En los últimos meses, el tipo de cambio real mostró una cara
inversa y contraria al brusco salto que registró durante el 2018. Luego de
algunos meses de estabilización, recientemente registró una leve caída la cual
culminó días atrás con el comienzo de una nueva depreciación. No faltaron los
economistas, analistas y empresarios que alertados por la situación comenzaron
a vislumbrar un posible atraso cambiario.
Entre septiembre del año pasado y julio actual el grueso del
movimiento de las divisas registró en el tipo de cambio real una baja cercana
al 20%. Pese a ello el tipo de cambio aún se encuentra un 5% por debajo del
promedio de los últimos 40 años. En ese marco la estabilidad y posterior baja
de la divisa permitió que la inflación iniciara una tendencia a la baja (dentro
de un nivel aún elevado).
Un informe realizado por el Instituto de Estudios sobre la
Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) perteneciente a la Fundación
Mediterránea analizó la situación actual de la divisa que arrojó que Argentina
aún no se encuentra en situación de atraso cambiario y desarrollaron tres
escenarios posibles para el dólar hacia fin de año.
“Una forma muy simple de medir si el TCR está atrasado es
analizar si los precios en la economía argentina pasaron a estar muy caros en
relación a otros países”, explicó el economista Gustavo Reyes. Para ello
destaca que es fundamental comparar entre bienes o servicios exactamente
iguales, tanto en calidad como en el lugar de consumo.
El ejemplo clásico que toma Reyes es el llamado índice Big
Mac- medido desde hace años por el periódico británico The Economist- ya que se
trata de un producto exactamente igual en todas partes del mundo. “En
Argentina, primero por una regulación (hoy inexistente) en los precios de este
sándwich específico y luego por políticas comerciales derivadas de aquella
regulación, el precio de este sándwich no puede utilizarse para dicha
comparación. En su lugar se utiliza el precio de otro sándwich de McDonald´s:
el “1/4 de Libra con Queso” que, si bien no es igual al “Big Mac”, su precio en
la gran mayoría de los países (salvo Argentina) es exactamente igual”, explica
Reyes.
En ese sentido, el economista señala que “a pesar de la
caída del TCR, el precio de estos sándwich de McDonald´s en Argentina continúan
siendo bastante menores que en Estados Unidos”.
“Un resultado similar puede observarse si la comparación de
precios es realizada para otros bienes (también exactamente idénticos) respecto
de otra economía avanzada como es la del Reino Unido. Siguiendo la metodología
de ”The Economist”, en el siguiente gráfico se presenta la comparación de
precios entre Argentina e Inglaterra para varios bienes exactamente idénticos:
además de cerca de 10 productos de McDonald´s se incluye en la comparación los
precios de varios productos pertenecientes a otras cadenas internacionales cómo
Burger King, Subway, Startbucks así como también artículos de empresas
multinacionales de comida, bebida y limpieza vendidos por supermercados”,
detalló.
De dicho análisis se desprende que los precios de los bienes
en Argentina son generalmente menores que en otras economías con mayor nivel de
desarrollo. Sin embargo, el economista remarca que si bien es condición
necesaria para que no haya atraso cambiario “no resulta suficiente para
descartar la hipótesis de dicho atraso” ya que en general las economías menos
avanzadas presentan precios de bienes menores que las economías más
desarrolladas.
“Esto es debido a que estas últimas tienen una mayor
productividad y pagan por lo tanto, mayores salarios que las primeras. Una
simple prueba de esta relación (ampliamente estudiada en la literatura
económica y conocido como el efecto Balassa – Samuelson) puede observarse en el
siguiente gráfico donde se advierte una clara relación positiva entre los
precios de los sándwich de McDonald`s y el nivel del PBI per cápita de cada
país.
Pero el investigador remarca que para que se pueda demostrar
que no hay atraso cambiario, habría que comparar los precios y ajustarlos por
la productividad de cada país. Es en ese aspecto que puede concluirse a priori
que según el economista “los precios en nuestro país están tan baratos como
deberían estar de acuerdo a la diferencia entre las productividades” por lo
cual es “evidencia” que aún no se ha llegado a una situación de atraso
cambiario.
En ese sentido remarcó que si bien no se produjo hasta el
momento, existen tres escenarios posibles sobre el dólar de cara a fin de año.
“En un escenario extremo que el gobierno lograse mantener congelado al tipo de
cambio por razones políticas hasta fin de las elecciones, el TCR bajaría (a
precios de julio del 2019) a casi $/u$s 39. Esta caída del TCR probablemente sí
genere una situación de atraso cambiario que dado los menores dólares
comerciales y dependiendo de lo que ocurre con las elecciones, podría subir
nuevamente las ya elevadas expectativas de devaluación y la prima de riesgo
país y desencadenar el proceso contrario al evidenciado en los últimos meses.
De esta forma, el escenario de congelamiento nominal del tipo de cambio en los
actuales valores no parecería ser el de mayor probabilidad”, explicó Reyes.
Por otro lado, un segundo escenario tiene que ver con las
operaciones a futuro del Rofex donde el precio nominal del dólar para fin de
año alcanzaría los $/u$s 53 y el tipo de cambio real sería de $/u$s 47.5 por lo
cual “iría levemente por encima de la inflación permitiendo una mejora del TCR
respecto de la actual situación”.
Un tercer panorama alternativo “es que el valor nominal del
tipo de cambio siga el ritmo de la inflación prevista para el segundo semestre.
En este caso el precio del dólar estaría levemente por debajo de los $ 50/u$s
hacia fin de año”.
La intervención del BCRA con ventas en futuros y suba de
tasas de encaje logró la estabilidad en el precio de la divisa a poco más de
dos semanas para las PASO que se llevarán a cabo el 11 de agosto. Este contexto
de congelamiento virtual del dólar permitió al Gobierno recuperar aire para
llegar con algo de resto al final de la primera etapa electoralista del año.
Sin embargo, el panorama posterior a las PASO y aún más luego de octubre
resulta por el momento indescifrable.
Fuente: Ambito Financiero
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