domingo, 19 de abril de 2009

Excelente nota de Ragendorfer sobre lo que los medios llaman inseguridad

A tono con aquel latiguillo para justificar los dichos vertidos por Susana Giménez, bien se podría decir que los vecinos de Valentín Alsina “lincharon desde el dolor”. Al parecer, poco beneplácito les habría causado que el fiscal Enrique Lázzari –tras llegar al lugar en el que poco antes un chico de 14 años acribilló al camionero Daniel Capristo– dijera al respecto: “Es un menor, y no se puede hacer mucho”. Esos nueve vocablos bastaron para desatar un episodio sin precedentes en materia de bestialidad ciudadana. Un vendaval de puñetazos y patadas se precipitó sobre el funcionario judicial; lo apalearon en el suelo y hasta recibió un ladrillazo en la espalda, luego de que la jauría humana lo persiguiera durante dos cuadras. La agresión también fue para el secretario de Seguridad de Lanús, Reinaldo Simone. Todos los canales de noticias transmitían los incidentes en vivo. Ante semejantes circunstancias, el movilero de TN, Francisco Urrutia, apeló a las siguientes palabras:–Fíjense la indignación que hay. La bronca de los vecinos es más que clara, más que genuina. Toda una metáfora para un país en el que la seguridad es reclamada por una sociedad cada vez más violenta.Los acontecimientos se habían desencadenado alrededor de las 21 del miércoles, cuando Facundo Capristo, de 24 años, estacionó su Fiat Palio en la esquina de Florida y Jean Jaurès. Estaba con su novia y un hermano de cinco años, cuando, de golpe, vio el caño de un arma junto a la ventanilla. “¡Dame las llaves!”, fue la frase de su portador. El joven, tras entregarlas, pidió que le dejara sacar al nene del vehículo. El atacante accedió. Y mientras éste ascendía a la cabina, se le escapó un disparo que atravesó un parlante.En ese preciso instante, Daniel Capristo, de 45 años, salió a la calle. Segundos después, agonizaría con nueve tiros en el cuerpo para morir mientras los vecinos lo llevaban al Hospital Evita Pueblo. Entonces quedó instalada la creencia de que había sido asesinado a sangre fría, casi por diversión. Recién a la noche siguiente trascendería, casi como al pasar, que la víctima –quien tenía varias armas registradas a su nombre– en realidad apareció empuñando un revolver Taurus calibre 38, y disparó contra el ladrón. A partir de entonces, lo ocurrido dio un giro –imperceptible para la opinión pública–, puesto que, en el aspecto técnico, se trató de un caso fallido de justicia por mano propia; es decir, un hábito que, según lo demuestran las estadísticas, suele ser para sus cultores un pasaporte al más allá, sin que ello, desde luego, atenúe la brutalidad de sus decesos.En cambio, los medios no dejaron de bombardear datos sobre el asesino. El Dani, nacido y criado en la Villa 21, de Barracas, pese a su corta edad ya era un viejo pájaro de cuentas. Ríos de tinta corrieron esta semana sobre su currículum: a los 11 años fue arrestado con un arma de guerra; al tiempo, participó de un asalto, también se le adjudica el robo de una moto y, hace casi un mes, fue relacionado con el crimen de Ángel Giacardi, el repartidor de garrafas que pagaba peaje para vender en la villa.Sin embargo, el trabajo periodístico no fue tan minucioso con respecto al sitio en el que se crió. En la Villa 21, unas 40 mil personas viven en condiciones de marginalidad extrema, y 18 mil son menores. La mayoría está siendo aniquilada por el paco. A su vez, los registros dan cuenta de 100 madres que fueron a inscribir a sus hijos en las escuelas zonales sin conseguir vacantes. Los números también revelan que el 99 por ciento de los chicos tiene por lo menos un tipo de parasitosis, debido a la precariedad de las conexiones de agua y la falta de servicios cloacales. Tampoco hay asistencia sanitaria, ya que a los pibes ni siquiera los reciben en los centros de atención de adicciones cuando llegan contaminados por las drogas.Durante la tarde del jueves, unos cuatro mil vecinos convergieron en la plaza de Valentín Alsina para peticionar medidas urgentes contra la violencia urbana. Y ante todo micrófono que se les puso a tiro, expresaron sus ideas al respecto. La prima de Capristo, por caso, dijo: “La pena de muerte es un regalo; habría que mutilarlos antes”. Un tipo, que se identificó como Diego Díaz, sostuvo: “Hay que colgar a los chorros en los postes de luz, y la televisión tiene que mostrar cómo se desangran”. Otro sujeto portaba un cartel con la siguiente propuesta: “Control de la natalidad”. Es de suponer que muchos de los presentes habían participado la noche anterior en la criminal agresión al fiscal Lázzari. Los movileros, sin embargo, no repararon en el asunto. Y ellos lucían inmutables, como si la responsabilidad penal no los alcanzara.Lo cierto es que los pibes chorros habían copado la agenda policial de la semana, junto a su correlato jurídico: la baja cronológica de la imputabilidad, cuando los robos seguidos de muerte realizados por menores constituyen –según datos del Ministerio de Justicia bonaerense– apenas el 0,7 por ciento del total de homicidios.Mientras tanto, en el lapso que comprende el asesinato de Capristo y el cierre de esta nota, sólo hubo otro delito contra la propiedad digno de ser mencionado: el ataque a tiros a un escribano en Temperley para robarle el auto. En cambio, por esas mismas horas, un tipo mató en Bahía Blanca a su mujer con un bate de béisbol. Y un imprentero de Pompeya corría una suerte similar en un hecho pasional. A ello se le suma el increíble disparo efectuado por un automovilista a otro en Villa Crespo por una discusión de tránsito. Y el enfrentamiento armado entre alumnos de una escuela nocturna de Santiago del Estero. Nada demasiado importante: en ninguno de estos casos sus hacedores eran menores criminalizados.
Fuente: elortiba.org

3 comentarios:

Mauri Kurcbard dijo...

Que grande Patan !!!

Lo levanto yo tambien.
saludos....

Isela dijo...

Cojeamos del mismo pie... y la solución, no más no llega, porque es un trabajo conjunto y de muchos frentes, empezando por... claro, nosotros mismos. Eso, hasta que la cadena se rompe, se corrompe y todo se viene a bajo, la seguridad, la democracia, la vida.

sabrina dijo...

patan por favor te podrias comunicar a sabrina22000@hotmail.com, me llamo silvia, nos conocemos, no se como andaran ni dione ni plast... por favor acercate te quiero solo consultar una cosa