En una jornada que recuerda, por más eufemismos que utilicemos, el comienzo de una alianza entre el poder financiero/empresario local y externo, la iglesia católica, y el brazo armado de las fuerzas armadas genocidas, me vino a la memoria este momento, que debido a mi labor como periodista me tocó ver a metros cuando lo cubrí para Canal 26 una mañana fría del 24 de marzo de 2004 en el Colegio Militar del Palomar (en la foto aparezco como una hormiguita irreconocible junto a mi compañero camarógrafo Leandro Picone). Se trataba del hecho de que un presidente constitucional, decidiera bajar los cuadros de dos asesinos que encabezaron esa institución antes de usurpar el poder en nombre de una engañosa defensa de la Tradición, Familia y Propiedad, me refiero a los criminales Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone. La verdad era que se trataba de eliminar a todo aquel que impidiera desmantelar los derechos laborales y civiles obtenidos, e imponer un esquema de desigualdad permanente en favor de una minoría ociosa que vive a costa de las mayorías, lamentablemente cada vez más manipuladas desde los medios de incomunicación, desinformación y tergiversación masiva. Sinceramente me importa un bledo si la intención de Néstor Kirchner era apoderarse de la causa de los Derechos Humanos para ganarse a un importante sector de quienes venían reclamando después de los indultos de Menem y antes de las "leyes" de Obediencia Debida y Punto Final de Alfonsín. Lo único que sé, es que alguien tenía que ejecutar ese gesto simbólico, si lo hubiera hecho otro Jefe de Estado diría lo mismo. Salgo con esto que afirmo de la redituable grieta en donde todo es Boca-River sin pensar los porqué. Lo cierto y mejor que nos puede pasar es que esta fecha NUNCA MÁS, pasará desapercibida, a pesar de que esos pequeños grupos que estuvieron detrás de esa masacre desde el poder estatal, quieran borrarla de nuestra historia como el bombardeo al pueblo indefenso en Plaza de Mayo en 1955 para derrocar a otro mandatario votado en democracia. Para que sepan ese fue el bautismo de fuego de los aviadores de la Marina. Qué se puede esperar de militares que son usados para ir contra quienes deberían proteger y no tienen pruritos a la hora de masacrar a adultos mujeres y hombres, niños, jóvenes y ancianos desde unos aviones con cruces que "vencen"... ¿a quién me pregunto?.. o salen de madrugada para ingresar a casas familiares con el fin de matar, secuestrar, torturar y destruir a una generación que entendió que algo de lo que hoy sufrimos se podía cambiar. Si eran 9 mil o 30 mil es el debate que la administración que tenemos hoy al frente del Estado pretende imponer, no se sostiene porque es un debate absurdo. Que haya sido uno ya es grave. Esto no libera a nadie que ejerza el poder de cuestionamientos, pero los 7 años de una falsa guerra contra el comunismo internacional y otro tipo de excusas, subestiman nuestra inteligencia porque son insostenibles. Lo del '55 y 1976 no lo justifica nada ni nadie por más vuelta que algunos trasnochados le quieran dar. Miren a la gente en las calles y lo van a entender, los límites existen por más dinero, megafortunas, respaldos desde los sectores más oscuros del mundo que se puedan tener, y lo poderoso que se pueda ser por un tiempo siempre son finitos.. como la vida misma.
sábado, 24 de marzo de 2018
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