Esta es la quinta sucursal de integración social (SIS) que el banco privado abre en la Argentina. Las otras cuatro, que se inauguraron desde 2012, están en el Conurbano: La Matanza, Barrio Santa María (San Miguel), Castelar sur y Don Orione (Almirante Brown) son las ubicaciones.
Este tipo de sedes bancarias tienen el objetivo de llegar a lugares donde la población no tenga acceso sencillo a servicios financieros en un radio de cinco kilómetros a la redonda.
Con las SIS que ya existen, la compañía llega a 240.000 clientes. El objetivo del banco hacia fines de este año es alcanzar las 10 sucursales de este tipo y medio millón de clientes en esta modalidad.
Las próximas aperturas serán en Villa Itatí (Quilmes) en septiembre, Villa Jardín (Lanús) y Barrio 20 (Lugano) en octubre y Carlos Gardel (El Palomar) y Maquinista Savio (Escobar) en diciembre. Darío Gaytán, responsable de las sucursales de integración social, explicó que el requisito que tiene el banco para decidir si abre o no un espacio en esos lugares es que cada una de estas sedes sean “sustentables”, es decir, que no pierdan plata.
La sucursal de la Villa 31 cuenta con tres módulos de atención al cliente y dos cajeros automáticos. Estará abierta de lunes a sábado y trabajarán tres estudiantes del barrio. Se ofrecerán productos como microcréditos para comerciantes, tarjetas de crédito y préstamos personales para trabajadores informales.
“Lo más importante que aprendimos es la importancia de crear capital social. Llegar al barrio, pero también contribuir a la formación y al empleo de cada una de las comunidades”, explicó Enrique Cristofani, presidente de la entidad, durante la inauguración esta mañana.
Con ese objetivo, el banco da capacitaciones de educación financiera para aprender a usar correctamente la tarjeta de crédito, por ejemplo. Para las que se ofrecen en las SIS, hay requisitos más flexibles y límites más bajos.
En el caso de los microcréditos para comerciantes, oficiales del banco se acercan a los locales para conocer cuáles son los ingresos y los gastos de cada establecimiento y ver si es posible el acceso al producto. En caso de que sí, el banco les pide que se inscriban en el monotributo social, explicó Gaytán.
Muchos de estos productos apuntan a ganarles territorio a las compañías de servicios financieros prestamistas que son la única opción que tienen los vecinos de la zona y que, en muchos casos, cobran tasas poco accesibles para los segmentos más bajos.
Santander se suma así a una dependencia del Banco Ciudad en la oferta de bancos en la Villa 31. Recientemente, otra empresa multinacional se acercó al barrio: a inicios de junio, McDonald’s comenzó la construcción de un local que abrirá sus puertas en octubre próximo y empleará a 100 jóvenes del lugar.
Fuente: Mundo Villa
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