y apodera de esas usinas y cotos de propaganda que se venden como noticias.
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