La presión que está imponiendo la crisis económica en Argentina acelera los tiempos de la política, y en consecuencia, es Casa Rosada el lugar donde más se percibe ese clima de época que impone la fuerte presión que parece llegar antes de tiempo a las puertas de Balcarce 50. Después de más de tres años de una administración, que la mayoría de la población considera errática, incluso muchos de los que la votaron, no hay calmante que detenga la prematura carrera rumbo al 14 y 24 de junio, donde deberán presentarse las alianzas y las pre candidaturas, respectivamente.
De ahí en más, y entre comicios provinciales que irán demarcando el horizonte de sucesos, quedará a la vuelta de la esquina el 13 de agosto, donde se desarrollarán las PASO nacionales, para desembocar inexorable y rápidamente en las elecciones nacionales y generales del 22 de octubre.
Por estas horas, el Frente de Todos se debate en una interna fratricida. Alberto Fernández ejerce una presidencia de tipo “testimonial” que consiste en una virtual gira proselitista –no oficializada- en la que se gasta dinero recorriendo el país y los municipios desarrollando una campaña sin destino.
Los propios funcionarios que conforman el denominado “albertismo” saben que la fecha de vencimiento de ese fallido sello vence el 10 de diciembre, cuando el presidente Fernández entregue los atributos del Poder a un sucesor, que hasta ahora, pareciera formar parte de la principal alianza opositora: Juntos por el Cambio.
El fin de semana extra large brindó una falsa sensación de tranquilidad en las galerías rosadas, pero en rigor de verdad, en los corrillos políticos se estuvo cocinando todo lo que pasaría nada más que en 48 horas. Entre otras cosas, un congreso del Frente Patria Grande en esta Capital Federal, conducido por Juan Grabois, declaró la guerra al posible lanzamiento de Sergio Massa como potencial presidenciable.
El titular del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) y miembro de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), tiene información de primera mano, que le asegura que Cristina Kirchner está promoviendo la precandidatura a la presidencia del tigrense.
Ante ese cuadro, Grabois decidió hacerle caso a la misma Vicepresidenta y sacar su bastón de mariscal para promover su propia candidatura, salvo claro, que juegue por ese lugar el actual ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Algo que aclaró él mismo cuando tomó el compromiso con sus compañeros. Nos referimos al funcionario camporista, único discípulo cristinista en Rosada, que a su vez es avalado por el máximo representante de los gastronómicos, Luis Barrionuevo, gremialista al que no pocos asocian con la llamada “burocracia sindical".
“Tenemos que dejar este fingimiento de demencia y ponernos a pelear para que Massa no sea quien se termine quedando con todo”, se escuchó decir a una de las más férreas militantes del espacio graboisista. Pocas horas después, fue el mismo referente del Papa Francisco (integra el Ministerio Social y Ambiental del Vaticano) quien se le volvió a animar al titular del Poder Ejecutivo, al que ve del mismo modo que al actual jefe de Hacienda.
“El año que viene no quiero tener a otro mediocre, otro tibio, a otro cobarde que no haga los cambios que tiene que hacer. No lo acepto. Nuestra trinchera principal por la realpolitik es la provincia de Buenos Aires y Axel tiene que bancar esa parada. Entiendo que es así”, dijo sentencioso en la presentación de su libro “Los Peores”, en el Club Platense junto al gobernador bonaerense Kicillof.
Mientras Alberto Fernández, junto a sus pocos leales, hizo un viaje -considerado por varios de tinte turístico a Tierra del Fuego y de allí a la Base Marambio- “pasaron cosas”, hubiera dicho el ex presidente Mauricio Macri. El bloque del FdT en el Senado se partió y surgió Unidad Federal, con legisladores de Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Jujuy y San Luis.
La presidenta de la Cámara baja no dudó un instante en responsabilizar a su ex socio y compañero de fórmula en 2019 por la ruptura que la deja a un legislador de perder la primera minoría, sin poder sesionar ni tener quórum propio.
CFK hizo pública, a través de la cuenta de Twitter del Senado, la carta del jujeño, Guillermo Snopek, quien justificó la iniciativa aduciendo que: “Motiva mi decisión, en primer término, la distancia cada vez mayor que siento respecto al rumbo de gestión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, alejado —a mi humilde entender— de las prioridades que nuestro pueblo demanda”.
El miércoles a la noche no hubo agenda presidencial, recién en la mañana del jueves se publicó una serie de actividades de los ministerios. El evento que iba a encabezar el Presidente (un relanzamiento y ampliación del Programa Registradas) iba a contar sólo con las presencias de la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Ayelén Mazzina, y a su par de Trabajo, Kelly Olmos.
La actividad prevista para las 16:30 se retrasó una hora y media, porque el jefe de Estado decidió ir a último momento de Olivos a Rosada y estar. Llegó poco antes de las 17 y volvió a retirarse un rato largo, que hizo esperar a la concurrencia hasta las 18 hs. Nadie sabe adónde fue y porqué al terminar los anuncios -y cerrar el acto- miró su celular y se retiró rápidamente, esquivando a Mazzina que intentó decirle algo en la salida trasera del Salón de las Mujeres del Bicentenario.
La mandamás de la cartera laboral, como siempre muy amable, se quedó un rato charlando con los acreditados en Gobierno, sobre temas salariales y del costo de vida que no deja de incrementarse. En la mini rueda de prensa, la funcionaria manifestó que “existe un proceso muy vigoroso de negociación paritaria, que lejos de generar un clima de conflicto, nos ha otorgado, en un período de alta inflación, una gran paz social”, y agregó que “trabajamos para que el índice inflacionario de este año converja en el 60 por ciento, que es una referencia para las negociaciones”.
Al ser consultada sobre la suba del IPC en enero (6%), expresó que esa foto no lleva a modificar el programa del Gobierno y que, como el año pasado, los acuerdos tuvieron -al igual que el 98,8% interanual que midió el INDEC hace días- confluencias similares con reaperturas paritarias.
Por último, con respecto al año electoral, Olmos aseveró que pone presión “porque queremos ganar y porque esperamos que la Argentina no recaiga en el neoliberalismo, porque cada vez que eso ocurre, además de que nos hipotecan por décadas, hay una destrucción de los puestos de trabajo y de la capacidad adquisitiva de los salarios que implica más pobres y nunca alcanza para poder recuperar todo lo que se daña en esos períodos”, reflexionó la ministra de Trabajo.
En medio de la vorágine que lleva a Fernández a no ceder en su intención de tener poder decisorio en el armado de listas, él mismo fue el que decidió suspender una visita que tenía programada a la provincia de Salta, donde está otro de los gobernadores que no lo tiene en la mejor de las consideraciones, Gustavo Sáenz. Un hombre que según las circunstancias responde a Massa -de quien fue su candidato a vicepresidente en 2015- o a quien resuelva las necesidades de su distrito. La excusa de la cancelación fue otra vez el clima, en este caso en particular, las altas temperaturas que imperan en esa provincia.
Mientras el titular de Hacienda se encuentra en la India participando del G20, e intentando cumplir las exigencias del FMI con respecto a las reservas del Banco Central, las usinas albertistas promueven a Victoria Tolosa Paz como candidata a compañera de fórmula de Fernández, si decide jugar, o a gobernadora bonaerense para disputar una interna contra Kicillof, quien expresó que será bienvenida a competir. Todo ocurre mientras la ministra de Desarrollo Social sigue ajustando el número de beneficiarios de los planes Potenciar Trabajo, respondiendo también a las demandas del organismo de crédito que dirige Kristalina Georgieva y están produciendo movilizaciones y planes de lucha en la Unidad Piquetera.
En el contexto del desaguisado peronista, que todavía tiene en stand by el operativo clamor para que CFK sea La Candidata, ya no sólo quieren sumarse a la competencia por los altos cargos electorales, Daniel Scioli, Juan Manzur, Eduardo “Wado” de Pedro, Grabois y otros, sino que por debajo subyace la intención de ganar lugares en intendencias de la Provincia de Buenos Aires, por parte de Emilio Pérsico y Daniel Menéndez desde la cartera de Desarrollo y el nuevo partido político: “La Patria de los Comunes”, que lanzan en estas semanas.
Es que el líder del dividido Movimiento Evita -que ahora se le anima a Cristina más que nunca, diciendo que no llega al 40% de votos- sueña con ganar La Matanza de la mano de su esposa, Patricia Cubría, así como otros municipios del Conurbano con integrantes de su organización y la de su asociada, Barrios de Pie.
No falta el que dice que cuando pasan estas cosas entre los peronistas, no es porque se están peleando sino reproduciendo. Ese axioma continúa siendo atractivo y seductor a la hora de caer en el lugar común del movimiento que surgió en 1945.
La cuestión acá, es que estamos en 2023, y quienes le disputan espacios de poderío y territorio a las huestes del Justicialismo ya no proceden únicamente de los cuarteles, sino de alianzas partidarias de centroderecha, que, dentro del esquema democrático, tienen entre sus filas, ya no solamente a los radicales, sino también a seguidores de alguna de las tantas versiones del General Perón.
Para algunos de los hombres y mujeres que transitan los despachos de Casa de Gobierno, eso es -hoy por hoy- una garantía de gobernabilidad y continuidad constitucional. Sin embargo, para otros que nunca cruzaron los portones de la sede del Ejecutivo, se trata del reaseguro y reafianzamiento de un sistema de desigualdad institucionalizado que tiende a imponerse entre las dos coaliciones que se turnan en el poder real, pero sin modificar los temas de fondo que tienen a la mayoría de los argentinos sumidos en la pobreza.
Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para Política&Medios (PyM). Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista
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