viernes, 30 de julio de 2021

El conflictivo cierre de listas promete pasar factura al Frente de Todos en las elecciones

En los cierres de listas electorales siempre hay vencedores y vencidos, después resta por ver qué pasa a la hora de los comicios para analizar si los roles se vuelven relativamente inversos en materia de resultados. En este caso, el sábado pasado terminó con un herido político de gravedad: se trata del ministro de Defensa Agustín Rossi, a quien desde hacía semanas en los despachos de Casa Rosada animaban a participar en las elecciones de Santa Fe. Todo parecía ir sobre rieles hasta que, horas antes de que se agotaran los tiempos de presentación de candidaturas, fuera el propio gobernador de esa provincia, Omar Perotti, quien se acercara al Senado para ver a la jefa política del Frente de Todos, Cristina Kirchner, y luego al propio Alberto Fernández en Balcarce 50. El reclamo era claro: no había margen para aceptar ningún acuerdo con quien todos conocen como el “Chivo” Rossi. 

Las usinas oficialistas hicieron circular versiones sobre supuestos intentos para elaborar una lista de unidad, algo que como quedó registrado  únicamente en un rumor proveniente del “mundo off”.  Más allá de este comienzo poco convencional a la hora de encarar una batalla en las urnas, los analistas del “albertismo” reconocieron que la entronización de Victoria Tolosa Paz junto a Daniel Gollán en la Provincia de Buenos Aires, y Leandro Santoro con Gisela Marziotta en la CABA, fue un “triunfo” compartido, que deja como mar de fondo que el “Cristinismo” volvió a mezclar y repartir las barajas a gusto y piacere.

También hubo quejas de intendentes del PJ contra la avanzada camporista en distintas circunscripciones. Más allá de eso, el mismo lunes, Capital Federal y otros distritos amanecieron con carteles de gran envergadura y alto costo que demuestran que el Gobierno no va a escatimar en gastos a la hora de promocionar su gestión, pese a la crisis económica que aqueja a la mayoría de los argentinos y las implicancias que tiene la pandemia. 

Los eslogan giran en torno a resaltar la creación de 200 mil puestos de trabajo en el sector de la construcción (con más de 1500 obras públicas) y a defender la administración en materia sanitaria. Acompañando ese marketing público, el Presidente inició la campaña con un acto en la localidad de Merlo para entregar viviendas Procrear y Créditos Casa Propia. Lo hizo en compañía de Tolosa Paz y Gollán, con un polémico anfitrión: el intendente local Gustavo Menéndez, quien todavía debe apelar el fallo de la Cámara Penal de Bahía Blanca por un desfalco de 600 mil pesos cuando era director provincial de Casinos. La actividad finalizó con un imponente asado que tuvo como principal comensal al primer mandatario junto a funcionarios, intendentes, e invitados especiales. Desde afuera de las instalaciones elegidas, este cronista que fue testigo presencial de lo que allí ocurría, vio a varios vecinos carenciados que pedían participar, al menos, de las sobras frías del festín innecesario.

Ese mismo día, alguna treta del denominado “fuego amigo”, filtró a un periodista la lista de ingresos en la Residencia de Olivos. Entre las más asiduas visitantes figuraba la actriz y modelo, Sofía Pacchi, amiga de la Primera Dama, Fabiola Yañez, y según explicaron fuentes oficiales, funcionaria de Ceremonial de Presidencia. Los horarios nocturnos y las más de 60 entradas generaron en el terreno mediático todo tipo de elucubraciones y una denuncia motorizada por el opositor de Republicanos Unidos, Yamil Santoro. La misma es por violación a las normas sanitarias del artículo 205 del Código Penal en el contexto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), que comenzó en marzo del 2020, y que de ser incumplido podría determinar “reclusión o prisión de tres a quince años”. El Poder Judicial deberá estudiar si avanza con la investigación o no. Por lo pronto, la orden en Balcarce 50 fue “salir a bancar al Presidente”. Tolosa Paz fue la primera en recoger el guante y señalar que ella certificaba la labor de la mujer con la que se encontró varias veces en Villate 1000, además de agregar que se la juzga por ser atractiva.  

Entre el culebrón y el conflicto sin resolver entre Rossi y Perotti, el martes, el jefe de Estado partió a Perú para participar de los actos de asunción del presidente electo, Pedro Castillo. Llegó a Lima el miércoles con una numerosa comitiva, desestimando las posibles críticas de argentinos que todavía reclaman volver al país mientras repudian las restricciones sanitarias que aún se los impide. Con Fernández aterrizaron su compañera Yañez, el canciller Felipe Solá, la ministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta, el Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, el de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, el de Comunicación, Juan Pablo Biondi, y el diputado Eduardo Valdés (el legislador que hasta hace pocas semanas seguía disgustado con el titular del Ejecutivo por aquella jugada fogoneada desde el palacio gubernamental para apurar la salida del ex ministro de Salud, Ginés González García, cuando se dio a conocer la lista de 70 inoculados en vacunatorios paraoficiales, y donde él figuraba entre funcionarios, políticos, periodistas, empresarios y amigos).

Después de advertencias que la mesa chica presidencial le hizo llegar a Rossi desde diarios y portales que la “tropa propia” suele calificar de hegemónicos y golpistas, fue el propio Fernández quien desde tierras peruanas echó en una entrevista por un canal en vivo, a su ministro de Defensa sin nombrarlo, y por hacer lo que él le había pedido que hiciera: ganar las elecciones santafesinas. El “Chivo” dijo que se enteró por televisión que debía renunciar. “Pensé que los cambios eran para los funcionarios que no funcionan”, señaló apuntando en especial al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el hombre que, de haber ido como candidato en la PBA, podría llegar a ser suplantado por Rossi. 

Sin esperar mucho, en Casa de Gobierno se empezó a especular con el nombre de la actual ministra de Seguridad, Sabina Frederic y el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, entre otros, para asumir el cargo. Lo que sí dieron por confirmado es que el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, irá al ministerio de Desarrollo Social en lugar del candidato N° 12 en las boletas provinciales, Daniel Arroyo. El funcionario que hasta hace pocos días recibía llamados de las propias organizaciones sociales que integran el FdT, y que están vinculadas a Emilio Pérsico, con amenazas de movilizar a las puertas de su cartera por la caída de planes sociales, y en especial, por el manejo de la Tarjeta Alimentar. 

En línea con los dichos presidenciales dirigidos al saliente Rossi, el jueves, Tolosa Paz abdicó al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, y Daniel Menéndez (de Somos Barrios de pie), dimitió a su puesto de subsecretario de Economía Social en Desarrollo. Para evitar las acusaciones de “rebeldía”, también pidió licencia en su cargo de vicegobernadora santafesina, Alejandra Rodenas, espada de CFK en el senado y exjueza que tiene estrechos vínculos con empresarios coprovincianos suyos ligados a Julio De Vido: los hermanos Vignati. Ella acompaña a Rossi en la lista “La Santa Fe que Queremos”, que competirá en las primarias del 12 de septiembre próximo contra la nómina integrada por Marcelo Lewandowski y María de los Angeles Sacnun, según algunas gargantas profundas, bendecida por CFK.

Lo llamativo es que la norma ética promulgada por el presidente sobre que “el que es candidato no puede seguir siendo funcionario”, tiene una extraña excepción: la del segundo del ministro de Interior, Eduardo “Wado de Pedro”. Hablamos de José Lepere, quien se candidatea en el concejo deliberante de Almirante Brown. La excusa, poco convincente para liberarlo del renunciamiento, es, según integrantes del Gobierno, que “no juega en una lista nacional”.

El presidente volvió de Perú el jueves en la noche, pero debió suspender su agenda de cierre semanal para tener que aislarse, al igual que todos los que viajaron con él, por venir del país desde donde un cordobés ingresó con la variante Delta y contagió a 13 de sus familiares. El mandatario se puso a estudiar en la quinta de Olivos en consulta permanente con sus aliados frentistas, para dirimir quién ocupará el lugar vacante en Defensa y que, además, apura los cambios en el Gabinete nacional que se vienen prometiendo para la segunda etapa de Gobierno, rumbo a un 2023 que se advierte muy complejo.

Los operadores gubernamentales se veían ilusionados con las peleas internas de Juntos por el Cambio. Lo que no esperaban, era que esas disputas tuvieran efecto contagio en las altas líneas ministeriales oficiales que, además, tienen como responsabilidad primordial gestionar las dificultades que promete la economía para los próximos 28 meses. 

Fuente: Juan Pablo Peralta para Política y Medios (PYM) @JuamPaPeralta 

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