Había ido ya varias veces, intentaba comprar una casita que en Baires nunca tuve. Poca plata pero muchas ganas. En medio de recorridas inmobiliarias donde nunca alcazaba la plata para nada razonable fuimos a recorrer el río que rodea el Uritorco, el Calabalumba. Estaba con mi familia y desde La Base del cerro empezamos una travesía entre vegetación y cauces que se habrían. Tomé uno solito, me dijeron "esto te lleva a hacia Huertas Malas". Me gustó el nombre y trepé entre las rocas camino a ese misterioso lugar al que nunca llegué porque había que hacer varios kilómetros. De todos modos la breve incursión no resultó ser nada mala, como el nombre de la huerta que sigo sin conocer. Trepando entre las enormes y milenarias rocas veo de repente un pequeño dispositivo que para mi era nada o algo que olvidaron allí los Alien de los que tanto se habla en esa zona. De vuelta al hostel encontré que tenía una ficha para cargarlo. En su memoria nada más que unas fotos de una pareja y unos temas de los Redondos y un grupo de cumbia. Me dijeron "es un MP4". Nunca me preocupe en averiguar si era así o no. Lo cierto es que una vez cargado salí de la pieza.. busqué la calle, y esto que subo es lo que se vi desde donde me paré. Esa casona vieja e inmensa que custodia la subida hacia la histórica Iglesia Templaria del lugar. Así quedó registrada esa tierra que forma parte de este extraño mundo que se me coló en los huesos con sus buenas y sus Huertas Malas..
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