viernes, 21 de octubre de 2022

El Gobierno se disputa entre gestionar y la lucha electoral de cara al 2023

La escena de Alberto Fernández inaugurando la autopista Ezeiza-Cañuelas junto a un minúsculo grupo de funcionarios, marcó un 17 de octubre atípico, en el que un presidente de extracción peronista, que además es titular del PJ Nacional, no fue invitado a ninguno de los cuatro actos que se hicieron por el Día de la Lealtad.

En Casa Rosada minimizaron el tema aduciendo que “eso es resultado de la interna que tiene la CGT”. Sin embargo, el hecho de que el Primer Mandatario terminara solitario en una actividad, esquivando el viento y la tierra en el asfalto bonaerense, también fue responsabilidad de sus más fieles aliados durante estos tres años de gobierno. Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, funcionarios y dirigentes del Movimiento Evita -ex armadores del fallido ‘albertismo’- también se posicionan de cara al próximo año electoral y se muestran críticos a la gestión de quien les dio ingreso en el Frente de Todos allá por 2019, cuando se terminó de conjugar, la ahora fracturada, alianza gobernante.

La justificación para el eventual quiebre, es la deuda pendiente que Fernández tiene con la denominada Economía Popular. En rigor de verdad, el trasfondo es mucho más complejo que eso. Así como el jefe de Estado eligió la jornada justicialista para criticar el libro “Para qué” de Mauricio Macri, alejándose por un rato de las luchas intestinas del FdT, los cabecillas de las organizaciones sociales (con cargos en la administración central) prefirieron hacer lo mismo, salir a cuidar lo suyo: buena parte del territorio bonaerense que pretenden disputar a Cristina Kirchner, ya sin el estandarte de Alberto en sus banderas.

“Cuando los peronistas hablan de unidad, pero a la vez se tiran dardos, es porque están pensando en la de ellos antes de una elección”, apuntó un jefe territorial del Conurbano que se hizo presente en Plaza de Mayo, donde la convocatoria fue encabezada por Pablo Moyano (CGT) y Máximo Kirchner (La Cámpora), quien apuntó sus dardos hacia “Los Gordos” de Azopardo 802, a quienes se acusó de traicionar a los trabajadores que representan. No pasaron muchas horas para que los caciques cegetistas y los máximos referentes piqueteros oficialistas tuvieran un cónclave en la sede de UPCN que no fue bien vista por los camporistas, que irónicamente tuitearon desde su cuenta oficial y subiendo artículos sobre el encuentro: “¿y Macri también?”

Ese lunes, Fernández decidió esquivar la movida Moyanokirchnerista ante las puertas de Balcarce 50, y cuando concluyó su mini actividad en la Provincia de Buenos Aires voló a la Residencia de Olivos. Desde allí escuchó las acusaciones cruzadas entre el cegetismo conservador, que acusó a los camporistas -desde el Estadio de Obras Sanitarias- de usar el disfraz del Partido Justicialista, y exigieron estar en la mesa de decisiones así como en el armado de listas. Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (UOCRA), y sus adláteres, no sólo se sienten perjuriados por el cristinismo, sino engañados por Alberto, a quien bancaron hasta la llegada de Sergio Massa, promovido ahora por alguno de ellos, como Carlos Acuña (de los Estacioneros), como candidato en 2023.

El segundo día de la semana, la vocería presidencial publicó una agenda maratónica del Presidente. Tres eventos en un solo día con el fin de mostrar gestión, todas básicamente protocolares. Mientras tanto, la atención se fijó en el tratamiento en comisión del Presupuesto 2023, que se sigue negociando con los opositores externos e internos, y que ya sumó en el dictamen de la Cámara baja el hecho de que los jueces empiecen a pagar Ganancias. Veremos si la exigencia, acordada especialmente por kirchneristas y radicales y es cuestionada desde el Poder Judicial, prolifera y avanza.

En el marco de la embestida inflacionaria que no cesa, pese a la baja a 6,2% que dio como dato oficial el INDEC en septiembre, y que muchos pusieron en duda, Massa persiste en lograr acuerdos que moderen –y ya no que mantengan- los precios en todos los rubros, pero en particular en el de los alimentos. Con el mismo y fallido método que intentó imponer a los sindicatos del neumático, el ministro de Hacienda amenazó a los productores textiles con abrir las importaciones de ropa si persisten con esos incrementos abusivos, que como la comida, están muy por arriba del 100 por ciento anual.

En los pasillos de Casa de Gobierno quedó confirmada -todavía en un “virtual” off- la salida de Juan Manzur de la jefatura de ministros. A quien se le pidió desde el entorno albertista que no retornara a Tucumán en diciembre sino después de fin de año. El hombre les advirtió que en marzo tiene que estar haciendo campaña como vicegobernador de su “ex” archienemigo, Osvaldo Jaldo (hoy cubriéndolo como gobernador interino), y con quien han sellado una tregua, unidos, no por el amor, sino por el espanto de un futuro difícil para el peronismo, tanto a nivel provincial como nacional.

En la última reunión de Gabinete del miércoles convocada por Manzur, apareció inesperadamente para encabezarla el propio presidente Fernández, quién suspendió un viaje a Catamarca con la excusa de que su compañera, Fabiola Yáñez, había tenido dolores luego de una operación de hernia inguinal. Fue quizás uno de los cónclaves de este tipo más extensos desde que dieron inicio; más de tres horas. Tras las fotos sonrientes de rigor, que mostraron pocas presencias en la reunión, el tucumano brindó una breve conferencia de prensa acompañado por las tres nuevas integrantes del staff ministerial: Kelly Olmos (Trabajo), Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Productivo) y Belén Mazzina (Mujeres, Género y Diversidad).

Aunque es un hecho su dimisión, Manzur cumplió con el pedido de la mesa chica del Presidente y expresó frente a los periodistas acreditados: “Sigo trabajando a la par del Presidente y cualquier decisión a futuro, el año que viene, va a ser conversada y acordada”. Asimismo, y diferenciándose de los dichos de Andrés “Cuervo” Larroque, que afirmó que el acuerdo con el FMI está caído, el ministro coordinador sostuvo lo opuesto: que sigue vigente. 

La flamante mandamás de la cartera laboral, Olmos, manifestó que se intentan negociar paritarias por encima de la inflación, aunque poco después tuvo un fuerte cruce con Pablo Moyano que pide 131% de incremento más un bono. Frente a la contrapropuesta empresarial de un 84%, el camionero salió con los tapones de punta a amenazar con medidas de fuerza. La ministra le respondió que el pedido de su gremio es insolidario con otras organizaciones sindicales que tienen menos poder de fuego. Fiel a su estilo, el heredero de Hugo (Moyano) la invitó a "que se suba a un camión de residuos y levante la basura, a ver si es mucho".

En la misma rueda de prensa de Manzur y las flamantes funcionarias, Tolosa Paz se mantuvo en la postura de sostener la línea del saliente Juan Zabaleta. La que plantea no abrir las puertas a nuevos planes Potenciar Trabajo, algo que le generará movilizaciones a su cartera por parte de la Unidad Piquetera en las próximas semanas. Por su parte, Mazzina salió a aclarar que su postura sobre la interrupción voluntaria del embarazo cambió, y que, así como antes era contraria, debido a que fue criada por sus abuelos –justificó- hoy está a favor del aborto legal.

En esa misma jornada semanal, por la tarde ingresó por el Salón de los Bustos, un sonriente Sergio Massa. Con una carpetita blanca en la mano fue hasta el despacho presidencial en el primer piso. Al rato -con postal de por medio- se anunció por Twitter y gacetillas, la implementación del plan Ahora 30 que permitirá adquirir electrodomésticos, y que para jubilados y pensionados llegará a 42 cuotas.

La iniciativa es limitada a diciembre, pero tiene un objetivo claro: alentar a los que ingresen en ese tipo de acreencias (con 48% de interés) a pensar conveniencias a la hora de sufragar el año próximo. Una suerte de “voto cuota” que -sin querer queriendo- emula aquella decisión del menemismo, que implementó algo parecido con la finalidad de sumar voluntades en las urnas en la reelección del riojano en 1995.

Massa ya había hecho pública la suba del mínimo no imponible a 330 mil pesos cuando le llegó, como a todo el resto del funcionariado, el dato frívolo de la semana. La portavoz Cerruti se había trenzado en una discusión -con propios y ajenos- por denunciar en su cuenta del pajarito los dichos de un personaje desconocido (un tal Alfa) que integra un reality show de televisión y streaming, que aseguró que Alberto Fernández lo había coimeado varias veces.

La saga cumplió la función esperada en la Secretaría de Medios oficial, copar la agenda mediática durante varias horas. De hecho, en su clásica conferencia de los jueves, la vocera del jefe de Estado respondió a un colega acreditado que la consultó sobre por qué había dedicado tanto tiempo a ese tema y no al reclamo de UNICEF por un recorte de fondos a la niñez: "Por ser mujer estoy acostumbrada a hacer muchas cosas a la vez", y dio por terminado el tema, que de todos modos el viernes retomó el titular del Ejecutivo en una inauguración en Pilar, donde a un medio del oficialismo que se burló de lo actuado por la vocera expresó: “No me voy a quedar callado cuando me agredan en cosas que yo no tengo nada que ver”, y agregó, “yo lo único que tengo para dejarle a mis hijos es mi decencia. Y si el que ataca es alguien muy importante o un energúmeno, yo voy a reaccionar del mismo modo, porque lo que están poniendo en tela de juicio es la honestidad del presidente de la Nación”.

Lo que se supo luego en los pasillos rosados es que entre quienes rodean al jefe de Estado, y también de parte del propio Fernández, hay gran irritación y preocupación por la publicación del libro de otra periodista acreditada en Gobierno que cuenta aspectos velados del máximo funcionario de la administración pública. Un tema que estudian encarar judicialmente, al igual que el del ciclo de TV, tal vez contra la editorial que lo sacó a la venta en estos días.

Saliendo de ese aspecto fútil de lo acontecido en este tiempo, PolíticayMedios inquirió a Cerruti si habrá otros cambios entre los ministros del Gabinete de la Nación. A lo que contestó que “los cambios en el Gabinete los decide el Presidente y cuando él cree que hay que modificar su equipo lo modifica. Hoy por hoy no está eso en la discusión”. 
También le preguntamos si quiénes reciban el ingreso de emergencia de 45 mil pesos (que se pagará en dos cuotas en noviembre y diciembre) serán los 4,2 millones de personas que contabilizó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Ella declaró: “no sé a qué se refiere usted cuando se refiere a los cuatro coma… porque la verdad es que muchos reciben algún tipo de política social. Usted sabe que el INDEC mide indigencia y pobreza por nivel de ingreso, por lo cual no es que representa exactamente quién alcanza o quién no alcanza ese ingreso”, e indicó que “muchos de esos seguramente ya reciben algún tipo de ayuda, no es ayuda, un derecho que tienen de las políticas sociales del Gobierno, así que el universo exacto que se va a alcanzar se va a conocer cuando se inscriban, porque es por inscripción y por cruce, a ver quiénes de los que se inscriban están en alguna otra base de datos del Gobierno”. 

 

El Frente de Todos -y sus circunstancias- tienen un alto grado de dificultades. De todos modos, está claro que la batalla por posicionarse camino al año electoral dio inicio sin medias tintas. Los que dicen que no van a jugar parecen ser los más interesados en competir y dar batalla hasta al final, tal el caso de Alberto Fernández, a quien desde el Instituto Patria dejaron de ver como un potencial oponente por el que preocuparse.

No son observados de la misma forma los cabecillas territoriales aliados a líderes sociales, sindicales y gobernadores insurgentes del PJ. El operativo clamor “CFK 2023”, hasta ahora surge únicamente desde las filas kirchneristas, y hasta no faltan los que promueven un “Cristina-Sergio”, con la intención de arrebatarlo al adversario pejotista. Estos escenarios aún son meras expresiones de deseo que podrían tomar algún tipo de materialización si se recupera algo de todo lo perdido en estos tres años.  


Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política y Medios (PyM). Más información exclusiva de Balcarce 50,  a través de @JuamPaPeralta

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