miércoles, 19 de noviembre de 2008

No se olviden de Bonino

Con silencios cómplices, censuras impuestas, mentiras, impunidad y ausencia de justicia, ya van 15 años del asesinato del periodista y militante de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba), Mario Bonino, cuyo cuerpo fue encontrado el 15 de noviembre de 1993 en aguas del Riachuelo, luego de desaparecer cuatro días antes.Desde la aparición del cadáver, la Utpba y la familia Bonino vienen reclamando el esclarecimiento del crimen a través de movilizaciones y denuncias tanto en el plano nacional como internacional, formándose en su momento una comisión de investigación constituida por reconocidos periodistas, que ratificó que el compañero Mario Bonino había sido asesinado.En agosto de este año, la Utpba realizó una presentación ante el juez Raúl Irigoyen, a cargo del Juzgado de Instrucción número 10, solicitando la reapertura de la causa motivado por la publicación de un artículo en la edición del diario porteño Clarín del viernes 28 de junio, en el que se reproducen declaraciones del cabo de la Policía Bonaerense, Adrián Montenegro, en relación con el asesinato de Bonino.La declaración de Montenegro señala como responsable del asesinato de Mario Bonino a "...un jefe que estaba en la Dirección de Investigaciones de San Martín en el año 2000 y a un comisario retirado". A fines de abril del año pasado, la Utpba solicitó y obtuvo la reapertura de la causa que supuestamente investiga el homicidio, producto de las declaraciones formuladas por un suboficial de la Policía Bonaerense al programa Puntodoc/2, en las que señalaba a los autores del crimen como "gente del Comisario Mayor Mario Rodríguez", a quienes identificó con los nombres de "el Lagarto Vargas y el Suboficial Mayor Carmona".Mario Bonino desapareció en la tarde del jueves 11 de noviembre de 1993 en el camino entre su casa, en Independencia y Avenida La Plata, y la sede de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en Belgrano y Alberdi, hacia donde se dirigía a participar de un seminario sobre radiodifusión que organizaba la Utpba.Recién se volvió a saber de él cuatro días más tarde, el lunes 15 de noviembre, cuando su cuerpo sin vida fue descubierto flotando en el Riachuelo, en la zona ribereña del barrio de La Boca.Al momento de su asesinato, Mario tenía 37 años, estaba casado con Felicia Urbano y era padre de Federico, por entonces de 8 años.En su desempeño profesional, Bonino había trabajado en la sección Deportes de los diarios La Razón, Sur y Popular, pero en los últimos años se había incorporado al área de comunicación de la Utpba. Para noviembre de 1993 estaba al frente de la recepción y difusión de las denuncias sobre amenazas y agresiones a los periodistas de todo el país, que por entonces se producían a diario.Como muchos, tenía a su militancia en la Utpba como el camino para soñar y pelear por un mundo mejor, más justo, más libre y más solidario, respecto del cual no se contentaba con el escribir y describir, sino que se dedicó, como tantos, a tratar de cambiarlo.El secuestro y posterior asesinato de Bonino distó de ser un hecho aislado o accidental, como se intentó difundir por entonces. Apenas horas antes de aparecer su cuerpo, en la madrugada del domingo 14, tres personas irrumpieron en la sede de la Obra Social de los periodistas y agredieron con golpes de hierro en la cabeza al sereno del edificio, Miguel Gavilán, quien fue internado de urgencia con conmoción cerebral.El hallazgo del cadáver de Bonino se produjo apenas horas después de que los ex presidentes Carlos Menem y Raúl Alfonsín firmaran en la Residencia Presidencial el llamado "Pacto de Olivos". Ambos dirigentes repudiaron el crimen, e incluso Menem los adjudicó a "sectores mafiosos", en coincidencia con su entonces ministro del Interior, Carlos Ruckauf, quien días después los identificó como pertenecientes a la estructura del Estado. Pese a ello, las investigaciones jamás avanzaron y Menem designó como "fiscal especial" a su amigo personal Luis González Warcalde, quien utilizó su tiempo para descalificar y culpar por el crimen a la víctima.A la cabeza de los reclamos nacionales e internacionales, la Utpba fue la única aportante de pruebas, creó una Comisión de Esclarecimiento integrada por los periodistas Enrique Sdrech, Enrique Tortosa y Santo Biasatti, entre otros, y designó como perito de parte al legista Mariano Castex. Las exigencias de justicia para Bonino, como antes y después se comprobara en infinidad de situaciones, debieron sortear el cerco informativo impuesto por los medios nacionales de comunicación, que pocos días después del crimen fueron eliminando el tema de sus ediciones.El asesinato de Mario Bonino, al igual que el de José Luis Cabezas, no fueron hechos aislados sino que se produjeron en los mismos años en que se registró el mayor índice de ataques contra los periodistas argentinos, según datos propios de la Utpba.

Fuenta: PúblicasOnline.com

2 comentarios:

Fran Invernoz dijo...

Otra vez la mafia fascista. Uno más de los desaparecidos en democracia. Argentina da pena y dolor.

Frau M. dijo...

...muchos asesinatos a periodistas quedan en el olvido, importando solo a sus familiares y amigos...como José Couso, mientras sus asesinos militares pasan unas vacaciones en la cárcel.

Para (macabro) consuelo, deberían haber aseguradoras que paguen bien a los familiares de periodistas cuando mueren :D

saludos

Frau M.