Los argentinos juegan a los numeritos de los muertos como si fuera la Quiniela. Antes fue el dengue, ahora la gripe A, mañana acaso vuelvan las llamadas “víctimas de la inseguridad”. Contar muertos es el nuevo deporte nacional. Tempranito a la mañana, suena el teléfono. Es una prima con una pregunta urgente, impostergable, de vida o muerte.–Vos que sabés, ¿me podés decir cuántos muertos por este nuevo virus hay? Porque el hermano de un compañero de la oficina me dice que en una clínica de Quilmes se murieron 18, por e-mail me llegó que hay otros seis muertos en San Miguel, y además están las dos enfermeras de las que nadie habla. Así que, por favor, contame la posta. De nada vale ofrecerle el último número confirmado por los análisis de laboratorio del Instituto Malbrán. Sean 55 o 100, no me cree. Y no es la única que desconfía por default de los números de las epidemias en la Argentina. La desorientación es comprensible. Empezando por la cifra de la deuda externa, muchas veces se han tapado números en este país. Lo que sorprende es que los medios ahora se ensañen con un presunto ocultamiento de cifras sobre la pandemia de influenza A H1N1 en la Argentina. Estamos de acuerdo: a todo el mundo le encantan las teorías paranoicas. Pero buscar conspiraciones detrás de la incertidumbre de una epidemia es un juego estúpido y peligroso. (Nota completa)
Fuente: Alejandra Folgarait (Crítica Digital)
2 comentarios:
Es muy cierto, lo morboso nos está vaciando de contenidos y consumiendo. Dani Prado
Mmm... lo mismo en México que en Argentina... y dónde más pasará? Esto es humano y perversamente adaptado a la realidad de este mundo, donde los gobiernos ya no pueden ponerse la mascarita sagrada para pretender ser lo que el pueblo necesita. Pero habrá que confiar en alguien, no? Cuándo?
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