Las epidemias son como fuegos artificiales. Durante un período breve, iluminan con brillantes colores todo lo que hay alrededor. Esto es lo que pasó en la Argentina con el dengue, durante el verano, y ahora sucede con la gripe A. Pero, si se abren los ojos tras la ceguera momentánea de los destellos, es posible ver un panorama sanitario mucho más amplio y preocupante que el de las cifras de la influenza.
Detrás del show de la pandemia, siguen ardiendo en silencio otras enfermedades infecciosas que contagian o matan a muchos más argentinos que la gripe A. Allí están, invisibles para todo el mundo, el Chagas –que enferma a 10 personas por semana y es letal para 424 argentinos cada año– y la tuberculosis, que anualmente mata a 800 infectados. Dos enfermedades que, a diferencia del Tamiflu, podrían ser curadas con medicamentos accesibles, si se las diagnosticara en forma precoz y se cumpliera a rajatabla con los tratamientos que el Estado entrega gratuitamente. (Nota completa).
Fuente: Miradas al Sur
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Es la moda
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