Eso asegura la antropóloga canadiense Helen Fisher. La investigadora estudió, durante más de 30 años, el enamoramiento, el sexo y las relaciones de pareja. En esta nota explica por qué es posible explicar racionalmente el amor y cómo los distintos géneros viven este sentimiento. Remarca que se trata de una “adicción natural” y que puede ser dañina. Dice, también, que el ser humano es posesivo y analiza los motivos detrás de la infidelidad. Además, revela las claves para poder encontrar la pareja ideal.
Es posible explicar lógicamente el amor? ¿Se pueden identificar las razones que nos llevan a amar alguien? Helen Fisher, antropóloga e investigadora de la Universidad Rutgers, de Nueva Jersey, que estudió este sentimiento humano (tan humano) durante 30 años creería que es posible. Al menos eso intentó hacer en los cinco libros que escribió sobre la evolución y el futuro del sexo, el amor y el matrimonio. En esta entrevista con Entremujeres, la especialista canadiense comparte sus hallazgos en la materia. Nos deja con la sensación de que el amor tiene un poco menos de alquimia y más de razón de lo que uno desearía creer.
En sus textos destaca que los hombres y las mujeres se enamoran de forma diferente. ¿Cómo es eso?
Los hombres se enamoran más rápido que las mujeres porque son más visuales. Le prestan más atención al aspecto físico. Hay varios estudios que hablan de lo que se conoce como el índice cintura-cadera (un número que se obtiene dividiendo las dimensiones de la cintura sobre la de las caderas). Es decir que, de acuerdo a los cánones de belleza, la proporción ideal que debe haber entre la cintura y la cadera de una mujer está en torno a los 0,70. Este ratio es indicativo del estado de salud de la mujer, de su capacidad reproductiva, etc. Hay muchas investigaciones que profundizan sobre este tema. Y cuando los hombres eligen una pareja tienen en cuenta, consciente o inconscientemente, este factor físico, entre otros. Porque están buscando a una mujer sana y que pueda, eventualmente, darle hijos. Las mujeres saben que los hombres valoran mucho la estética, y por eso pasan tanto tiempo cuidando su apariencia. Ellas, en cambio, son menos visuales. Las mujeres evalúan ciertos patrones de comportamiento para elegir a su pareja. Les preocupa saber si el hombre les podrá proveer el sostén necesario (a nivel financiero y psicológico) para que ellas puedan criar a sus hijos. Piensan en elegir un hombre que las vaya a ayudar.
Volviendo al tema de la atracción de los hombres por la belleza física. Usted dijo que ellos buscan cierto tipo de cuerpo, sin embargo, a lo largo de los años, los patrones de belleza han ido cambiando.
Pero el ratio entre cadera y cintura sigue siendo el mismo (cerca de 70), tanto en el antiguo Egipto, hace 100 años como en el caso de las modelos delgadas. El cerebro humano no ha cambiado demasiado. Nuestras preferencias básicas y darwinianas siguen siendo las mismas.
Todo se trata de preservar la especie…Ellos ponen la atención en lo físico y ellas en la personalidad. ¿Qué otros factores entran en juego en el amor? ¿Y por qué nos enamoramos de una persona y no de otra?
Hay razones biológicas y culturales. Uno tiende a enamorarse de quien viene de un contexto similar, de una misma clase social, que tiene un nivel de estudio parecido y con quien se comparten valores morales, metas, etc. Eso dice la ciencia, pero lo cierto es que uno puede tener muchos puntos en común con varias personas y sin embargo se opta por uno en vez de otro. En mi libro Why him? Why her? (¿Por qué él? ¿Por qué ella?) abordo esta cuestión. Porque mucha gente habla de la química. ¿Pero qué es tener “química” con alguien? Yo explico esto en función de la personalidad que tenga cada uno. Hay cuatro tipos de personalidades.
*El explorador (dopamina), que es aventurero, creativo, arriesgado, entusiasta y siempre está buscando algo nuevo o diferente. Esta clase de individuo se siente atraído por gente que, al igual que él, tiene la misma necesidad de buscar la novedad, de ir tras aventuras. Quieren un compañero de emociones.
*Por otro lado está el constructor (serotonina), una persona meticulosa, respetuosa de la ley, tradicional y calma. Ellos también suelen buscar un igual para formar pareja, porque disfrutan de tener un otro que, al igual que ellos, tome decisiones lógicas y desde el sentido común.
*El director (tetosterona) es analítico, escéptico, directivo y decidido. Suele ser bueno para la ingeniería. Esta personalidad se siente atraída por su opuesto complementario, que es el negociador (estrógeno), que son imaginativos, intuitivos, buenos oradores, cálidos y con buena capacidad para interrelacionarse con la gente. Un buen ejemplo de esta dupla es Hillary, que sería el director y Bill Clinton, que responde al patrón de negociador.
Claro que todos somos una mezcla de estos cuatro tipos, pero hay que ver cuál es el predominante.
Esto le quita un poco de magia al asunto. ¿Habría que saber todo esto, entonces, para poder elegir una pareja? ¿Y qué rol juega la intuición?
Uno tiene que ser consciente de cómo es uno. Esta información que brindo, en término de los cuatro tipos de personalidades, puede ser útil pero no es determinante. Conocerse puede ayudar a tomar decisiones a largo plazo. Pero por supuesto que también hay que prestarle atención a la intuición.
En alguna de sus conferencias explicó que en las imágenes de los escaneos cerebrales a personas enamoradas se nota que hay un aumento de la dopamina, un neurotransmisor vinculado con el placer y que también suele dispararse cuando se consumen drogas. ¿Podría decirse, entonces, que el cerebro del enamorado es similar al de un adicto?
El amor romántico es una adicción natural, que fue evolucionando a lo largo de millones de año y que tiene como función focalizar la energía para vincularse y reproducirse en una persona en particular. El amor romántico puede ser peligroso por la cantidad de pasión que se acumula y que, si no se maneja bien puede ocasionar daños (crímenes pasionales, por ejemplo).
¿Cuánto puede durar ese enamoramiento?
Uno puede estar enamorado por días, semanas o años. Hicimos un estudio donde evaluamos a parejas mayores de 60 años que estaban en matrimonios de más de 21 años, en promedio. Los pusimos en las máquinas para hacerles un escaneo cerebral y comparamos las imágenes con las de jóvenes que recién estaban empezando una relación. Vimos que en los dos casos, al pensar en sus parejas, se activaban las mismas áreas del cerebro. Es decir, las zonas relacionadas con la motivación, el deseo sexual, las ganas d estar con el otro, etc. La única diferencia que observamos fue que los que estaban en vínculos de larga data no experimentaban la ansiedad de quienes recién se habían enamorado.
¿Los hombres y las mujeres aman del mismo modo?
En lo que respecta al enamoramiento, como dije antes, los hombres se enamoran rápido y son más románticos, en cambio las mujeres son más exigentes. Ellos ni bien se enamoran están más dispuestos a mudarse juntos, a presentarle a su familia su nueva pareja; en cambio las mujeres son cautelosas. Son más demandantes a la hora de elegir y también se toman más su tiempo para asumir compromisos.
El amor también se expresa de modo diferente. Las mujeres aman hablar y tener conversaciones largas con sus parejas, mientras que ellos manifiestan su amor haciendo cosas junto con la persona amada.
¿La infidelidad es un signo de falta de amor?
Cuando se siente amor romántico hay posesión. Uno quiere poseer y ser poseído por esa persona y no ve otra oportunidad de vivir el amor en otro lado.
Sin embargo hay parejas donde no se podría decir que falta amor y sin embargo hubo o hay infidelidad
El amor pasa por etapas. Hay momentos donde el cariño y el compromiso están presentes, pero el amor romántico no es tan intenso, o se está atravesando un momento de debilidad y ahí es donde surge la infidelidad. También tiene que ver con el perfil de la persona y ciertas cuestiones culturales.
¿Qué opinión tiene de las relaciones abiertas, donde los dos integrantes acuerdan la posibilidad de tener sexo con otras personas?
Ese tipo de relaciones no suelen funcionar porque el ser humano es posesivo y no es bueno compartiendo. Ahora está de moda el concepto del poliamor, pero suele ser algo muy difícil de llevar a cabo. Quienes conforman este tipo de vínculos tienen que lidiar con los celos, aunque muchas veces no lo digan abiertamente.
Fuente: Entre Mujeres
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