martes, 3 de enero de 2012

Se nos fue la gran Nina Miranda

Tuve el gusto de conocerla en una de esas madrugadas de La Fonola en Radio Nacional junto a Marcelo Guaita. Una mujer muy delicada y de una exquisita presencia. Esta uruguaya había nacido en noviembre de 1925 y alcanzó gran éxito allá por los años '50. Su nombre real era Nelly María Hunter y recuerdo que nos contó que en que a los 13 años fue con su mamá al cine a ver "Puerta cerrada", película donde actuaban Libertad Lamarque y Agustín Irusta. Ella hacía el personaje de una cancionista y se llamaba Nina Miranda. A la salida le dijo a su madre con total seguridad: "El día que yo sea artista, me voy a llamar así". Esa era Nina. Después de ganar concursos y participar de orquestas de señoritas, como se les decía en aquel tiempo, y también por varias formaciones grabó por primera vez en la orquesta de Juan Cao. Luego de un viaje al Brasil y deprimida por la muerte de su mamá llega en búsqueda de nuevos bríos a la formación del gran Donato Racciatti. Con él graba grandes éxitos y en el '55 llega a Buenos Aires. Con Graciano Gómez graba 14 temas y toca con la orquesta de Lucio Demare. Increíblemente en el '57 se casa y su esposo la obliga a dejar la carrera, ella acepta, estaba muy enamorada. Allí llegó el silencio, más de 40 años sin cantar. En 2006 su esposo falleció luego de una larga enfermedad y una amiga le sugirió que lo mejor que podía hacer para salir de la tristeza era volver a los escenarios. Así lo hizo y así fue como nos regaló estos últimos cinco años de su vida junto a grandes figuras como el genial guitarrista oriental Alfredo Sadi
Ahora Nina vive en sus grabaciones y en el corazón de todos sus admiradores, entre los que, por supuesto, me cuento.

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