Luego del agua, el té verde es la segunda bebida más consumida en el mundo. Los chinos lo han bebido por hace más de 3000 años. Sin embargo, se desconoce con exactitud la fecha en la que se cultivó la primera planta de Camellia sinensis, ni de donde se extrae.
Se trata de un arbusto con hojas verdes y flores de color blanco amarillento que se planta con un máximo de dos metros de altura para facilitar su cultivo. Existen dos tipos principales de té. Ambos se obtienen de las hojas frescas de la Camellia sinensis. Se dejan secar al sol o al aire caliente y, posteriormente, se muelen. Cuando las hojas se obtienen sin procesar, mediante la oxidación y la fermentación, se extrae el té verde.
Recientemente, los científicos comenzaron a estudiar sus efectos saludables sobre la salud. Al té verde se le han concedido múltiples beneficios como, por ejemplo, la mejoría de la astenia (falta de fuerza física o muscular), la prevención del cáncer, de las hiperlipidemias, de la celulitis y del sobrepeso, entre otros.
Varios estudios en humanos demostraron que las personas que regularmente beben tres o más tazas de té verde por día tienen menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovascular y de sufrir un ACV.
Además, si se consumen entre 1 y 6 tazas diarias, posee la capacidad de disminuir los niveles de colesterol LDL. En otro estudio, con 1507 participantes, investigadores de la National Cheng Kung University hallaron que el riesgo de desarrollar hipertensión arterial en personas que ingerían 1 a 2 tazas diarias por casi un año fue 46% menor que los que consumieron menos de una.
Por otra parte, incrementa la formación de hueso y disminuye su resorción. Las investigaciones hechas en la población en general sugieren que tomar té verde por 10 años está asociado con huesos más fuertes. Sus efectos serían antioxidantes y actuarían en las vías antiinflamatorias.
El té verde contiene diversos fitoquímicos. Entre los principales componentes activos a los cuales se les ha atribuido efectos sobre la salud sobresale el epigalo catequina galato (EGCG), que favorece el control del peso y el metabolismo de la grasa corporal, entre otros.
Sabemos que en el mundo occidental no todos lo ingieren. Por eso, suplementar con cápsulas –disponibles en farmacias y dietéticas- es una estrategia inteligente para los que desean obtener sus beneficios.
También, ayuda a prevenir la diabetes. Las investigaciones sugieren que los japoneses adultos que toman 6 o más tazas al día tienen un 33% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, si se los compara con aquellos que beben una taza diaria o menos.
La dosis de té verde recomendada varía ampliamente. En general, está basada en la cantidad típicamente consumida en los países asiáticos, alrededor de 3 tazas por día, que proveen entre 240 y 320 mg de polifenoles.
Su consumo habitual durante siglos en China y Japón lo convierte en una opción segura y, por su potencial como antioxidante, en una alternativa interesante para prevenir diabetes tipo 2, cáncer, enfermedad cardiovascular y obesidad, entre otras patologías.
La doctora Mónica Katz es médica especialista en nutrición y directora de cursos de posgrado de Nutrición en la Universidad Favaloro.
Fuente: entremujeres
No hay comentarios:
Publicar un comentario