En el contexto de una situación que no tiene precedentes, donde el ministro de Economía de la Nación es a su vez el principal precandidato presidencial, el dólar informal superó por primera vez la barrera psicológica de los $500 y terminó este miércoles en $503, para cerrar en $512 y seguir su derrotero alcista en el cierre de la semana.
Un hecho que se da, según algunos analistas, por las demoras en concretar el desembolso del Fondo Monetario Internacional de 4.000 millones de dólares. Más deuda que deberá afrontar la Argentina en lo sucesivo. Dinero, que en este caso, sería dirigido a las debilitadas arcas del Banco Central que ya no tiene poder de fuego para intervenir en el mercado cambiario local.
El récord nominal, así como la devaluación del 31% que tiene la moneda argentina en los primeros seis meses del año, complican aún más las pretensiones de Sergio Massa de llegar al sillón de Rivadavia.
La dolarización de las carteras se reitera previo a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del próximo 13 agosto, en el marco de una inflación elevada, que según estimaciones oficiales realizadas por el organismo que dirige un hombre del propio Massa (Marco Lavagna), está en un promedio del 7%. Una cifra que marca más de un 140 por ciento interanual y pone a la Argentina en tercer lugar en el mundo -en materia de índices de precios al consumidor- detrás de Venezuela y el Líbano, además que en un complejo esquema de déficit fiscal.
Este valor libre de la moneda estadounidense genera el temor a que la pronunciada debilidad del peso se traslade, como ocurre siempre, a los precios minoristas de bienes y servicios. Un derrape que se ve claramente en el fracaso del plan de Precios Justos que promueve desde hace años el kirchnerismo, y ahora se ejecuta en una versión massista que termina de confirmar su descalabro.
La voces de la city porteña señalan que los inversores siguen de cerca las negociaciones con el FMI, donde a la vez el Gobierno del ex Frente de Todos (ahora Unión por la Patria) busca flexibilizar metas acordadas por el ex ministro de Economía, Martín Guzmán y el actual presidente Alberto Fernández. Es decir, dos altos funcionarios de la misma alianza gubernamental que tiene a cargo la administración del Estado.
En junio el jefe de Hacienda amplió una línea de swap de monedas con China para engordar las reservas netas del BCRA, que actualmente tienen un saldo negativo de 6.000 millones de dólares. En esta coyuntura, los bonos Globales del canje (en dólares con ley extranjera) perdieron un 1% promedio en Wall Street y los títulos Bonares con ley argentina perdieron 0,9% (promedio).
La situación incrementó el riesgo país que mide el JP Morgan, subiendo 32 unidades para la Argentina, lo que resulta en que llegó a los 2.051 puntos básicos.
En las entrañas del oficialismo, encabezado por Cristina Kirchner, ven cada vez más complicado que Massa siga en el cargo y desgastándose paulatinamente mientras está en campaña a tan poco tiempo de los comicios.
Es por eso que el entorno del Ministro -temerosos de esa presión- niegan sistemáticamente su salida de manera casi cotidiana, circulando el rumor de un pronto convenio con el organismo de crédito multilateral que va a calmar las aguas.
Por ahora eso no ocurre y los nervios empiezan a apoderarse de quienes avalaron que el ex titular de la Cámara de Diputados tenga a cargo la botonera económica, y al mismo tiempo, la carrera electoral del peronismo, con la finalidad de sobrevivir a cuatro años de desencuentros y una paupérrima gestión.
Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista
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