La inteligencia emocional en el trabajo cobra cada vez más
importancia. No sólo resulta un factor decisivo a la hora de ascender a un
puesto directivo, sino que puede marcar la diferencia en los resultados del
proceso de selección de personal
La capacidad de la persona para comprender y usar
información emocional en contextos sociales y el modo en que se conocen las
propias habilidades emocionales están detrás de los principios clave de la
inteligencia emocional que, según Daniel Goleman, incluyen:
Conciencia de uno mismo: se trata de la capacidad de
reconocer emociones personales, desencadenantes emocionales y limitaciones. En
un entorno empresarial, ayudaría, por ejemplo, a identificar los primeros
signos de estrés.
Autorregulación: es la capacidad de controlar las emociones,
consiguiendo que no tengan un efecto negativo. La inteligencia emocional en el
trabajo puede resultar de gran ayuda para gestionar, por ejemplo, la
frustración y evitar así conflictos dentro de un departamento.
Motivación: se define como un impulso interno que proviene
de la satisfacción personal experimentada después de un logro. Los negocios que
cuentan con una plantilla motivada destacan por un mejor servicio al cliente,
mayores cotas de productividad y niveles superiores de compromiso entre sus
empleados.
Empatía: es la capacidad de reconocer, comprender y
experimentar las emociones de otra persona. Su incidencia en el clima laboral
es determinante para lograr una atmósfera positiva que favorece la colaboración
y el trabajo en equipo.
Habilidades sociales: podría decirse que se trata de la
capacidad de interactuar y negociar con otras personas para encontrar la mejor
manera de satisfacer las necesidades de cada uno. Una vez más, la inteligencia
emocional en el trabajo nos da la clave para avanzar hacia la excelencia,
gracias a una mayor consistencia, respeto, asertividad en las relaciones entre
compañeros y entre éstos y personas a otros niveles; así como una comunicación
más clara, efectiva y transparente.
Un activo valioso
La inteligencia emocional en el lugar de trabajo es un
activo valioso, explican en Business School, de Barcelona. Está demostrado que,
los empleados con altos niveles de inteligencia emocional se encuentran en
mejores condiciones para cooperar con los demás, gestionar el estrés
relacionado con el trabajo, resolver conflictos dentro de las relaciones
laborales y aprender de los errores interpersonales previos.
Según el Informe sobre el futuro del empleo del Foro
Económico Mundial, "la inteligencia emocional será una de las diez
habilidades laborales más buscadas en 2020".
Además, el valor que algunas compañías dan a este conjunto
de habilidades supera incluso a la capacidad técnica, como reflejan los
resultados de una reciente encuesta de Career Builder, en la que destacan los
siguientes datos:
El 71% afirmó que valoraba la inteligencia emocional de un
empleado por encima de otros atributos, incluido el cociente intelectual.
El 75% dijo que era más probable que ofrecieran un ascenso a
un trabajador con alto nivel de inteligencia emocional.
El 59% de los encuestados afirmaba con rotundidad que
dejarían pasar a un candidato con un coeficiente de inteligencia alto pero poca
inteligencia emocional.
Una empresa que consigue que la inteligencia emocional en el
trabajo sea una constante, logra que sus empleados puedan desarrollar sus
tareas juntos con la máxima eficacia y aumenta sus probabilidades de alcanzar
el éxito en sus resultados.
Daniel Goleman, publició su primer libro sobre Inteligencia
Emocional hace 30 años. En septiembre de 2019 viene a la Argentina. (Vídeo de Daniel Goleman)
Fuente: iProfesional
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