martes, 29 de julio de 2008

Las mutaciones del Ruso Verea


La verdad que es un tipo simpático. Lo conocí cuando vendía discos e iba a visitar a los disc jockey boliche por boliche. Una fría noche del ya desaparecido Skylab, allá a comienzos de los '90, el Ruso entró con sus vinilos a la cabina que dominaba un amigo, Walter Iglesias. Recuerdo que todos lo identificaban como "el Punk". Claro, tenía el clásico look de los pelos parados. Varios años después, empecé a escucharlo en el ya legendario Heavy Rock and Pop junto al Gordo Nagui. En esos años yo venía dando mis primeros pasos en la radio y la Meca era la emisora que dirigía Daniel Grinbank. Una noche me encontraba en el Odeón de Flores tratando de convencer a una muchacha de que dormir juntos era lo mejor que le podía pasar. De repente escucho su vozarrón desde una mesa cercana. Como buen cara dura, me acerqué e interrumpí la charla que mantenía con su esposa platinada. Le dije que quería ir a presenciar el programa una de esas madrugadas. El tipo habrá pensado ¿y este pendejo cara rota quién es?. Sin embargo amablemente me dijo "cuando quieras, esperame en la entrada". Y así fue, me recibió con los brazos abiertos, dandome la oportunidad de conocer los estudios de la Radio Buenos Aires en la Avenida Belgrano.
Después, lo que ustedes ya saben, su carrera dedicada al periodismo deportivo que es, además de la música, otra de sus pasiones. El mismo contó que fue arquero, y harto de que se lo preguntaran, confirmó en una nota que el rostro emocionado que aparece en un momento dado en la película Adiós Sui Generis, era el suyo. Así es, el Ruso Verea, un tipo polifacético que a pesar de los cambios estéticos sigue siendo siempre el mismo.
Ah! con respecto a la mina del Odeón, a pesar de la bendición del Ruso, jamás pasó una noche conmigo. Chan chan!...


1 comentario:

Joe. dijo...

Este tipo sabe..Música y fútbol, que más se puede pedir?