Se ríe cuando se le pregunta por las cosas más locas que pasaron en su productora: cuenta de una mina que llamó y ofreció ser la actriz principal de una película y tener sexo con quince tipos, todo gratis, para que su marido pueda verla en acción. Dice que a veces pasa de chicas que en medio de la grabación agarran y gritan en voz alta “si ustedes son jóvenes y lindos –en referencia a sonidistas, camarógrafos, asistentes de dirección, de fotografía y cualquiera que justo estuviera ahí– ¿por qué no me dejan tirarles la goma a todos? ¡Si a mí me re gusta!”. Una vez un muchacho terminó de filmar una escena con una chica, salió y lo primero que le pidió a Maytland fue que lo grabara con un travesti penetrándolo, y después aclaró “pero yo no soy gay, eh”. O la mejor, la vez que estaban grabando en el Tigre y llegó la policía. “Víctor, protegeme –le rogaba un actor nuevo–. Soy cura, yo no te avisé nada, pero soy cura, mirá si se entera la policía, me muero.” Y así tiene un montón; estaría bueno tenerlo en un asado con amigos. (nota completa)
Fuente: Miradas al Sur
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