domingo, 12 de abril de 2020

Por la pandemia han cambiado los patrones de sueño

Hay muchos factores que afectan el sueño y sumando todos los fuertes estímulos que recibimos constantemente. Pero precisamente durante esta pandemia, en medio de factores como el estrés, la pérdida de la rutina, la soledad y la interrupción de nuestras relaciones sociales, no sorprende que nuestros patrones de sueño hayan cambiado tanto y causen sueños bastante desconcertantes. 
Los ciclos de sueño se conforman por cuatro ciclos: 1, 2, 3, y REM. Los primos dos tienen etapas más cortas de REM, pero esta etapa se hace más larga conforme se repiten los ciclos. Esta es la razón por la cual sientes que sueñas más mientras más duermes. 
Es normal que la situación en la que nos encontramos nos esté provocando más estrés de lo normal, o por lo menos un estrés que tiene diferentes características. Tal vez sintamos más incertidumbre sobre cómo será el futuro, preocupación por nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Por lo que además de que está siendo difícil conciliar el sueño, una vez que lo logramos es más probable que tengamos sueños extraños o pesadillas. 
Al respecto del estrés y la tensión emocional, diversos estudios han demostrado que las reacciones fisiológicas asociadas con dichos estados provocan falta de sueño, y la falta de sueño a su vez provoca que el estrés lo vivamos más intensamente, lo cual a su vez puede derivar en sueños poco agradables o pesadillas francas.
Esta combinación de estrés y pesadillas nos hace despertarnos más veces y más fácil durante la noche, haciendo que sea mucho más fácil recordar lo que soñamos. El impacto de esta situación en nuestro estado mental al día siguiente se ve alterado: recordamos qué soñamos, las sensaciones vívidas que trajo el sueño, la angustia, el miedo, la inseguridad o el enojo. 
Los sueños son un reflejo de nuestros deseos, pero también de nuestros miedos y angustias más profundas. No es sorpresa que muchos estemos encontrando dificultad para lidiar con el aislamiento y para adaptarnos al cambio tan abrupto que trajo consigo la pandemia del COVID-19. 
Dormir es muy importante para mantener buena salud, tanto física como mental. Mientras dormimos el cerebro tiene tiempo para repararse a sí mismo y reconstruir células neuronales. Es este proceso el que mantiene y mejora nuestras funciones cognitivas, sin ellas, los problemas como el estrés, la ansiedad y la depresión serían insoportables. 
Si estás experimentando falta de sueño, dificultad para dormir, o estás soñando cada vez más y de manera muy vívida, no te preocupes, no eres el único. No podemos evitar soñar, no es algo que obedezca a voluntades. Lo que sí podemos hacer es generar las condiciones más adecuadas para tener una noche tranquila y un sueño reparador. 
Los consejos más prácticos son los que tienen que ver con tratar de establecer una rutina lo más parecida a la que tenías en tu vida cotidiana. Es decir, dormir a cierta hora, despertar temprano y desayunar a la misma hora. Por otro lado, mantenerte activo y tener una dieta saludable puede ayudarte a que por lo menos de manera física, puedas dormir mejor. 
Sin embargo, sabemos que eso no resuelve ni elimina todas las emociones que estás experimentando. Reconocer lo que sentimos, darle un espacio y no esforzarnos por evitar las emociones es también una estrategia para no sufrir ni padecer todo lo que vivimos durante este tiempo.

Fuente: PIJAMASURF

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