miércoles, 15 de febrero de 2023

La novela de la interna en el Gobierno no logra disimular la crisis económica argentina

A horas de que se conozca el dato del Indice de Precios al Consumidor de enero, que será más alto que el 5,1% de diciembre, el Frente de Todos, a cargo de la administración del Estado, intenta posicionar sus pujas internas por sobre la debacle inflacionario contra la que Sergio Massa está perdiendo la batalla. Ese 3 por ciento promedio que prometió para abril se ve cada vez más imposible, así como las aspiraciones presidenciales del ministro de Economía, que obviamente existen, más allá de sus negativas públicas.

El fin de semana -y por enésima vez- el oficialismo salió a circular que volvió a sellar una tregua, que en este nuevo capítulo de la saga, se verá cuánto dura.

En off, las usinas frentetodistas, informaron que el presidente Alberto Fernández y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro (que responde a Cristina Kirchner) se encontraron en las últimas horas en la Residencia de Olivos, después de protagonizar una discusión luego de la visita a la Argentina del Jefe de Estado de Brasil, Lula da Silva.

El funcionario kirchnerista se había enojado con Fernández porque consideró que lo excluyó de una reunión que tuvo con Organismos de Derechos Humanos, que fue encabezada en Casa Rosada por el mandatario brasileño, acompañado de su par argentino. Wado se sintió destratado y marginado, debido a su militancia de larga trayectoria en la agrupación H.I.J.O.S. (de desaparecidos), y convocó a un grupo de periodistas para transmitirles (también en off) que el Mandatario «no tiene códigos».

La queja del dirigente de La Cámpora derivó en una forzada potenciación de las peleas endógenas en la alianza gobernante, que prefiere que se hable de esos temas y no del estancamiento en materia económica y la devaluación del peso, con su consecuente licuación de salarios que incrementa el número de pobres en un país cada vez más debilitado.

Participaron de este nuevo episodio: la portavoz Gabriela Cerruti, y los ministros de Seguridad, Aníbal Fernández, y de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Quienes salieron duro contra De Pedro. La ministra albertista le pidió públicamente a «Wado» que defina su lugar en el oficialismo. Sin eufemismo le dijo: “O estas adentro o estas afuera” del Gobierno.

En otro repetido discurso promovido desde Casa Rosada y también por las huestes cristinistas, se comunicó que la reunión sirvió para limar asperezas y lograr una tregua política. “Hablaron francamente y se quedaron conformes”, señalaron en el entorno del titular de la cartera de Interior, y agregaron que  “acordaron trabajar para potenciar la gestión”, ya que vuelven a entender que lo importante para ambos “es resolver los problemas de la gente”. Este reiterativo «pacto de no agresión», les permitiría continuar con la gestión. El tema en el que el peronismo debería poner el foco en el peronismo si quiere ser competitivo en las elecciones de este año.

En Balcarce 50 se comentó -extraoficialmente- que Fernández y De Pedro se dijeron las cosas de frente, lo que generó un clima de tensión en la charla, donde hubo reproches y cuestionamientos de ambas partes. Lo más probable es que «la novelita de la interna», como le dicen los propios albertistas cuando se los consulta en on, es un tema que en rigor de verdad, interesa al periodismo y al circulo áulico de la política.

El ciudadano de a pie, que ve enflaquecer sus bolsillos y las posibilidades de tener una vida digna cada semana, se desentiende de estas batallas de funcionarios que cobran sueldos vip, al lado de lo que tienen por ingreso los trabajadores medios, los jubilados, y quienes reciben la asistencia social del Estado, ese beneficio que el tándem Massa-Fernández-Tolosa Paz, pretenden eliminar, sin conformar un verdadero programa de reinserción laboral que contenga la demanda de empleo genuino y evite conflictos sociales que pueden ir aumentando en los próximos meses.

Ya todos saben que la relación entre cristinistas y albertistas está desgastada, inclusive, sin oportunidad de restablecimiento en las altas líneas decisorias. «Nadie confía en nadie acá», apuntó un secretario de Gobierno que cruza del Palacio de Hacienda a Balcarce 50 ( y viceversa), cada vez que hay que tomar alguna medida, de esas que la oposición, y varios sectores de la sociedad, ven como parches para llegar al 10 de diciembre, cuando se defina quién ocupara por cuatro años el Sillón de Rivadavia.

Este acuerdo de no agresión, que tanto se publicita, cumple la función de no complicar más el debate que se dará, puertas adentro a la hora de definir, en la mesa electoral convocada para este jueves en la sede del PJ Nacional, la estrategia que van a encarar los peronistas de cara a los comicios que ya empezaron a sucederse en provincias como la de La Pampa, donde se impuso un radical de Juntos por el Cambio, Martín Berhongaray, por sobre el dirigente del PRO, Maquieyra.

En ese distrito, el gobernador, cercano a la senadora Kirchner, Sergio Ziliotto, presentó una lista de unidad y deberá enfrentar al hombre que responde a Martín Lousteau el 14 de mayo, en la continuidad del cronograma comicial 2023, que empieza a dejar un claro mensaje a cristinistas y macristas.

Fuente: Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada para la agencia internacional Globatium. Más información exclusiva de Balcarce 50 a través de Twitter en @JuamPaPeralta y en IG: @juanpabloperaltaperiodista

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