lunes, 31 de agosto de 2009

Empecemos la semana como corresponde

La pura verdad

Si ustedes lo permiten,prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo

motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada

importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado

de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor

y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve

sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me avergüenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,

melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,

caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin

darme cuenta, voy iniciando

una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a

cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi

memoria ha muerto y se queja

con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,

pero lo he derrotado

para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.

Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la

Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito

y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad

de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado

por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud

y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido

y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;

compartir este calor, esta fatalidad que quieta no

sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz

y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,

nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;

esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener

esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir

que la vida es lo mejor que conozco.


1 comentario:

Anónimo dijo...

fabuloso!!