viernes, 4 de noviembre de 2022

Se potencia la fragmentación del Gobierno de cara al año electoral

La semana que termina empezó de manera extraña e inesperada en Balcarce 50. El lunes había una sola actividad oficial prevista en la agenda de Alberto Fernández: tomar juramento al ministro reemplazante de Jorge Ferraresi –que volvió a Avellaneda- en Desarrollo Territorial y Hábitat. Nos referimos a Santiago Maggiotti.

A primeras horas de la mañana, después de idas y vueltas, el equipo de comunicación presidencial informó que el jefe de Estado había decidido viajar a San Pablo para saludar en persona a Luiz Inácio Lula da Silva, elegido el domingo anterior -por muy poco margen- como presidente electo de Brasil. Voló en un avión de Aerolíneas Argentinas, rentado de urgencia para la ocasión, junto a su séquito: el canciller Santiago Cafiero, Julio Vitobello (Secretario de la Presidencia), Vilma Ibarra (Legal y Técnica), Gabriela Cerruti (portavoz) y los diputados oficialistas, Eduardo Valdés y Carlos Heller.

Se había dicho en Casa Rosada que la visita se iba a concretar en días posteriores, pero algo cambió los planes. Fue la imagen de una gorra que Lula se colocó en medio de los festejos con la inscripción “CFK 2023”. Se la habían dado en mano unos militantes kirchneristas que acompañaban a Wado de Pedro (Interior), que había ido invitado como una suerte de veedor electoral, y otros dirigentes cercanos a Cristina Kirchner, tal el caso de Horacio Pietragalla (Derechos Humanos), Elizabeth Gómez Alcorta (ex Mujeres, Género y Diversidad), Silvina Batakis (Banco Nación) y Victoria Donda (INADI), entre otros.

Las postales y vídeos del presidente argentino aferrándose al hombre que vuelve a la primera magistratura del país vecino por tercera vez, graficaron las ansias con que Fernández se obstina en la idea de ser candidato natural a su reelección, o al menos mantener algo de poder en la estructura del Partido Justicialista, que hoy se debate en la misma dialéctica que en 2019: “Con Cristina no alcanza, pero sin ella no se puede”. Irónicamente, un razonamiento que lleva la firma del propio Alberto F.

Lo cierto es que el único presidente en ejercicio que aterrizó en tierras paulistas fue el nuestro. “Un gasto innecesario”, afirmó un dirigente massista que visita Casa de Gobierno cuando su superior cruza Hipólito Yrigoyen para –diplomáticamente- ir en busca de alguna firma en despachos oficiales. Es que el tigrense intenta cuidar la imagen y evitar que el mundillo mediático haga foco en los costos en dólares que tiene que hacer el Banco Central cada vez que estas comitivas salen al exterior, lo que no significa que él no lo haga.

Después de la desesperada incursión en pagos del principal socio del MerCoSur, y que los medios afines difundieron como un encuentro para sellar acuerdos de cara al futuro, el martes, el titular del Ejecutivo encabezó dos actos en el Museo del Bicentenario. Uno dedicado a temas de cambio climático y otro relacionado a la suspendida asunción del flamante titular de Vivienda.

De a poco en el Frente de Todos se fue recalentando la discusión interna por la eliminación (o no) de las PASO, así como el pretendido congelamiento del valor de 1500 productos por 120 días. En ese contexto, las usinas albertistas salieron a operar fuerte contra la intención del kirchnerismo de derogar las primarias, así como a criticar (en off) a Massa por haber adelantado el plan de control de precios, que según entienden, es lo que está generando remarcaciones preventivas que irán a parar a la inflación de octubre. Para colmo, los empresarios salieron a cuestionar la iniciativa que recibió diatribas hasta del mismísimo viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, quien fue observado con fastidio por Oscar Parrili (Senador FdT), cuando asistió a defender el Presupuesto 2023 en la Cámara alta, donde tendría tratamiento la tercera semana de noviembre.

Entretanto, Fernández siguió el miércoles con más actos relacionados a obras públicas en el Conurbano, mientras que al mismo tiempo su administración hacía correr la voz de una convocatoria a referentes de grandes firmas para que garanticen frenar las subas en alimentos. A la vez, amenazaba a los mismos actores con revisar sus ganancias. La otra cuestión pasaba por pedirle a los supermercados y almacenes no recibir mercaderías con aumentos por arriba del 4 por ciento.

En ese corte semanal, Juan Manzur prefirió no convocar al Gabinete nacional, de hecho, todo es tan dinámico en los tiempos que corren, que algunos ministros fueron anoticiados por los acreditados en la sede gubernamental antes que por la propia Jefatura. Está claro que el tucumano tiene como prioridad ganar la elección del 14 de mayo en su provincia acompañando a su “ex” archienemigo, Osvaldo Jaldo.

Sin dudas, y muchos se preguntan por qué, todavía hay algo que une a Cristina y a su fallido delfín en el sillón de Rivadavia: combatir al Poder Judicial. Un dirigente social oficialista susurró en defensa del Presidente: “Alberto respeta los acuerdos y no traiciona como los chetos de La Cámpora. A buen entendedor, pocas palabras", sentenció.

Los dichos surgieron después del hilo que Fernández publicó en su cuenta de Twitter en el que criticó duramente a los jueces (Leopoldo) Bruglia y (Pablo) Bertuzzi por liberar a cuatro integrantes de Revolución Federal, la organización capitaneada por uno de los beneficiados, Jonathan Morel, y que es conocida por escrachar a peronistas y animarse a llevar una guillotina a Plaza de Mayo, además de tener vínculos con los macristas hermanos Caputo y haber contado con la presencia de Brenda Uliarte (novia de Sabag Montiel) en alguna de sus manifestaciones. Algo que de todos modos les impone un procesamiento -sin prisión preventiva- y un embargo por 9 millones de pesos. Tampoco las llevó de arriba el Presidente de la Nación, ya que el juez federal Bruglia (Sala I de la Cámara Federal porteña) demandará a Alberto Fernández por haberse referido a él como un juez ilegítimo.    

El complejo panorama político y económico se intensificó cuando los funcionarios del Palacio de Hacienda leyeron en las pantallas de sus iPhone que privados estiman un IPC de octubre por arriba del de septiembre: entre un 6,4% y un 6,8%. Consultado por el preocupante dato, un colaborador presidencial que deambulaba por una de las galerías rosadas le dijo a este periodista: “¡Y se quejaban del pelado Guzmán? Mirá lo que están haciendo!”. Luego se fue caminando con resignación, pero sin perder la altanería de quien, en el fondo, aguarda algún golpe de suerte.

El jueves arrancó con la conferencia de prensa de la portavoz Cerruti, quien se encargó de dejar en claro que su jefe no va aflojar frente a la decisión kirchnerista de abolir las PASO, y repetir que lo que el periodismo llama ajuste, para el Gobierno es un reordenamiento fiscal.
Consultada por Política&Medios sobre los preocupantes hechos de inseguridad que se suceden en la Argentina, la funcionaria se encargó de diferenciar las políticas -en esa área- de Aníbal Fernández con las de Sergio Berni, de quien en Rosada dicen que se mantiene en el cargo “porque lo banca Cristina”.

La vocera expresó que "cada muerte es una tragedia" y se solidarizó con la familia Blaquier por el asesinato del empresario al que le quitaron la vida en un intento de robo en la Panamericana. Asimismo, mencionó un caso de gatillo fácil en la Provincia de Buenos Aires y remarcó que la inseguridad "es multicausal". 

A partir de ese mediodía, el presidente Fernández inició una maratón de eventos. Empezó en Tecnópolis con la Expo Congreso Ciudades para Vivir Bien, más tarde recibió en su despacho a Massa, Manzur, Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social) y Kelly Olmos (Trabajo), con la finalidad de firmar un decreto para no dar más altas a planes Potenciar Trabajo, Inclusión Joven, Nexo y Plus Esencial, y otorgar el 30 por ciento de empleo en obras públicas a movimientos sociales oficialistas.

Esta decisión movilizará el próximo 10/11 a varias organizaciones piqueteras que van a llevar adelante una jornada de lucha nacional en las puertas del ministerio de acción social. El cierre de la jornada fue en el CCK junto a la ministra de Mujeres, Ayelén Mazzina, con quien realizó la apertura del ciclo “Nos Mueve el Orgullo'', en el marco de las celebraciones del Mes del Orgullo.

Hacía varias horas que en Casa de Gobierno preocupaba más el anuncio de que la senadora Kirchner volvería a hablar en público -en un plenario de la UOM- en su primera aparición después del fallido intento de magnicidio que sufrió, que la situación crítica que se vivía en territorio brasileño debido a la resistencia de bolsonaristas que pedían a las fuerzas armadas dar un golpe de Estado antes de que asuma Lula en enero. Tema que se fue descomprimiendo luego de que, el todavía mandatario carioca, saliera a calmar los ánimos, reconociendo forzosamente la derrota, pero sin bajar sus banderas.

A la inevitable bajada de línea política de CFK se la buscó neutralizar contrarrestando con un presidente Fernández activo en otro acto junto al ex mandatario boliviano, Evo Morales, en la provincia de Santa Fe. Se trata de la quinta Feria del Libro Nacional y Popular.
Horas antes, la ministra de Desarrollo Social, Tolosa Paz, salió en un canal oficialista a decir: "Hay miembros de nuestro gobierno que critican decisiones como si estuviesen afuera", y les advirtió que "estás afuera o adentro".

Esto demuestra cómo se mantiene el clima beligerante en la alianza gobernante, que en el contexto de la crisis económica inició la disputa electoral con operaciones y globos de ensayo que proponen fórmulas presidenciales para todos los gustos y sabores.

Por encima de esta lógica, Cristina Kirchner es quien maneja los postulados de la administración económica a través de Massa, poniendo límites que perjudiquen su capital simbólico y sus votos. Cuando se manifiesta en público lo hace en “modo conducción” y siempre con la intencionalidad de mostrar quién tiene la centralidad en el mundillo político, logrando que las cadenas nacionales que se le criticaban cuando era presidenta hoy se realicen de oficio.

La agenda de viajes internacionales que tanto interesa al grupo que rodea al jefe de Estado es vista con sorna por el ala cristinista. En los refugios kirchneristas coligen que la imagen de un presidente que cada dos por tres sale del país para participar de agendas que no colaboran a zanjar la grave crisis que vive la Argentina, va a seguir en picada. “Mientras Alberto se va de gira con sus amigos, los que se quedan a bancar la parada son la jefa y Sergio”, opinó un joven dirigente territorial que tiene buena llegada a Máximo Kirchner y Andrés “Cuervo” Larroque.

Resulta increíble escuchar (entre bambalinas) a los peronistas asumiendo una derrota diez meses antes de ir a las urnas, pero esa es la atmósfera que se verifica en las diferentes terminales del FdT, también en la Rosada, donde, más allá del discurso tribunero, los opositores parecen no estar en el intrincado Juntos por el Cambio, sino en la oficina más importante del Senado, el Instituto Patria, y las huestes camporistas.  


Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política&Medios (PyM). Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista 

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