domingo, 14 de septiembre de 2008

Crisis en Bolivia

El día viernes cubrí para Radio América toda la movida política y social que se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires con el apoyo de varios sectores nacionales al gobierno de Evo Morales y al pueblo boliviano. Me pareció de buen gusto que partidos, organizaciones y referentes, muchas veces antagónicos en sus intereses, se hayan conjugado en esta iniciativa. En el salón Parodi del Congreso hubo muchos actores políticos que a la hora de tratar temas internos tienen posiciones absolutamente encontradas. El mismo marco se dio en la puertas de la embajada estadounidense y aquí viene lo que les quiero contar.
Cuando estaba terminando de hacer notas con algunos representantes de la colectividad boliviana se me acercó una muchacha residente en la Argentina, y luego de consultarme para qué medio trabajaba, me preguntó qué opinaba yo de todo lo que dicen sobre Evo. Yo devolví un -¿sobre qué cosas qué se dicen?- y...- , me dijo, -sobre que se preocupa por los pobres, que nacionalizó los hidrocarburos, y que está haciendo un buen gobierno-.
Claro, titubeante expresé que lo del gas y el petróleo me parecía muy bueno y que veía como positivo que el tipo representara los intereses de los más excluidos. Ella me respondió casi enojada -¡pero no es así!... Morales usa eso como un discurso, genera el odio entre blancos y negros pero ahora estamos peor que antes-, siguió.
-¿Pero por qué? pregunté. Exaltada y triste me contó que ella era empleada municipal en Santa Cruz y que hacía seis meses se había tenido que venir para Argentina porque allá no podía dar de comer a su hija?. Me explicó que se había decidido achicar la cantidad de trabajadores y ella quedó afuera.
La interrogué sobre si, siendo Santa Cruz un estado que busca su autonomía, ese tipo de decisiones no corría por cuenta de su prefecto, me dijo que no, que era una política a nivel nacional impuesta por Morales. Agregó que cuando las empresas estaban en manos extranjeras ellos tenían más trabajo y que no había estas peleas entre Cambá (blancos) e indígenas.
Yo, sinceramente, no supe que decirle y además pensé "esta chica está infiltrada entre todos estos bolivianos que vienen a apoyar a Evo y justo viene a hablar conmigo".
Terminé la charla diciendo que para opinar objetivamente tendría que estar en Bolivia y ser uno más de ellos. Me despedí contrariado y pensativo. Así fue que recordé una publicidad para televisión que con un tipo que cantaba imitando a Piero (acá pueden verlo) se prometía que la autonomía era democracia, unidad, libertad, etc.
Es indudable que el discurso mediático de los separatistas de Santa Cruz, donde la joven vivía, influyó en su mirada subjetiva del conflicto, y hasta la hizo reaccionar en contra de sus iguales. También me quedó claro que la miseria estructural, la falta de educación en nuestras naciones, y la ausencia de respuestas a corto plazo, hace que hasta aquél que está sumido en la pobreza descrea del líder que, tal vez, esté intentando defender sus intereses.

1 comentario:

Antonio Díaz Arroyo dijo...

Estimado Juan pablo, llegué a tu blog por el comentario que hiciste en el mio, pero no es por eso que te escribo, sino, porque, a propósito de ello, conocí este espacio que realmente resulta un portal interesante y "pandoresco" de sugerentes artículos de la pren sa de tu aís. leí con atención la nota sobre las hipótesis de la muerte de Allende, de las que ya conocía, pero no he podido leer, pues la edición de la revista que originalmente la publicó está agotada. No obstante, es este el post que más me ha interesado (tal vez, porque a diferencia de los otros que he visto, resulta más testimonial y subjetivo)Resulta que en foros en los que he participado sobre lo que hot sucede en Bolivia, me he encontrado con harta gente, incluso jóven y aparentemente no de posturas pre "ideologizadas" que piensa como la chica que tu describes. Probablemente lo hacen con la mejor intención. Sin embargo, tu nos proporcionas algunos elemntos que nos hacen explicable esta interpretación. Lo de Pioro, resulta francamente un atropello, un embuste, aunque tecnicamente impecable, burdo en la peor de las categorías éticas, tanto para el autor, como para el público. El complot y la sedición siempre se valen de la falta de escrupulos. Bien lo sabemos en Chile y en gran parte de América. sigamos aportando en lo que podamos para que nuestros deseos de "nunca más" sean efectivos en la Bolivia del presente, y en las heridas y libros del futuro. "Un abrazo desde Chile"!!